El pasado 19 de noviembre se celebró el Día de la Mujer Emprendedora, una fecha avalada por la Organización de las Naciones Unidas desde 2014 con el fin de incentivar el empoderamiento femenino, pero sobre todo las políticas de igualdad de género. A casi una década de este reconocimiento, hay resultados concretos: el observatorio Global Entrepreneurship Monitor informó este año que un tercio de las empresas de alto crecimiento e innovación en todo el mundo están dirigidas por mujeres.
El mérito es mayor cuando se analiza que el éxito que han logrado en la mayoría de los países fue sin políticas que alivien la carga que la mujer tiene en el hogar y en la crianza de los hijos. El dato es alentador también en la Argentina, donde el Ministerio de Desarrollo Productivo de la República Argentina confirmó que en 2020 una de cada tres micro, pequeñas y medianas empresas tuvo liderazgo femenino. Sin embargo, muchas mujeres aún siguen en desventaja, ya que, según la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA), la mitad de las emprendedoras del país emprende por vocación y desarrollo personal, mientras que el otro 50 por ciento lo hace por necesidad.
La incidencia de la mujer en el ecosistema emprendedor es cada vez mayor, en especial en la categoría de microemprendimientos, debido a la flexibilidad horaria y la posibilidad que da de combinar el trabajo con la vida doméstica. En ese contexto, muchas emprenden solas, sin el conocimiento adecuado, pero con todo un universo de posibilidades delante suyo. Es por eso que hay que ser realista con los objetivos y aspiraciones y tener una estrategia que funcione como guía para alcanzarlos.
Frente a la experiencia compleja que significa emprender, tener un norte hará el camino más sencillo.
Hay dos cuestiones que son fundamentales a la hora de iniciar un emprendimiento. La primera es detectar una necesidad real que deba ser satisfecha, ya que eso garantizará que haya una demanda constante de aquel producto o servicio que se quiera ofrecer. A su vez, y esto no es menor, la actividad que se lleve adelante debe reflejar la personalidad de la emprendedora y mostrar cierta marca personal.
En el emprendimiento también se juega la pasión, que debe estar en todo momento, pero para eso hay que elegir hacer algo que a una la enamore. También es necesario tener cierta tolerancia a la frustración, ya que al principio se cometerán errores. Como dicen los expertos, lo ideal es equivocarse rápido y al principio porque es más barato. Es mejor salir al mercado con lo mínimo más que con algo perfecto. Con el tiempo, el proyecto se irá sofisticando de la mano con el crecimiento del negocio.
Para aumentar las chances de éxito, es importante tener aliados de todo tipo. Uno de ellos es el cliente, a quien no hay que tener miedo de preguntarle si está satisfecho y cómo puede mejorar su experiencia.
Construir una sólida red de apoyo con mentores y personas de la industria que puedan conectarnos con otros actores del sector también será de gran ayuda.
Nunca hay que dejar de aprender y de escuchar a los que más saben. La tecnología es la otra gran socia en la ecuación de cualquier emprendedora, ya que maximiza la productividad y hasta da mayor flexibilidad y seguridad.
“Celebramos a todas las personas que se animan a emprender, afrontar miedos y aferrarse a sus proyectos. Desde Getnet impulsamos a las mujeres emprendedoras con soluciones simples, servicios y herramientas para vender más y mejor. Asimismo, generamos sinergia con organizaciones que potencien sus emprendimientos y les faciliten espacios y diálogos entre mujeres en la misma situación. Ser parte de la solución es el camino que elegimos para alcanzar aquellas metas”, afirma Victoria González, Customer Experience Manager de la solución de cobros del Grupo Santander.
La empresa, además de ofrecer un sistema de cobros simple tanto para comercios como para tiendas online, ha hecho una alianza a lo largo del 2023 con la comunidad de mujeres emprendedoras Ladies Brunch con el objetivo de potenciar sus negocios.
El caso de Getnet y Ladies Brunch es uno entre muchos, ya que existen muchas empresas e instituciones que brindan programas de formación para emprendedores e incluso algunas funcionan como aceleradoras que prestan los recursos necesarios para dar los primeros pasos.
Eso habla de lo maduro que está el ecosistema emprendedor en la Argentina y que está permitiendo que las mujeres puedan ser dueñas de su propio destino, algo que de hecho ya está ocurriendo, ya que, tal como afirma el Ministerio de Desarrollo Productivo en su informe “MiPyMEs lideradas por mujeres”, son cada vez más las empresas lideradas por ellas. Después de todo, los años de lucha y resiliencia están dando sus frutos.