por Entrepreneurs Organization – INC
Para tener éxito en tu startup, necesitarás la resistencia del Conejito Energizer y la sabiduría para entender cuánto aún no sabes.
Chris Cardinal, miembro de Entrepreneurs Organization (EO) en Arizona, es uno de los fundadores de Synapse Studios, una consultora de productos y software que resuelve desafíos complejos y ayuda a impulsar a las empresas con tecnología. Le pedimos a Chris que compartiera sus pensamientos sobre cómo los emprendedores de startups pueden evitar errores comunes y avanzar hacia el éxito.
Como líder valiente de una startup, si no has escuchado ya la advertencia, pronto lo harás. Considéralo un rito de paso del emprendedor: «Sabes que el 20% de las empresas fracasan en el primer año, ¿verdad?»
Sí, esa estadística es real. Dirigir una startup exitosa es difícil. Hay mucho que equilibrar a la vez. Además, tendrás la presión de tener una pasión ilimitada, pero recursos finitos. No es de extrañar que tantas empresas incipientes cierren — ¡rápido!
¿Qué causa exactamente que las nuevas empresas fracasen? Algo que he llamado “complejo visionario” es un gran culpable: los emprendedores depositan una fe desmesurada en sus ideas. ¡Tienen que hacerlo! Es la naturaleza de iniciar un negocio. Todos creen ser Steve Jobs y que un fundador exitoso ignora las críticas a toda costa, constructivas o no. Pero el verdadero liderazgo se parece más a la disposición de cambiar de rumbo cuando se presenta nueva información (si es apropiado), así como saber cuándo mantener el rumbo en servicio de tu visión. La adhesión ciega a las ideas puede desestabilizar ese equilibrio. ¿El resultado? Los fundadores gastan una fortuna en desarrollar un producto completo que nadie quiere comprar.
Otra razón por la que las startups fallan es que los fundadores confían demasiado en su instinto. Está bien escuchar a tu intuición, pero es crucial respaldar tus “sentidos de araña” con una comprensión básica de los fundamentos de dirigir un negocio.
Obviamente, no todos los negocios fracasan. Muchos disfrutan de un crecimiento y éxito sostenido. Si ese es tu mayor objetivo (y claro que lo es), querrás implementar algunas prácticas para mantenerte humilde. Aquí tienes cinco buenas maneras de empezar:
1. Hazte amigo de la investigación
Si no has leído The Mom Test de Rob Fitzpatrick, consigue una copia. El libro resalta lo difícil que puede ser obtener retroalimentación auténtica cuando más la necesitas. Y no te equivoques: necesitas retroalimentación auténtica. Esa información puede validar tu concepto y asegurar que estás en el camino correcto, o puede revelar lo que necesita ajustes antes de desviarte demasiado en la dirección equivocada.
¿Cuál es la manera más rentable de realizar investigación? Abraza el poder del prototipo. Entrega prototipos mínimamente viables a una pequeña muestra representativa de tu público objetivo. Registra la respuesta. Luego, haz más prototipos. Te sorprendería la cantidad de datos que puedes recopilar, incluso con prototipos rudimentarios y no funcionales. Y es mucho más barato que pagar por un producto real solo para descubrir que no funciona.
2. Desafía agresivamente tus suposiciones
Como fundador, estás acostumbrado a ignorar a los detractores. Sin embargo, es bueno ser humilde y no rechazar buenos consejos que desafíen tu visión inicial. Cuanto más abierto estés para recibir nueva información que no esperabas, más efectivo serás a largo plazo.
La historia está llena de ejemplos de empresas que se quedaron atrapadas en sus propias ideas. ¿Adivina cómo se les llama ahora? Otra estadística de fracaso empresarial. En lugar de extinguirte, sé capaz de ver las cosas desde ángulos alternativos.
3. Busca asesores personales con experiencia
¿Quieres una educación rápida sobre cómo no fracasar? Aprende a expensas de otros, como mentores. La mentoría es uno de los recursos más confiables para los emprendedores. También puede duplicar tu probabilidad de supervivencia.
No caigas en la categoría de fundadores incapaces de contratar un buen entrenador. Si deseas rendir al máximo de tus capacidades, sé humilde y rodéate de líderes con experiencia que estén dispuestos a decirte la verdad. Considera unirte a una incubadora. Si ya estás establecido y creciendo, te recomiendo encarecidamente el programa Accelerator de EO, que ofrece mentoría con miembros de EO.
4. Simplifica sistemas y procesos
Cuanto antes comiences a codificar tus procesos, mejor. Esto significa repensar los flujos de trabajo improvisados que creaste como una empresa en sus primeras etapas. Escribe todos tus procedimientos internos lo antes posible. Puedes cambiarlos más adelante a medida que las operaciones se expandan. Por ahora, establecerán una base para tus sistemas.
Evita pensar demasiado en esto. Puede ser tentador sobre-ingeniar tus procesos para cualquier eventualidad a cualquier escala, pero eso no es práctico. Construye el marco y espera mantenerlo continuamente como un documento vivo. Dale a ti mismo suficiente tiempo, crea un camino creativo hacia adelante y espera tanto como puedas antes de automatizar. Despacio y constante, a menudo es la mejor estrategia cuando se trata de cambios importantes.
5. Toma decisiones deliberadas
No soy el primero en comparar el emprendimiento con el ajedrez, pero sigue siendo una excelente metáfora. Debes ser capaz (y, quizás más importante, estar dispuesto) a ver siempre varios movimientos hacia adelante. En otras palabras, ve el mundo futuro a través de una lente que te permita considerar los mejores y peores escenarios.
Con estos escenarios en mente, evalúa cada uno. Realiza un análisis FODA. Reflexiona antes de tomar decisiones importantes. Es más difícil de lo que parece, especialmente cuando estás apagando incendios o atrapado en la parálisis por análisis. Sin embargo, ser consciente de lo que podría estar más allá te asegura que estás preparado para cualquier cosa.
Cuando se trata del éxito empresarial, ser humilde y algo poco de planificación y estrategia de crecimiento va muy bien. Deja el fracaso a los demás. Tienes un sueño que realizar.