Hace siete años, una compañía empezó a sonar muy fuerte porque hacía algo muy simple: ofrecía a los usuarios la posibilidad de comunicarse mediante mensajes de ciento cuarenta caracteres. La idea les había llegado por casualidad, tratando de crear una herramienta para mantener en contacto a las personas que trabajaban en otra compañía, y al empezar a usarla, decidieron cerrar aquella compañía y concentrarse en Twitter.
Surgieron decenas de imitadores, y por supuesto, millones de críticas de infinitos descreídos basadas en la pregunta “¿y dónde está el modelo de negocio?” A esas preguntas, la compañía simplemente respondió con un “no tenemos”, lo que llevó a muchos a considerarla una frivolidad, algo sin importancia, o incluso una burbuja o un timo. Pensaban que era imposible, que los negocios no podían funcionar bajo ese principio, y que los accionistas que entregaban su dinero a una compañía así eran débiles mentales, fashion victims o directamente idiotas. Pero la compañía, además, añadió: “vamos a concentrarnos en crear una herramienta buena, que haga que sus usuarios quieran de verdad utilizarla y la consideren imprescindible, y lo demás ya vendrá”.
Hoy, Twitter es el sistema nervioso central del planeta en que vivimos, y sus accionistas no solo no han perdido su dinero, sino que poseen una parte de una compañía de un valor tan elevado como difícil de calcular. Y su último vídeo sobre Twitter for business es de esos que vale la pena ver para enterarte de cómo funciona hoy el mundo de la comunicación empresarial y la publicidad, y de cómo se puede organizar un modelo de negocio sobre ello.
http://youtu.be/BGirUZq1WtQ
La conversación y la atención como nuevas variables del marketing. Si tu negocio no está en estos temas, te estás perdiendo algo. Si no lo has entendido todavía, si eres de los que en su momento criticaban a la compañía por no tener modelo de negocio, mírate los recursos disponibles en el sitio, o alguna de las muchísimas entradas que algunos hemos dedicado al tema (y no te pierdas los comentarios de algunas de las primeras), y piensa que a lo mejor el problema no es de la idea, sino tuyo. Para superar las limitaciones, hay que trabajar, no sentarse a esperar mientras sigues haciendo siempre lo mismo.
fuente: Enrique Dans