por Laureano López, gerente de RRHH de Vistage Argentina
En pandemia muchas personas han reflexionado sobre aspectos de su vida, y en especial, sobre si están conformes con sus trabajos.
Hoy las personas invierten un tercio de sus vidas en el trabajo, por lo que no se puede pensar sólo en el ingreso económico: las tendencias demuestran que hoy las nuevas generaciones, principalmente, priorizan más el «salario emocional» que el «económico».
En este marco, es importante que la empresas se planteen los fundamentos del salario emocional tanto para retener talentos como para tentar a los nuevos talentos en las búsquedas laborales.
Se entiende por salario emocional a todo aquello que brinda una empresa y que no forma parte del recibo de sueldo sino que tiene un alto impacto en la valoración de los empleados. Este aspecto suele ser decisivo a la hora de cambiar de empleo, tomar uno nuevo o dejar el actual.
Marcar la diferencia
De esta manera, el salario emocional puede marcar la diferencia, ya que hoy en día el mercado salarial está muy distorsionado y siempre habrá una empresa que puede pagar un sueldo mayor.
Por eso, el desafío que enfrentan hoy las empresas, y particularmente las áreas de RRHH, es poder ofrecer a sus colaboradores un ámbito de trabajo agradable y compatible con sus aspiraciones profesionales y sobre todo personales.
Políticas de salario emocional
Para ello, las empresas comienzan a delinear políticas de salario emocional para retener o atraer talentos y éstas incluyen la posibilidad de trabajar desde casa algunos o todos los días de la semana, brindar planes de capacitación y desarrollo, desarrollar actividades de integración entre los equipos, tener programas de diversidad e inclusión, dar beneficios de horarios flexibles (salir antes los viernes, día del cumpleaños libre, horario reducido en verano, etc.).
Estas son algunas de las estrategias para satisfacer ese valor agregado que buscan los trabajadores, que se ven atraídos por un empleo que les permita compatibilizar con cierta flexibilidad sus aspiraciones personales y su trabajo; por un modelo de negocio y los valores de la compañía que estén alineados con los suyos; por oportunidades de desarrollo; o autonomía para gestionar sus proyectos; y algo que siempre es recurrente a la hora de apreciar un lugar de trabajo: que el ambiente y los vínculos entre las personas sea un ámbito agradable donde puedan pasarla bien, sentirse reconocidos y valorados por lo que hacen.