Parecía difícil que la industria del venture capital global pudiera repetir en el segundo trimestre de 2015 los registros de inversión alcanzados en el principio de año, pero no solo se han igualado sino que han sido superados de largo.
Los fondos que apuestan por empresas de reciente aparición no están dispuestos a levantar el pie del acelerador y continúan pulverizando récords de inyección de recursos en proyectos innovadores.
De abril a junio, las operaciones de financiación protagonizadas por este tipo de vehículos en todos los rincones del planeta ascendieron a 34.000 millones de dólares (unos 30.600 millones de euros), según las estadísticas del servicio de análisis Preqin. Esta cantidad representa un incremento del 17% respecto a los 29.000 millones de dólares del arranque del ejercicio y del 41% en comparación con los 24.000 millones de dólares en idéntico periodo del año pasado, en el que el volumen de inversión del venture capital toco máximos históricos.
El hito de 2014 se revela más frágil que nunca, a la luz de la evolución que sigue el sector. Con los datos más recientes en la mano, la inversión de estos fondos se elevó a 63.000 millones de dólares (alrededor de 56.800 millones de euros) en la primera mitad de 2015; un nivel que deja a tiro la posibilidad de rebasar el total de hace un año, situado en 90.000 millones de dólares (unos 81.200 millones de euros). De hecho, en solo seis meses, la industria del venture capitalya ha realizado transacciones por más de dos tercios de todo el valor acumulado en 2014.
Pero el alza de la inversión no es necesariamente positiva por sí sola, y así lo refleja también la actual coyuntura del venture capital. Lejos de significar que hay más emprendedores beneficiados por el aumento de financiación, lo que ocurre es que la inyección de recursos cada vez está más concentrada. Así, mientras el volumen de inversión no deja de subir, el número de operaciones no para de caer.
En el segundo trimestre, se contabilizaron 1.876 las transacciones en las que intervino elventure capital, frente a las 1.913 del trimestre previo o a las 2.429 del mismo lapso del ejercicio pasado. Esta tendencia a la baja es para algunas voces dentro del sector sintomática de una de las peores amenazas para la actividad: el calentamiento de precios.
«Con los gestores de fondos atesorando una gran cantidad de capital recaudado para gastar, el tamaño medio de las ofertas está subiendo y empieza a haber cierta preocupación respecto a que las valoraciones de activos se estén inflando», explica Christopher Elvin, responsable deprivate equity de Preqin.
Para otros agentes dentro de la industria, el encarecimiento de las operaciones no es sino un signo de pujanza y ambición de las empresas jóvenes e innovadoras que ocupan el foco de atención del venture capital, que cada vez precisarían de rondas de financiación más consistentes para acometer sus planes de negocio. Eso sí, incluso los más optimistas no pueden borrar la alargada sombra del crac de las puntocom en el inicio del siglo.
Aquella crisis asestó un duro varapalo a los fondos especializados en invertir en start ups con un alto componente tecnológico y dio origen a una travesía por el desierto de más de una década, en la que los gestores tuvieron que lidiar con un entorno hostil donde captar la atención de los inversores y atraer recursos no resultó tarea fácil.
Ahora que las condiciones han cambiado radicalmente y son más favorables para la actividad -es más, se atraviesa una época boyante- nadie quiere incurrir en los mismos errores que condujeron al desastre. Aunque, ya se sabe, el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra.
Mamen Ponce de León