Si bien durante las últimas décadas, hemos sido testigos de profundas transformaciones que permiten a las mujeres ocupar un lugar importante en el mundo de los negocios, sabemos que todavía falta mucho por hacer. Hoy ya existe un consenso respaldado por las investigaciones de Deloitte, McKinsey y EY entre otros, del valor agregado por las mujeres cuando ocupan altos puestos en una empresa.
Por ejemplo, Deloitte ha hablado en sus informes del dividendo de género: las ganancias que obtienen las empresas al incorporar mujeres en los negocios, por el valor agregado que tienen al dar una mirada distinta a cómo hacer negocios. Eso es, entre más mujeres en puestos de decisión tenga una empresa, más ganancias obtendrá. Al fin y al cabo, las mujeres controlan cerca del 65% de las decisiones de compra totales en bienes y servicios a nivel global. También Kauffman Foundation en su Sources of Economic Hope nos dice que el aumento del número de mujeres en posiciones de liderazgo tiene correlación con el aumento de retorno de los negocios.
Pero si las mujeres somos tan buenas para las empresas, ¿por qué no tenemos más presencia? ¿Por qué no vemos a la mayoría de las startups encabezadas por mujeres? Bueno, pues son varias las razones y nada tienen que ver con la habilidad para emprender.
A lo largo del tiempo, hemos podido identificar que las mujeres emprenden con el mismo poder que los hombres pero muchas veces lo hacen en industrias que están más relacionadas con un estilo de vida y no con sectores que ofrecen un gran potencial de escalabilidad, que es uno de los puntos más relevantes para un potencial inversor. Dicha decisión tiene muchas veces que ver con usar la empresa para mejorar las condiciones económicas de la familia, y no tanto con querer crecer una empresa mas allá de la familia. Otras veces, se empieza “con garra” y cuando la empresa comienza a despegar, el poder o no conciliar la vida personal con la profesional determina si la empresa crece o se estanca. En cambio, los hombres no tienen generalmente que enfrentarse a este dilema, y crean empresas en mayor porcentaje que las mujeres en sectores de tecnología y por lo tanto fácilmente escalables, y atractivas para los inversores. Otro factor importante, son las redes que tejen, mientras las mujeres se destacan por pedir ayuda u opinión a sus familiares y amigos, muchos hombres tienen la posibilidad de crear redes realmente profesionales porque también en mayor medida estudian y trabajan afuera de sus propios países.
Para encarar algunos de estos desafíos, venimos trabajando desde el 2013 en WeXchange, una plataforma que facilita el encuentro de mujeres empresarias con inversores, mentores, , otras emprendedoras y emprendedores, y la posibilidad de formar parte de un Pitch Competition, que las lleva a presentar su emprendimiento frente a inversores y otros actores del ecosistema de innovación y emprendimiento de la región. Les brinda la posibilidad de aprender de mujeres “reales”, con dificultades similares a las de ellas, que son un modelo a seguir gracias a su trabajo, y con las que se pueden identificar. Quizá lo más importante es la red que construyen a partir de su experiencia en WeXchange, ya que las relaciones que establecen las ayudarán a nutrir o descartar su idea primigenia.
Nos parece vital llevar a este encuentro a mujeres latinoamericanas, para en la diversidad de culturas y lenguas confirmar una vez mas que no hay un “tipo” de persona que pueda emprender y que, por supuesto, el emprendimiento no tiene edad. Creemos que WeXchange puede ser el catalizador de otras iniciativas que buscan dar espacio y recursos tanto a emprendedoras como a inversoras.
Con el lema Emprendedoras transformando al mundo con tecnología, enfocamos esta edición en emprendimientos STEAM (en ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas por sus siglas en ingles), buscando generar herramientas que permitan a las emprendedoras desarrollar startups realmente escalables y que generen un impacto positivo tanto en la sociedad como en el medio ambiente. Sabemos que hay todavía camino por recorrer, pero la experiencia nos indica que vamos por buen rumbo y basadas en lo vivido en estos años de trabajo con mujeres podemos dejarles estos
5 consejos para las mujeres emprendedoras
Teje redes más allá de la familia y los amigos. Consultar alguna idea con tu círculo cercano está bien, mientras no te quedes en él. Busca siempre ir hacia el plano profesional.
Busca mentoría profesional. Sí, está bien pedir ayuda, aprender eso que podría transformar tu vida. Es importante que te rodees de conocimiento confiable y de primera mano y que estés acompañada en el camino, verás qué diferente es hacer el camino de la mano de una mentora o un mentor.
Aprende del fracaso. Si algo hemos aprendido en WeXchange, es que los fracasos pueden convertirse en la oportunidad de tu vida, si aprendes de ellos y te motivan para mejorar tu empresa.
Créelo, el mundo de verdad necesita a las mujeres. No se trata de que la sociedad necesite cubrir una cuota de género, es real que el mundo necesita a las mujeres pues hacemos un gran trabajo. Prueba de ello son las palabras de Kevin O’Leary, inversionista famoso por su participación en Shark Tank, quien dijo que de las compañías en las que ha invertido, las que mejor retorno han dado, son dirigidas por mujeres.
Las emprendedoras vienen de todos los tamaños, no hay un tipo de mujer hecha para esto. Linda Rottenberg de Endeavor cree que no hay un tipo de mujer emprendedora o que hacer ciertas cosas garanticen el éxito. Lo mejor es que seas tú misma, que no busques la perfección. Lo mejor para tu emprendimiento es que te vistas como te guste, que hables como hablas, que abraces tus fallos y tus aciertos.
En su quinta edición, WeXchange estará enfocado en mujeres emprendedoras en STEAM y se llevará a cabo en Santiago de Chile, durante los días 4 y 5 de diciembre y será uno de los eventos satélite del Gender Summit 12, en Ciencia, Tecnología e Innovación para América Latina. Si te interesa asistir, estás a tiempo, regístrate aquí.