De los seis errores, el peor que pueden cometer las fintech es pensar que van a matar a la banca.
No es tan simple lanzarse al sector de las finanzas tecnológicas y triunfar a la primera. Hay que encontrar inversiones para poner en marcha proyecto o ideas ambiciosas, pero también hay que tener calidad, conocer bien la regulación y no subestimar la complejidad del mercado cuando se busca crecer.
Las startups en el sector fintech se multiplican. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y no es sencillo alcanzar el éxito con una idea o proyecto por muy disruptivo que sea. Algunos expertos van más lejos y declaran que el peor error que pueden cometer las fintech es pensar que van a matar a la banca.
Junto a esta máxima, hay otros errores, identificados por la consultora William Mills, que deben evitar las fintech cuando irrumpen en el mercado:
1. Fe ciega en mi idea
Tener una buen idea no es sinónimo de éxito. Muchas veces creer que ese producto va a cambiar el panorama financiero lleva al fracaso. Hay que estudiar el mercado y ver si la idea tiene hueco y no lanzarse a desarrollar el producto financiero sin investigar si ya existe o si es realmente es necesario o si verdaderamente resuelve un problema o una carencia. Hay que analizar lo que hacen los bancos tradicionales y la competencia.
2. Los productos no se venden solos
La idea es buena pero ¿cómo llega el mercado? Todas las fintech sueñan en ser Uber pero la innovación no se vende sola. Los planes de venta y marketing para que el producto tecnológico conquiste el mercado son vitales. De la misma manera que el desarrollo de producto requiere tiempo y diligencia, la creación de una estrategia de ventas requiere planificación y habilidad.
La estrategia tiene que tener en cuenta que los plazos de ventas se pueden alargar y no coincidir con el desarrollo veloz del sector fintech. Algo que puede ser muy complicado entre
productos innovadores que pueden quedarse obsoletos en unos meses.
3. Web “en construcción”
La credibilidad es necesaria para cerrar los tratos. Y la web es la carta de presentación. Muchos potenciales clientes van a visitar la página de la fintech nada más escuchar su idea. Lo que vean en ella va a ser vital para que los usuarios apuesten por los productos.
Hay que integrar los siguientes elementos en la web: las características del producto, los materiales de marketing y de medios de comunicación. Y si al comienzo el producto no es conocido y no existe ninguna cobertura, incluir enlaces a temas relacionados con la industria.
4. Hacer caso omiso de los ciclos económicos
La marcha de la economía, guste o no, va a tener relevancia en el impacto del negocio. Si por ejemplo se va a lanzar una plataforma de préstamos alternativos, hay que tener en cuenta las tasas de interés que hay en ese momento y prever una subida para que el ciclo económico no arruine el negocio.
5. La regulación es muy importante
Para ciertos sectores del mundo financiero es muy importante la especialización jurídica, sobre todo el caso de la normativa de privacidad y uso de datos. Algo que no deben de olvidar nunca las fintech al desarrollar su plan de negocio.
También es posible que necesiten cumplir ciertos requisitos legales aunque muchas empresas olvidan que la industria de servicios financieros está fuertemente regulada. Tenerlo en cuenta ahorra tiempo, dinero y ayuda a la hora de elaborar planes de negocio más inteligentes.
6. Inversión y financiación
A la hora de solicitar una inversión se debe preguntar qué tipo de informes se necesitan, qué información se pide y la política que hay que seguir para cerrar un acuerdo. Hay que tener en cuenta que se trabaja bajo diferentes reglas, si es un accionista extranjero ser conocer las diferentes legislaciones, ser conscientes de las diferencias culturales y afinar la forma de interactuar.
En las inyecciones de capital, para evitar operaciones fraudulentas como el blanqueo, es preciso informarse bien y elegir a un inversor de capital riesgo con experiencia en el ecosistema fintech. Si hay un sector donde la experiencia importa, es la industria de servicios financieros tecnológicos.