Diez lecciones a partir de una experiencia maravillosa con Rulfo
Hace cuatro semanas llegó al ClowderTank, Rulfo. Como todo lo que aparece en nuestras vidas, éste pastor alemán de casi dos años, llegó con una historia, y vaya historia. A pesar de ser un perro “masivo”, de raza pura, inteligente, bien “armado” (guapo) tiene un “defecto” (para ser animal de “trabajo”): necesita estar cerca de quien ama.
Al haber nacido en un afamado criadero de pastores alemanes para guardia y protección, esa necesidad desmedida por estar con su amo en vez de “trabajando”, le genera una ansiedad poco deseada para lo que fue concebido; así que mientras el resto de su camada se fue en el tiempo esperado, Rulfo se quedó atrás y abandonado.
Tardó exactamente una hora para engancharse conmigo, y desde esa primera noche duerme en nuestro cuarto al lado de la cama y pasa literalmente todo el día a nuestro lado. Evidentemente su llegada ha requerido cambios en nuestro estilo de vida, pero nada comparado a la que ha traído a mi vida.
Al estar lanzando ClowderTank (nuestro bungee filosófico), al lado de mi nuevo hijo he podido ver cosas desde otra perspectiva, así que hoy quiero compartir con ustedes lo que Rulfo me está enseñando acerca de emprender, y que gran maestro que es.
10 puntos que un perro te enseña para emprender
1. Sal tres veces al día a pasear
Estar encerrado en cuatro paredes por horas enganchado a un monitor mientras consumes pizza fría de ayer, no es un modelo sustentable de vida, mucho menos de negocios. La magia ocurre allá afuera, aunque dentro de su “mothership” sea donde se aterriza el negocio; tienes que sacar a tu mente a empaparse de vida cuando menos tres veces al día. No busques pretextos: ¡encuentra el espacio y hazlo!
2. Huele todo lo que te interese
Ser curioso e inquisitivo es parte esencial de emprender, y me atrevería a decir que no conozco emprendedor con éxito que de la mano no lleve una pregunta para cada persona que conoce, sin importar quién sea o qué haga esta. Tómate el tiempo de parar y oler cada árbol, pedazo de pasto o flor… de verdad nunca sabes donde va a estar la solución al problema que tienes, o la respuesta a aquella duda que te está impidiendo hacer lo que se necesita.
3. Solo mea lo que realmente quieras
Huele todo lo que quieras, pero solo invierte tus recursos en lo que realmente es prioritario para el éxito de tu emprendimiento. El mear suficientes veces en los mismos árboles hace tuyo el territorio a la larga, así.
4. Toma agua cada vez que puedas
Nunca sabes cuándo vas a volver a encontrar recursos, así que cada vez que alguien te los ofrezca, o tu mismo tengas acceso a ellos: ¡úsalos!
5. Come solo en horarios
Solo hay algo que le hace más daño a un emprendimiento que la falta de recursos… el exceso de ellos, sobre todo los económicos. Los problemas en una startup se resuelven antes que nada con grandes ideas, si el dinero está supliendo el IQ de los emprendedores algo está muy, muy mal; o lo estará pronto.
6. O decides tu, o lo hago yo
Un pastor alemán macho pesa aproximadamente sesenta kilos, y puede morder literalmente cuatro veces más fuerte que un hombre. Ni hablar de velocidad y capacidad de reacción. Sin embargo, acá algo está muy claro: el que manda soy yo; no hay un solo momento que Rulfo no sepa qué espero de él: si abro ese espacio, es la oportunidad para que él tome el control y no es buena idea.
Sin importar el tamaño o la naturaleza, cualquier emprendimiento requiere de liderazgo y control 24/7/365 y todos lo deben de sentir y saber, todos, incluyendo el mismo emprendimiento.
7. Solo muerde tus juguetes
El foco en el plan, los objetivos y la operación son claves esenciales para el éxito, roer un buen hueso es tarea de años no días ni horas. Domina cada uno de tus juguetes antes de pasar a lo que sigue.
8. La palabra mágica es: “Gentle” (amable/gentil)
“Juegos de manos son de villanos”, cuando se es un emprendedor hay mucha fragilidad al naufragio, así que desde el primer día juega observando todas y cada una de las reglas del juego (empezando por las financieras). Jugar al David y Goliat tiene riesgos, no te sorprenda si te llevas una mordida letal por no “jugar bonito” con el ecosistema que te rodea.
9. No hay nada como ser el número “3” de la manada
Rulfo sabe que en esta manada el ocupa el tercer lugar en jerarquía (no es menester de este post quienes ocupan la primera y segunda posición), pero no solo lo sabe… lo disfruta, porque ese es su lugar y le da identidad. Todos tenemos roles en un emprendimiento, estos deben de ser definidos, bien comunicados y con expectativas claras; si cada quien sabe su lugar (sin el sentido peyorativo que esta frase normalmente conlleva), no habrá batallas pírricas de ego y personalidad que destruyan valor… es decir, sin lugar habrán conflictos pero estos podrán ser resueltos “higiénicamente”.
10. Familia es todo
El mejor pedigree, instalaciones para canes, entrenadores especializados y veterinarios casuales no le dieron a Rulfo lo que realmente necesitaba: una familia. Un emprendimiento, especialmente en sus dos primeras etapas de crecimiento, necesita tener elementos de familia: pasión, cariño, lucha por el “bien mayor”, sacrificios por los demás, cuidado constante y especialmente mucho amor… todo; tanto que el alma se va al mismo tiempo, y ni cuenta nos damos.
Les hablo luego de más de cuarenta años de trato intenso con animales, y específicamente con perros, la única raza que me ha mordido de verdad en forma letal (16 puntos en la cara), ha sido pastor alemán. Razón suficiente para decir que no entraba al Clowder cuando llegó; pero las razas de perros tanto como los humanos y los emprendimientos, todos… merecemos una oportunidad para formar parte de algo que sea por diseño, más grande que nosotros.
La verdad … muy logrado el articulo. Felicitaciones