Vender una idea en el tiempo que tarda un ascensor en recorrer siete plantas. Esa es la iniciativa que ha tenido lugar en el Ateneo Mercantil de Valencia, donde se han unido en tan corto periodo de tiempo y en un espacio tan pequeño (35 segundos) a quienes querían perder el miedo y aprender a explicar sus proyectos de forma atractiva y concisa con un supuesto inversor.
En las subidas y bajadas de ascensor, que se realizaron la semana pasada, se presentaron ideas empresariales que van desde la construcción de maquinaria para traer material de la luna, la implantación en grandes compañías de actividades de relajación y deporte para reducir el estrés y las bajas laborales o una aplicación móvil que permite la creación colectiva entre usuarios de festivales y viajes.
Con esta iniciativa pionera en Valencia y extendida en otros países, en el Ateneo de Valencia se ha cerrado un taller de formación para emprendedores. En total una docena de participantes, la mayoría jóvenes y recién graduados, que han expuesto sus proyectos de forma individual y sin presentación previa a miembros de una asociación sin ánimo de lucro de Voluntariado Sénior de Asesoramiento Empresarial.
Si bien algunos de los emprendedores no han querido desvelar su idea por su estado temprano y para que no la puedan copiar, la mayoría han accedido a participar en una propuesta que consideran «innovadora y siempre beneficiosa».
«Puedes hacer todo lo que quieras, pero si nadie viene y te dice cómo estás vendiendo tu plan no conseguirás nada», ha apuntado Juan Besari, uno de los participantes, que se ha mostrado «locamente agradecido» por la experiencia y que ha concretado una reunión posterior con su compañero de ascensor.
Este joven valenciano, graduado en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica de Valencia ha expuesto en el ascensor un proyecto en fase de búsqueda de financiación que se centra en la construcción de maquinaria, como excavadoras, para el transporte de material de la luna a la Tierra. «Los cohetes ya existen, falta lo más barato: las máquinas», ha indicado.
Además de él, otros jóvenes como han tenido la posibilidad de exponer sus proyectos relacionados con nuevas aplicaciones de Internet, fabricación y venta de joyería o de consultoría de pequeñas y medianas empresas. «Es una iniciativa que parece de película», ha dicho uno de los participantes, «y que sería posible en la vida real: nunca sabes dónde puede haber un inversor».
Dionisio Biot, uno de los responsables del asesoramiento empresarial a los jóvenes, ha reconocido que a la mayoría de los participantes «les faltaba hablar más de su persona». «Están tan enamorados de su idea que se olvidan de por qué son los mejores», ha indicado tras recalcar: «En Valencia hay un ambiente emprendedor, a lo que ha ayudado Juan Roig, presidente de la aceleradora Lanzadera y de la cadena de supermercados Mercadona, mientras que en el conjunto de España estamos atrasados».