por Hillel Fuld – INC
En los mercados hipersaturados de hoy en día, el nombre del juego es la diferenciación. Si haces lo mismo que los demás, tus posibilidades de éxito son muy bajas. Es cierto que puedes ofrecer una característica que tus competidores no ofrecen, pero eso no es suficiente diferenciación sobre la que construir una empresa.
En cambio, cuando todos los demás se centran en cobrar, tú te centras en aportar un valor tangible. El dinero vendrá después. He aquí por qué es una buena estrategia.
Crear placer
Cuando centras tu tiempo y tus recursos en la creación de valor -ya sea ayudando a alguien con un lanzamiento, asistiéndole para que conozca mejor su paisaje o conectándole con un inversor relevante- y no te centras en la monetización, creas deleite.
En lugar de centrar tu tiempo en averiguar cómo ganar dinero rápido, te centras en crear placer, y el placer puede ser monetizado.
Piensa en cualquier cosa de tu vida que te produzca placer, como una buena taza de café. Pagarías por ello.
Haz esta sencilla pregunta de cuatro palabras
Ya he hablado de esto antes, pero recomendaría preguntar a cada persona con la que te sientes, en un contexto empresarial, cuáles son sus retos.
Cuatro simples palabras: «¿Cuáles son tus retos?»
Lo que puedes descubrir es que los retos de otra persona, algo que le resulta difícil, para ti puede ser súper sencillo.
Al ayudar a otros a superar sus retos, te entrenas para convertirte en un solucionador de problemas. Esto te ayudará y te servirá en el futuro cuando intentes superar tus propios retos.
Construye un banco de favores
Vale, lo admito, este punto es un poco cínico. La ironía de este punto es que si ayudas a la gente para eventualmente recibir de vuelta, esa falta de autenticidad será completamente transparente, y se convertirá en un obstáculo para lograr tu objetivo.
Dicho esto, no hay nada malo en construir un ejército de personas a las que has ayudado de una forma u otra, y a las que sabes que puedes recurrir cuando necesites un favor a cambio.
Transfiere la influencia de ellos a ti
Este es un punto muy importante. La mayoría de los vendedores se acercan a una empresa, hacen promesas y reciben el pago a crédito, con la promesa de que más tarde lo cumplirán.
Al presentar tus servicios, no tienes la capacidad de definir las condiciones. La persona a la que te diriges tiene que aceptar o rechazar tu propuesta y luego definir los términos del compromiso, con pocas negociaciones de ida y vuelta.
Sin embargo, si centras tu tiempo en la entrega y no en la negociación, el receptor de tu valor acabará llegando a la conclusión de que te necesita; en ese momento, tú tienes la ventaja, no ellos. Cuando se acerquen a ti después de que hayas cumplido, podrás ver el placer en sus ojos, y entonces podrás definir los términos del compromiso.
Refuerza tu reputación
Hay un antiguo dicho judío que dice que un buen nombre es más importante que la riqueza. No podría estar más de acuerdo.
Tu nombre, tu reputación, tu credibilidad, tu integridad… son cosas que importan más que nada en los negocios. Si te centras en la otra persona que está sentada frente a ti, en lugar de centrarte en ti mismo, estableces una relación, lo que te lleva a tener una reputación de ser amable, atento, ingenioso y simplemente útil.
El concepto general es crear una situación en la que se facilite el éxito de los demás. Tú allanas el camino para que los demás sigan su camino hacia el éxito y, finalmente, acaba uniéndose a ellos en ese camino.
Empodera a otros, eleva a otros, promueve a otros, y lo que termina sucediendo es que tu marca se eleva con la de ellos, y todos ganan.