Hay series de TV que pueden servir de inspiración y despertar la curiosidad para aprender, observar y profundizar en la mejora personal y profesional. Es el caso de New Amsterdam, que deja muchas enseñanzas.
Más allá del gusto de cada quien, sabemos que las historias relacionadas con la medicina, los hospitales y sus entretelones siempre despiertan curiosidad. Ese es justamente el caso de “New Amsterdam”, disponible en Netflix, un drama médico estrenado en 2018 por la cadena NBC de Estados Unidos.
En tiempo de pandemia, donde las proezas médicas están muy presentes en el agradecimiento colectivo, la serie recrea la vida dentro del legendario Hospital Bellevue, en Manhattan, Nueva York, y el más antiguo de los Estados Unidos: fue fundado en 1736. Se trata de un centro público de salud que, actualmente, tiene más de 7000 empleados, incluyendo el profesional médico. También es el hospital escuela de la Universidad de Nueva York. En la serie, el edificio está lindante con una prisión de alta peligrosidad, con la que la también interactúa la trama.
En este hospital se abrió en 1799 la primera sala de maternidad en Estados Unidos; también, los primeros consultorios ambulantes del país y una sala especial de tratamiento neuropsiquiátrico para niños, niñas y adolescentes, entre otros hitos médico-científicos. Actualmente atiende un 80% de población desprotegida, sin acceso a planes de salud.
“New Amsterdam”, nombre del hospital en la serie, se basa en los relatos de un ex director del lugar real, Eric Manheimer en su libro ’12 pacientes: vida y muerte en el Hospital Bellevue’. Vale recordar que este fue uno de los epicentros de atención de las víctimas de los atentados a las Torres Gemelas.
En la versión televisiva el protagonista es el doctor Max Goodwin (protagonizado por Ryan Eggold), convertido en nuevo director del gigante hospital, que se propone sacudirlo por completo, romper con viejas estructuras de mala atención y corrupción, y volver a poner el foco en los pacientes. De hecho, el propio Max perdió allí mismo a su hermana por una infección intrahospitalaria que podría haberse evitado.
10 lecciones de liderazgo de “New Amsterdam”
Sin spoilear, podemos extraer de “New Amsterdam” algunas lecciones a aplicar en el liderazgo y en el desempeño individual, cuando las personas quieren mejorar.
1. Enfocarse siempre en “¿Cómo puedo ayudar?”
El protagonista tiene siempre presente esta frase ante cualquier situación y problema que se presenta; es el lema sobre el que basa su estilo de liderazgo. Llevándola a la realidad, los estilos de lideres colaborativos, empáticos, humildes, cercanos y compasivos, también se basan en ese tipo de preguntas transformadoras que impulsan soluciones, en vez de quedarse estancados en el “¿por qué?”. El “cómo puedo ayudar” es generativo, impulsa y abre caminos de ideas y acción.
2. Liderazgo basado en valores
“New Amsterdam” es, en código televisivo, una crítica al sistema de salud de Estados Unidos, mayoritariamente privado y costoso. Al ser este un hospital público, en la gestión del director del hospital se repite permanentemente: “Aquí todos tienen lugar, incluso los indocumentados. La prioridad es atender a las personas y salvar vidas.” De hecho, rechaza los múltiples llamados del alcalde o del jefe de policía que intentan “torcer” algún caso que aparece en la guardia de emergencias.
Los valores que transmite el protagonista, y la forma en que los trasvasa a todo el equipo, es otro de los aspectos que podemos rescatar para ser buenos líderes. Hace recordar a los pioneros médicos: cercanos, sensibles y conectados con los pacientes.
3. Creer que es posible
El mantener un rumbo claro, por dificultoso que resulte, no se puede hacer solo. Es necesario rodearse de un equipo profesional y comprometido. Contagiar el sueño del desafío que se tiene por delante conecta la misión con el propósito, y así es más sencillo reorientar los esfuerzos cuando parece que se ha perdido el rumbo.
4. No temer a tomar decisiones radicales
Un punto central es saber cuándo y cómo cortar de raíz con lo que genera vicios en las organizaciones; y es justamente Max Goodwin quien lo hace de una forma poco ortodoxa -convengamos que muy televisiva también- para desprenderse de un tirón de equipos completos de quienes estaban corruptos en el sistema, e incorporar nuevas generaciones deseosas de contribuir.
El líder necesita tener la firmeza justa en los momentos apropiados; sé por mi trabajo como coach de CEOs y altos ejecutivos que esos momentos suelen ser de gran soledad e incertidumbre. Sin embargo, allí aparece el temple de quien lidera, y asume las consecuencias.
5. Reacción en cadena
Hay muchas circunstancias críticas que implican un trabajo en comunión como única alternativa para generar el resultado que se busca. En una organización, quien es buen líder saber aprovechar este efecto en cadena que resonará en los distintos niveles del equipo para, en conjunto, enfocarse en el mejor resultado posible.
La medicina es, también, una ciencia que se basa en la deducción y el cruce de variables y análisis de datos. Justamente lo mismo que hacen los líderes cada día para provocar ese efecto concatenado, buscando alcanzar el objetivo aún en los momentos más adversos. Del alineamiento y la claridad de la conducción, y la ejecución sumando esfuerzos combinados, dependerá lo que suceda.
6. Todo logro implica esfuerzo extra
“Todo lo que vale la pena implica un esfuerzo”, dice el experto en liderazgo John Maxwell, uno de mis maestros recientes. Y lo mismo pasa en la serie, que muestra la abnegación al extremo de muchos de los profesionales, aquí en roles principales y secundarios. Asumir esto desde un principio es clave para un liderazgo eficaz. No se logran grandes metas sin una dosis de esfuerzo adicional, muchas veces sostenido en el tiempo de todo el equipo, no solamente de los niveles de conducción. Por eso es que se hace imprescindible desarrollar el auto liderazgo en los mandos medios y todas las líneas de las empresas y organizaciones.
7. Quién es tu cliente
Tanto en “New Amsterdam” como en el liderazgo real, es importante identificar dónde concentrar el esfuerzo, ya que diariamente no es posible librar todas las batallas al mismo tiempo. Las empresas que intentan hacerlo -por ejemplo, no sabiendo definir quién es su público primario- derrochan esfuerzo, tiempo y dinero.
En este caso, el director del hospital prioriza a los pacientes versus las presiones de la junta directiva o los millonarios que hacen suculentas donaciones anuales. El rol de quienes son líderes es saber determinar por dónde ir, qué es lo prioritario que los acerca al resultado que buscan, aplicar mucho de sentido común, y tener la determinación para saber decir que no, aunque esto cueste y sea desagradable.
8. Estructura sólida
Una realidad de la medicina en Estados Unidos es que la práctica privada lleva a muchos a, prácticamente, hacerse millonarios en pocos años; no así pública. Por eso es que el aspecto de vocación médica que se presenta en la serie es uno de los ejes que mantiene cohesionado al equipo.
La clave para el liderazgo está en saber rodearse de aquellos que, más allá de aspirar a un pago justo y trabajar sólo por eso, tengan el espíritu de servicio que se necesita, ya sea en un hospital o en una empresa de cualquier tipo y tamaño; y sería deseable que lo mismo ocurra en el empleo público. Las personas comprometidas y leales son las que hacen la diferencia.
9. Desafiar el status quo
Como queda explícito, el personaje central desafía permanentemente a las instituciones, encuentra rendijas legales, e incluso toma decisiones que son arriesgadas y que van en contra de los intereses preestablecidos.
Si se quiere transformar el mundo, o el mercado en el que te desenvuelves, es necesario romper con ciertos esquemas, como esos que se observan en organizaciones detenidas en el tiempo con empleados que tienen tatuado en la frente “aquí esto siempre se hizo así”. Por eso es que cada líder necesita sacudir el status quo de las cosas, como catalizador de lo nuevo.
10.Vulnerabilidad
Hay otro ejemplo interesante para ver con lentes de líderes la serie “New Amsterdam”, y es que a este director de hospital le pasan cosas. Cosas desafiantes. Más allá de su temperamento y fortaleza, no teme abrirse, compartirlas, emocionarse, y dejarse guiar por quien más sabe.
Una confusión frecuente es asociar vulnerabilidad con debilidad, y diferentes. De hecho, en el liderazgo actual, es aceptable decir “No sé”, “No tengo todas las respuestas” y “¿Cómo lo harías tú”? y compartir esa carga con el equipo. Así se hace más liviana la soledad del poder, tan típica de quienes tienen la responsabilidad de conducir organizaciones y equipos.
¿Llevará este estilo de liderazgo de Max Goodwin al cambio que quiere lograr? ¿Alcanzará sus objetivos de ver una nueva forma de ejercer la medicina? Habrá que verlo en la serie.
Y, mejor aún: ¿Llevarás este estilo de liderazgo al cambio que quieres lograr en tu empresa y equipos? ¿Alcanzarás tus objetivos al ver una nueva forma de ejercer tu profesión? En este caso, necesitas ponerlo en acción cada día, y medir los resultados, persistiendo a las dificultades, y fortaleciéndote a cada paso.