En China, médicos operaron con éxito a un pequeño con una grave cardiopatía congénita. Utilizaron un modelo en miniatura para planear la intervención
Cuando surgieron las impresoras 3D, la mayoría las pensó como una manera de reproducir juguetes u objetos de decoración, pero sus usos no paran de sorprender, en especial en el ámbito de la salud. Médicos del Hospital Popular de Jilin, en China, utilizaron un modelo 3D de corazón, para operar a un bebé de nueve meses, que sufría de un defecto congénito del corazón grave (CHD, en inglés). Los especialistas utilizaron la réplica para saber en dónde y cómo debían realizar la intervención.
Cuando surgieron las impresoras 3D, la mayoría las pensó como una manera de reproducir juguetes u objetos de
El bebé, que pesaba 5,6 kilogramos antes de la cirugía, tenía dificultades para respirar desde el nacimiento y se le había diagnosticado una rara enfermedad coronaria.
«Debido a que el chico es tan pequeño era casi imposible desarrollar un plan para la cirugía confiable utilizando sólo un examen de ultrasonido«, comentó Zhang Xueqin, cirujano y director del centro de cirugía cardíaca pediátrica del hospital.
«Con el modelo, fuimos capaces de saber con precisión dónde y cómo se debía cortar, y lo grande de la incisión debía ser. Con un plan tan completo, pudimos realizar la operación en la mitad del tiempo».
El pequeño sufría de drenaje venoso pulmonar anómalo total, lo que significa que sus cuatro venas pulmonares estaban en mala posición. Además, tenía un defecto del tabique auricular, haciendo que la sangre fluya entre las cámaras superiores del corazón.
Para salvar al niño, los profesionales de la salud realizaron una réplica del corazón de tamaño normal como modelo de la estructura cardíaca del niño, lo que los ayudó a planificar la operación.
«El defecto era muy raro y complicado. Cuando llegó al hospital estaba gravemente enfermo de insuficiencia cardíaca y neumonía grave», dijo Zhang Xueqin, tras lo que fue la primera cirugía a corazón abierto realizado con la ayuda de la tecnología de impresión 3D en la región.
«Si el tratamiento se hubiese retrasado, las posibilidades de que el menor hubiese muerto antes de cumplir un año habrían sido de hasta el 80%», agregó Zhang Xueqin.