La pandemia está cambiando la forma de hacer negocios. Tal vez aquellas habilidades emprendedoras que nos funcionaron antes ya no sean suficientes y debamos desarrollar o fortalecer otras nuevas.
Comenzar una compañía, sostenerla o crecerla en tiempos retadores es toda una experiencia, especialmente en países con ecosistemas emprendedores poco desarrollados.
Es en estos momentos desafiantes cuando se habla mucho de reinvención en modelos de negocio, vender en línea, políticas públicas adecuadas y líneas de capital semilla agresivas. Y esto puede estar bien. Pero antes de ver hacia afuera, pienso que debe haber una evaluación introspectiva de nuestras propias habilidades emprendedoras como líderes, empresarios, emprendedores e innovadores. Los tiempos han cambiado. Los terrenos son diferentes. Tal vez aquellas habilidades emprendedoras que nos funcionaron antes ya no sean suficientes y debamos desarrollar o fortalecer otras nuevas.
¿Ecosistemas de emprendimiento deprimidos?
Una reciente publicación del BID observa los impactos del COVID 19 en los ecosistemas de emprendimiento latinos, resultado de encuestas a más de dos mil emprendedores latinos con emprendimientos en diferentes etapas de desarrollo. La publicación invita al pensamiento.
Por ejemplo, ante la pregunta ¿Cómo prevén financiarse ante la crisis? Todas las respuestas circulaban alrededor de diferir pagos o solicitar créditos y 28% no sabía cómo haría frente. Me llamó la atención que ninguna respuesta iba orientada a la generación de nuevos productos, apertura de nuevos mercados o pre-venta a clientes recurrentes. La publicación destaca que “Solo una de cada cuatro organizaciones del ecosistema es optimista con respecto a la pronta recuperación de su actividad.”
Esta sensación derrotista llama la atención, especialmente cuando en el núcleo del espíritu emprendedor se encuentran el optimismo, la auto-motivación y las ganas de salir a comerse el mundo. Pienso que esta sensación negativa puede ser el resultado frustrante de confrontar a nuestras habilidades emprendedoras de siempre con un nuevo momento y entorno, apreciando estas habilidades ahora como insuficientes. Pero la reinvención en el emprendedor puro es innata. Pienso que este es un momento de parar un momento y adquirir, desarrollar y dominar nuevas habilidades emprendedoras, reajustar el pensamiento y, como siempre, salir a la conquista de los mercados.
¿Cuáles habilidades emprendedoras deben dominarse en América Latina en la actualidad?
Desde CapaUno, he podido colaborar en la construcción de varias empresas de tecnología, asesorar a emprendedores en etapas tempranas y colaborar con brillantes jugadores de ecosistemas de emprendimiento. Dado el momento de reflexión, me acerqué a varios de ellos para conocer su opinión.
Aquí están las principales habilidades emprendedoras que expertos recomiendan dominar en la actualidad.
1. Flexibilidad
Alfredo Atanacio, fundador de UAssist.me, Fundación Colabora y uno de Inc. Magazine’s 30 under 30, responde que “en estos tiempos la flexibilidad es clave, en medio de tanta incertidumbre y tantos escenarios sacados de un guión de alguna película es cuando más flexibles tenemos que ser. Particularmente para empresas latinas es importante tener un mindset global, poder enfocarse en resolver problemas que no estén solo en nuestra geografía inmediata. Y por último, creo que el tema de empatía es clave y por eso los soft skills creo que pueden volverse una ventaja competitiva para muchas startups.”
2. Revisión de la Realidad
Rodrigo Dumont, Director de Innogen Holdings, fondo de venture capital que invierte en compañías latinas en etapas tempranas, nos invita a desarrollar la capacidad de buscar elementos que nos muestren la realivad de forma objetiva y oportuna.
“La pandemia global ha traído retos a todos los emprendedores y sus startups. Desde la pérdida enorme de clientes (y por ende ingresos), hasta dificultad en levantamiento de capital. En estos momentos de crisis los emprendedores se deben enfocar, en mi opinión, en las siguientes tres cosas:
a. Actitud. Además de ser resiliente y no perder la visión original del startup, es igual de importante NO autoconvencerse. Es de suma necesidad mantener a gente de confianza cerca, que te pueda decir cuando te estas equivocando, en la manera de pensar o de procesos operativos.
b. Tener conocimiento profundo de los clientes y supuestos del modelo de negocio. En el caso que estén errados los supuestos o los clientes hayan cambiado sus hábitos, hacer un Pivot será obligatorio.
c. Manejo de Caja. El no tener un manejo preciso de caja en el corto plazo puede ser la muerte de un emprendimiento. Conocer los números es crítico en estos momentos.
3. Agilidad
Andrés Escobar, Global Shaper, Hult Prize Winner 2015, Catedrático y conferencista en emprendimiento, responde:
“En mi opinion es AGILIDAD para implementar la idea. Hemos lanzado unos proyectos que llevamos un par de meses cocinando la idea y ya vemos la ventaja de algunos que tuvieron la misma idea durante la pandemia. El que se movió mas rápido lleva la ventaja (first mover).“
4. Observación y Adaptación
José Luis Barreto, fundador de PulpoLife y Pulpo Fintech, opina que las startups latinas deben tener 2 habilidades principales muy vinculadas entre sí: Capacidad de Observación y Adaptación Rápida al Cambio.
“La Capacidad de Observación es vital para poder identificar las oportunidades y amenazas que se están presentando o que se ven venir y que tienen el potencial de impactar directamente en el modelo de negocio que las startups tienen. El poder observar (detectar) a tiempo, puede ser la diferencia entre triunfar o morir.
Pero no basta con observar a tiempo si no viene acompañado de una acción de Adaptación Rápida al Cambio, que implica ser capaz de, inclusive, cambiar de modelo de negocio tomando en cuenta las capacidades que ya posee la startup. Para esto es importante contar con un equipo directivo (fundadores muy probablemente) que tenga la capacidad de girar, adaptar y hasta replantear las estrategias y acciones sin el temor de cometer errores.”
5. Resistencia al Fracaso
Fernando Morán, fundador de los centros de negocio Seed y presidente de la Fundación Cacao, orientada a unir emprendedores con inversionistas, comparte:
“Considero que la barrera mas grande que enfrentan las empresas/emprendimientos en LATAM es la percepción errónea que el fallar es malo. A mi juicio, fallando es la única manera que logramos llegar a la perfección (obviamente iterando en el proceso y entendiendo por qué fallamos).
Pero en nuestra cultura, el fallar se ha vuelto un tabú que impide la creatividad de los emprendedores en pensar diferente o en nuevos conceptos retadores que pudieran (o no) funcionar en nuestro mercado.
La falta de herramientas para proteger el fracaso, nos impide intentar nuevas ideas y por miedo a que nos tachen con esa tinta difícil de quitar (FRACASADO) buscamos siempre irnos por lo seguro, o imitamos lo que ya existe en mercados desarrollados y lo ‘tropicalizamos’ al nuestro.
Considero que a medida vayamos inculcando el fracaso como una situación a la que el emprendedor debe acostumbrarse, aprender a manejarlo, y navegar dentro de una aventura con altos y bajos, vamos a comenzar a ver emprendimientos que desafíen el status-quo y desafíen las reglas de la actualidad. El fracaso debe ser enseñado, abrazado, y respetado como un proceso NATURAL del emprender e innovar. El fracaso tiene que ser inculcado ANTES en la carrera, así los emprendedores puedan vencer ese sentimiento durante el transcurso de su carrera«.
6. Resiliencia
Eduardo Alonzo, Asesor regional de Cooperación para el Centro Regional de Promoción de la MIPYME, opina:
“Una de las primeras preguntas es: ¿Cuál es el entorno adecuado? La visión de cultura emprendedora es más necesaria que nunca. Se reitera el hecho que la mentalidad y cultura, más formación en emprendimiento son los elementos que más falta hacen en un ecosistema. Los instrumentos del ecosistema tienden a ser asistencialistas, pero se debe privilegiar al emprendedor creativo e innovador, quien se convierte en un agente de cambio económico.
Ante estos entornos, gana valor la resiliencia, pensada como la adaptación mental a mi propia realidad. Ser resiliente, en el sentido que, incluso cuando ya no puedo doblarme, tengo la capacidad de dejar un negocio pero no dejar de ser emprendedor. ¿Hay elementos de mi negocio actual que puedan convertirse en un nuevo tipo de negocio?”
7. Vinculación o Networking
Está última habilidad es mi recomendación personal, validada por los aportes previos de expertos quienes de forma espontánea y desinteresada han colaborado con este escrito. En la vida he podido comprobar que las grandes mentes son generosas. Una habilidad emprendedora que invito a explorar es la capacidad de conectar con otras personas, buscar objetivos comunes y colaborar. Es importante aceptar que nuestra óptica es normalmente limitada. Tener la mente abierta y dispuesta permite el ingreso de ópticas complementarias que nos ayudan a redondear la visión y terminar de dibujar los escenarios donde debemos actuar.
Dejo ahora abierta la conversación, esperando con optimismo que, a medida los ecosistemas latinos se ajusten, vayan encontrando emprendedores fortalecidos y resistentes.