A estas alturas ya sabes de sobra que tus creencias y pensamientos influyen en tu actitud y, por tanto, en tus resultados y satisfacción.
Como menciona Suzanne Evans en el libro “The way you do anything is the way you do everything“, uno se cree especial (y no en un sentido positivo, precisamente) por los problemas que tiene. ¿Te suena? El pensar que tu no puedes lograr algo porque te pasa X.
La cuestión es que en ese aspecto todos somos especiales, porque absolutamente todos tenemos problemas de algún tipo. Lo que marca la diferencia no es que que tengas un problema o no, sino cómo reaccionas ante él.
Respecto a eso el otro día leí en el blog Lifehacker un resumen de cierto tipo de pensamientos tóxicos que sólo te perjudican y con los que estoy totalmente de acuerdo. Aquí tienes mis reflexiones sobre algunos:
1. Pensar que eres una víctima
Es decir, quejarte por todo y echarle la culpa a los demás o a las circunstancias. Puede que no te guste lo que te está pasando, pero culpar a los demás no va a solucionar nada. Es hora de hacerte responsable de tu vida y de tus decisiones, y de poner manos a la obra para hacer los cambios que de verdad quieres. Y no, no es fácil. Ni para ti ni para nadie.
2. Pensar que puedes cambiar a otras personas
En esto caemos todos en algún momento u otro y por distintas razones, pero es frustrante e inútil. Tu puedes ayudar a cambiar a alguien que esté dispuesto a hacerlo, pero quien no quiere cambiar o ni siquiera es consciente de que puede hacerlo no va a hacerlo por más que tu te empeñes. Es difícil de a asumir pero hay que aceptar a las personas exactamente como son y ayudarlas en lo que te pidan o servirles de inspiración cambiando tu para que encuentren esa motivación.
Si no te ves capaz de aceptar a una persona como es quizá tengas que replantearte la relación o cambiar tu a ver qué sucede…
Nada fácil tampoco.
3. Resistirte a la realidad
Este punto me gusta especialmente y te puede cambiar la vida. Hay muchas cosas que puedes cambiar: puedes cambiar de trabajo, mejorar tu aspecto físico, aprender algo nuevo, etc. Pero también hay cosas que no puedes cambiar (entre ellas a ciertas personas como menciono en el punto anterior): no puedes cambiar que tu jefe no sea como tu quieras, no puedes cambiar que vaya a llover, o tener que pagar la hipoteca o impuestos…
Hay muchas cosas que tu directamente no puedes cambiar, pero puedes aceptarlas en vez de resistirte y eso hará que estés más relajada y que puedas tomar mejores decisiones al respecto.
Muchas personas me escriben quejándose porque su jefe es de tal o cual manera, o sus compañeros de trabajo, o sus condiciones de vida o trabajo; e incluso afirman que saben que la situación no va a cambiar. Resistirse a algo es muy frustrante y te puede hacer muy infeliz. Tienes dos opciones: aceptarlo y seguir adelante o cambiar (tu o tus circunstancias).
Y no, no es fácil, pero merece la pena aprender e intentarlo porque el efecto en tu salud física y mental se nota.
4. Pensar que las cosas son siempre mejores o más fáciles o… para los demás
Esto también es muy típico. Es que tu has tenido mucha suerte, es que como fulanito es más atractivo, es que ese lo tiene más fácil porque tiene más dinero, es que…
Las personas que han conseguido lo que quieren no lo han tenido fácil. Todo cuesta y da igual que seas más rico, más guapa, más delgada, morena, rusa, madre o soltera. Cada situación tiene sus pros y sus contras, unas cosas te resultarán más fáciles y otras más difíciles. Una persona alta quizá llegue mejor a la canasta pero tenga problemas para comprarse un coche. Una persona guapa quizá consiga antes un trabajo (no tengo ni idea, que conste) pero luego la subestimen porque es demasiado guapa.
Cada uno tiene sus problemas y sus circunstancias y, en general, el que llega alto es porque ha trabajado mucho, ha tomado decisiones, se ha arriesgado y no se ha quedado de brazos cruzados. Por eso encuentras gente de todo tipo con éxito (incluyendo muchas que seguro que lo han tenido bastante más difícil que tu. Y no lo digo para hacerte sentir mal sino para que veas la realidad y te quites la máscara de víctima cuanto antes.)
Así que no te engañes, deja de pensar en lo “fácil” que lo tienen los demás y si de verdad quieres algo ponte manos a la obra.
5. Preocuparte por lo que piensan otras personas
Sinceramente yo pienso que esto es inevitable, al menos en cierta medida. Somos humanos, tenemos nuestro corazoncito y en general queremos gustar, así es la vida. Pero una cosas es aceptar que te preocupe y otra muy distinta dejar que limite tu vida. Yo, por ejemplo, siempre o casi siempre hago lo que quiero, ¿quiere eso decir que no me preocupa lo que piensen los demás? A veces sí y a veces no, depende de quien sea la persona, pero lo que está claro es que esa preocupación o necesidad de aprobación no me va a detener. La acepto y sigo adelante. Y tu puedes hacer lo mismo.
Y no, no es fácil aceptarlo, se consigue poco a poco hasta que un día te das cuenta de que ya no te afecta tanto.
6. Pensar que solo hay una cosa buena o correcta y el resto ya no lo son
Esto es algo que poca gente se ha parado a pensar, es como el tema de encontrar tu vocación. Parece que o tienes clarísima tu profesión ideal o vas a ser infeliz el resto de tu vida. Y solo hay una opción válida, buena, correcta, el resto no te conviene o no merece la pena.
Este tipo de pensamiento es la causa de la infelicidad de muchas personas pero, ¿sabes qué? La realidad es que puedes ser feliz de distintas maneras y que hay muchas opciones perfectamente válidas para ti. Pensar que solo hay una cosa es estresante y descorazonador, entras en la angustia de “la vida pasa y no he encontrado ESO que me hará feliz de aquí al resto de mis días”. Bueno, pues “reality check” como dicen en inglés. Puedes ser feliz con distintas opciones y puede que lo que te ha hecho feliz hasta ahora no lo haga en un futuro.
Y no pasa nada, es normal, ley de vida. Es cuestión de averiguar qué opciones tienes y elegir la que mejor se ajuste a tus circunstancias, prioridades y valores actuales. Tardarás más o menos, puede que necesites ayuda para encontrar tus opciones; pero lo que quiero que tengas claro es que no hay UNA SOLA COSA perfecta, hay opciones y tu eliges.
7. Pensar que tu pasado determina tu futuro
Que hayas cometido un error en el pasado no quier decir que tu vida se haya acabado para siempre y que no puedas hacer las cosas de otra forma. El pasado, pasado está y siempre tienes la oportunidad y el derecho de empezar de nuevo. La tuviste ayer, la tienes hoy y la tendrás mañana. Como casi todo en esta vida, es tu elección…
En resumen, está claro que no somos robots, que tenemos altibajos y que ciertas circunstancias o personas pueden desencadenar especialmente este tipo de pensamientos, y está bien. La cuestión es ir dándote cuenta para poder cambiarlos poco a poco. Porque la realidad es que pueden afectar mucho a lo que consigues en la vida, a tu felicidad y cualquier cosa que puedas hacer para sentirte realizada y más satisfecha siempre vale la pena, ¿o no?