En pleno 2017, la gig economy está transformando el mercado laboral. Lo hace a través de todas esas startups que revolucionan sectores concretos como el de la movilidad o el del propio empleo y que en los últimos meses han recibido inversión suficiente como para que sea posible afirmar que la economía colaborativa se afianza.
Uber o Airbnb son dos de las compañías que, desde su popularidad, más ayudan a que la llamada gig economy (que puede traducirse como economía de los pequeños encargos) revolucione el mercado laboral mientras la economía colaborativa se afianza. Pero no son, ni mucho menos, los únicos casos.
Precisamente, mientras Airbnb es uno de los ejemplos más claros de proyecto relacionado con la gig economy que está creando empleo a día de hoy, la startup estadounidense HubHaus, otra de las webs para encontrar alojamiento, ha logrado levantar hace apenas unas semanas una ronda de financiación de 1,4 millones de dólares, más de 1,2 millones de euros al cambio actual.
Ahora bien, HubHaus no es otra plataforma más de coliving con la que cualquiera puede hacer algo de dinero alquilando su habitación a viajeros esporádicos. En realidad, esta startup pone su granito en la transformación que produce la gig economy del mercado laboral ofreciendo la oportunidad de alquilar una habitación al llegar a una nueva ciudad y, además, encajar en gustos y cultura con el resto de compañeros de casa.
“En lugar de buscar en internet o vivir solo en un apartamento para uno, creamos HubHaus para ofrecer una manera fácil para que los profesionales puedan encontrar viviendas compartidas de calidad con un verdadero sentido de comunidad”, explica Shruti Merchant, uno de los responsables de este ejemplo de gig economy.
https://youtu.be/vOVb7_iyyT0
Y no es el único coliving a través del cual la economía digital se afianza. La startup Common ya se ha asentado en distintos puntos de Estados Unidos y, para ello, ha logrado hacerse con más de 20 millones de euros de financiación provenientes de distintos inversores. Sin embargo, esta evolución lógica del coworking parece despegar a una menor velocidad en España.
Gig economy en el mercado laboral
No obstante, no solo de movilidad (Uber, BlaBlaCar…) o alquiler de habitaciones vive la gig economy a la hora de transformar el mercado laboral. De hecho, la gig economy y el empleo tienen una vinculación mucho más directa a través de las startups que permiten poner en contacto a profesionales y posibles clientes.
Una de las pioneras en este singular sector que ha visto cómo la economía colaborativa se afianza con el paso de los años es TaskRabbit. Nacida en San Francisco en el año 2008, esta startup estadounidense ha recaudado a lo largo de sus casi diez años de vida casi 40 millones de dólares de financiación en distintas rondas, que equivaldrían a algo menos de 35 millones de euros.
De hecho, en las últimas semanas ha tomado fuerza la posibilidad de que la plataforma sea adquirida por otra compañía y los inversores alcancen el ansiado exit. ¿Cuál es su secreto? En realidad, su éxito se basa en lo mismo que otras plataformas que han demostrado que la gig economy puede cambiar el mercado laboral: pone en contacto a profesionales de un sector con potenciales clientes que necesitan de sus servicios.
El funcionamiento de la plataforma es sencillo. Un usuario explica en TaskRabbit qué servicio precisa para acondicionar su hogar (reparación, limpieza, mudanza, jardinería…) y cuánto estaría dispuesto a pagar por ello. Automáticamente, en TaskRabbit encontrará a los profesionales que se ajustan a sus necesidades y su presupuesto. Así es como la gig economy facilita el empleo: los trabajadores encuentran fácilmente clientes y estos solo tienen que recurrir a una plataforma para hallar lo que buscan.
Además, las startups que revolucionan ya el mundo del empleo desde la economía digital son punteras en innovación. Es el caso de OnboardIQ, que desde 2015 ha generado más de 400.000 contrataciones por horas en Estados Unidos y que recientemente ha levantado una ronda de financiación de más de 9 millones de dólares, cerca de 8 millones de euros.
Su objetivo es permitir que las empresas que necesitan de un gran número de empleados por horas puedan automatizar el proceso de selección y contratación. Así, con la inteligencia artificial por bandera, la economía colaborativa se afianza como motor de innovación en el mercado laboral.
Gig economy para el mercado laboral español
Y aún hay más. De hecho, no todos los casos en los que la gig economy transforma el mercado laboral tienen lugar al otro lado del charco: en Europa y, más concretamente, en España, otras startups están revolucionando la forma de generar empleo.
El caso más claro es el de la plataforma de búsqueda de empleo CornerJob. Creada hace solo dos años y presente ya en España, Francia, Italia y México, la startup patria ha favorecido más de 100.000 contrataciones y sus rondas de financiación son un éxito. Si hace justo un año CornerJob cerraba una ronda de más de 20 millones de euros, este año ha conseguido levantar otra de más de 15 millones. En total, desde su creación, esta startup que ofrece una innovadora solución para el mercado laboral ha recaudado más de 50 millones de euros de financiación.
Una pista de la importancia que tienen este tipo de plataformas basadas en la gig economy a la hora de revolucionar el mercado laboral se encuentra, precisamente, en uno de los inversores de CornerJob. En la última ronda participó Randstad Innovation Fund, el fondo de inversión de la empresa de empleo temporal Randstad.
Por si el caso de éxito de la plataforma española autodenominada como “la app nº1 para la búsqueda de empleo” fuera poco, hay otros proyectos patrios que han abrazado la gig economy en relación al mercado laboral para demostrar que la economía colaborativa se afianza.
De hecho, otras empresas centradas en nichos concretos dentro del amplio mercado laboral ya están probando suerte dentro de la gig economy desde España. Wayook es uno de ellos. Su andadura comenzó en 2014 y, poco tiempo después de arrancar, ya había superado los 15.000 usuarios registrados y había cerrado una ronda de financiación de más de medio millón de euros.
“Es la mejor opción para disfrutar del tiempo libre, disfrutar de tu familia y disfrutar de tu hogar. Convertirmos tu casa en un hotel”, se explicaba en aquellos primeros días de vida. En realidad, la plataforma permite algo tan sencillo como poner en contacto a usuarios con profesionales de la limpieza del hogar presentes ya en más de 100 ciudades.
Algo aún más original propone la startup sevillana Beetripper, que ofrece a los viajeros una ruta alternativa a la que pueden encontrar de la mano de los clásicos guías turísticos: la que permite conocer cualquier urbe de la mano de un ciudadano de ese lugar.
Este proyecto también se plantea desde la gig economy para cambiar el mercado laboral ya que, básicamente, pone en contacto a viajeros con ciudadanos dispuestos a pasar parte de su tiempo con el turista para ofrecer una visión particular de la ciudad y, además, ganarse un sobresueldo: la plataforma asegura una tarifa plana de 7 euros la hora.
Con un enfoque más general nació, allá por 2012, la también española Etece. De hecho, el amplio abanico de profesionales que ofrecen sus servicios a través de esta plataforma ya le sirvió en su primer año de vida para levantar dos rondas de financiación distintas por un total de un millón de euros. No en vano, la transformación del mercado laboral desde la gig economy que propone esta plataforma tiene mucho que ver con el éxito norteamericano de TaskRabbit: montadores de muebles de Ikea, fontaneros, tapiceros, costureras e incluso contables son algunos de los profesionales que podemos encontrar en ella.
De hecho, Etece va aún más allá y también pone a disposición de sus usuarios a expertos de la traducción o de la organización de eventos. Todo, con la garantía de recibir distintos presupuestos para ese servicio puntual que se requiere. Economía colaborativa en estado puro.
Ya sea a uno u otro lado del Océano Atlántico, lo cierto es que la gig economy ha hecho mella en el mercado laboral. Y este solo parece ser el principio. Si bien las plataformas más expertas cuentan ya con una década de vida, mientras la economía colaborativa se afianza, su relación con el empleo se hace más y más cercana.
De hecho, a día de hoy, a cualquier internauta le basta una plataforma web o, lo que es más frecuente, una aplicación móvil, para encontrar al profesional adecuado en base a sus necesidades y su presupuesto. Mientras tanto, los inversores parecen tener claro que este tipo de plataformas y, en líneas generales, la gig economy y el mercado laboral tienen ya un vínculo que, si se salvan algunos escollos legales que se están planteando en algunos casos, promete ser duradero.
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