El pronostico econométrico de Claves Información Competitiva, prevé que luego de estas elecciones, se esperan 14 trimestres con estancamientos o bajas productivas. Podrían moderarse en 2010 por iniciativas oficiales y mejora de la crisis externa. Lo peor de la recesión se espera para el 2011 y la reactivación recién llegaría con el nuevo gobierno.
Asimismo, hasta fin de año se espera una política gradualista para recibir un 2010 con un escenario que plantea un shock cambiario y ajuste fiscal con defensa de las reservas. En este sentido, el 2011 tendría políticas monetarias y fiscales expansivas que podrían requerir de una asistencia externa.
Después de estas elecciones
Claves pronostica que el riesgo país seguirá alto. Por ello, se cree que lo que moverán las expectativas externas son las políticas que se ensayen para pagar los servicios de la deuda pública. Así, se prevé la aproximación a los mercados que se inició antes de la crisis global, como el Club de París y los holdouts.
En síntesis, el 2009 culminará con claros signos de recesión; el 2010 tendrá un escenario de estancamiento que, se transformará en el 2011 en una estanflación para finalmente, lograr una expansión económica hacia el 2012.
El informe indica, que el actual modelo virará hacia un nuevo equilibrio con menor actividad, empleo y poder adquisivo. Las políticas nacionales tenderán al estatismo, el aislamiento y el proteccionismo.
En este contexto, es muy probable que la magnitud de las distorsiones haga necesario la aplicación de políticas de shock (cambiarias y fiscales) entre el segundo semestre del 2009 y el primer semestre del 2010. Agotado el impacto de shock y ante la perspectiva de estanflación y pérdida de reservas, se entraría en un ciclo abierto de la economía, con tensiones monetarias, cambiarias y sociales propias de una etapa preelectoral presidencial. Un acuerdo con el FMI, en este contexto ya no sería recomendable, sino imprescindible.
El Gobierno resultante de las elecciones de fines de 2011, en principio, cerraría un capítulo y, al cambiar de paradigma en la organización económica, arribaría con renovado crédito interno y externo.