Mediante cinco puntos importantes, el educador puede convertirse en un maestro innovador.
En el marco del 3er Congreso Internacional de Innovación Educativa, organizado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), se presentaron los principales avances en cuanto a tendencias, tecnologías y gestión de la innovación para la Educación, sin embargo, en ocasiones ha quedado un poco relegada la figura del profesor, quien a pesar de todos los avances en el sector educativo, sigue siendo la figura más importante de este proceso de vital importancia para la juventud y la competitividad de un país.
En este sentido, McGraw-Hill Education, tiene como fin acelerar el aprendizaje a través de experiencias intuitivas, participativas, eficientes y efectivas, basadas en la investigación y el uso de la tecnología enfocada en la inteligencia artificial.
Fernando Valenzuela, Director de Latinoamérica de McGraw-Hill Education, comenta que “actualmente el modelo educativo en México es obsoleto, ya que las nuevas generaciones de estudiantes necesitan tener un rol más importante donde en conjunto con los profesores e incluso, los padres de familia intervengan en la construcción del conocimiento, lo que permitirá que la Ciencia del Aprendizaje provea de más soluciones y herramientas para la educación de los jóvenes”.
Mientras tanto, el profesor puede dar pequeños pasos para mejorar las experiencias de aprendizaje, por lo cual, Valenzuela nos brinda cinco puntos importantes para ser un maestro innovador:
1. Cambiar de Rol. El profesor tiene que pasar a un rol diferente en el cual se debe convertir más en un curador de información que en el dueño del conocimiento, tal como funciona en los museos, galerías o revistas. De tal forma que el aprendizaje personalizado surja a partir del proceso cognitivo de cada estudiante.
2.Uso de Herramientas Tecnológicas. El profesor jamás podrá ser suplantado por la tecnología. Ésta, utilizada debidamente, debe fungir como una guía para que los estudiantes enriquezcan su proceso educativo. De esta forma, el profesor marca la pauta para aplicar una mezcla apropiada entre la innovación de un SmartBook de McGraw-Hill Education, por ejemplo, con los ejercicios convencionales de su clase.
3. Diversión. El estudiante debe de contar necesariamente con contenido entretenido para que no sólo estén interesados en la clase sino que, con el paso del tiempo, existan cada vez más alumnos interesados por las matemáticas, la física y la ciencia en general. Hoy en día mostrarles las aplicaciones en la vida diaria de la robótica y la innovación tecnológica puede ser un parteaguas en su vida.
4. Empoderar al estudiante. Este cambio de rol en el profesor trae consigo a un alumno más participativo, de tal forma que el éste puede dialogar de igual a igual con el docente. En este sentido, el alumno debe de ser partícipe de la construcción del conocimiento de la clase.
5. Aprendizaje colaborativo. La ciencia del aprendizaje ha permitido el desarrollo de nuevas soluciones educativas que responden, por un lado, a las demandas de las nuevas generaciones de millennials y centennials y por otro, a los cambios de paradigmas en la enseñanza. Con ello en el aprendizaje colaborativo intervienen alumnos, profesores, padres de familia y tecnología, sinergia de vital importancia para la educación del Siglo XXI.
Actualmente, el profesor debe desarrollar en sus estudiantes nuevas habilidades, con la responsabilidad de alcanzar un mayor grado de madurez en el uso de herramientas tecnológicas para mantener a los alumnos enganchados con contenidos personalizados y experiencias interactivas que resulten en un modelo educativo adaptado a las nuevas tendencias tanto de enseñanza como de aprendizaje.
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