La inversión en capital de riesgo alcanzó en el primer semestre del año 4.060 millones de euros, un 21,3 % más que en el mismo periodo de 2018, un récord histórico apoyado sobre todo en la entrada de fondos internacionales en empresas españolas, por un total de 3.338 millones.
El presidente de la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri), Miguel Zurita, ha explicado ante los medios que estas cifras han sido posibles gracias a la confianza de los grandes inversores internacionales en la economía española, tanto por la calidad de las empresas como por la estabilidad macroeconómica, pese a la incertidumbre derivada del mapa político.
En el semestre se cerraron nueve grandes operaciones (de más de 100 millones de euros) en ocho empresas, por un total de 2.909 millones, el 72 % del total, pero también hubo un gran dinamismo en el sector mediano (entre 10 y 100 millones), que captó 818 millones de euros en 31 inversiones.
Zurita ha destacado que España se está sumando a la tendencia global por la que las empresas cada vez acuden más a la financiación vía fondos, que es un instrumento más rentable para los inversores y porque la Bolsa es demasiado volátil.
Los fondos internacionales, que en 3 años han multiplicado por seis el volumen invertido en España, representaron el 82 % de la cantidad invertida, en un total de 56 operaciones, récord histórico.
Estos fondos se centran fundamentalmente en capital privado («private equity»), donde hubo operaciones por 3.108 millones de euros, un 27,2 % más que un año antes.
También el capital invertido en fases tempranas («venture capital») internacional experimentó un crecimiento sustancial, del 63 %, aunque el volumen fue mucho más bajo, 229 millones. En este segmento España es menos potente que otros países europeos.
Zurita ha destacado que los fondos internacionales mantienen el apetito inversor, tanto en «private equity» como en «venture», disponen de liquidez y creen que España es un mercado atractivo para invertir.
La calidad de las empresas, las infraestructuras, la preparación del capital humano y el nivel de los servicios profesionales españoles, comparables a los de los países más avanzados de Europa, junto con unos costes más competitivos y con la estabilidad macroeconómica, explican el interés foráneo.
Los fondos de capital inversión españoles privados sumaron 574 millones de euros, un 7,5 % menos que un año antes, y el «venture» nacional privado creció un 14,7 %, hasta 119 millones de euros.
El 90 % de las operaciones financió pymes en fases iniciales y de expansión, aunque los volúmenes más elevados se concentraron en las grandes (2.900 millones).
Las operaciones de entrada en el capital complementadas por financiación externa («buy out») supusieron el 80 % del total, en un escenario de bajos tipos de interés que favorece el acceso a deuda a precios más competitivos; en tanto que el capital expansión supuso el 7,6 % del total y el «venture», el 8,8 %.
Ascri resalta el positivo escenario para las gestoras nacionales, que consolidaron sus carteras, con una inversión en el semestre de 722 millones de euros, un 5 % menos, repartido en 227 operaciones.
Los sectores que mayores volúmenes concentraron fueron el de «otros servicios», con siete operaciones por 1.820 millones de euros; seguido de hostelería y ocio, con 13 actuaciones por 586 millones; y productos y servicios industriales, con 40 operaciones por 350 millones. Informática, productos de consumo y biotecnología les siguió en el ranking.