Aún recuerdo esa frase mítica de Louis Van Gaal, ex entrenador del FC Barcelona, con la cual reflejaba esa postura que debemos tener siempre los emprendedores. Podemos decir que Van Gaal nunca lo tuvo nada fácil, pero él tenía una visión positiva, una visión que le hacía mirar hacia delante, es decir, no tenía miedo al fracaso, sabía que se podía equivocar pero eso le valdría para ver una oportunidad de mejora en algún aspecto, y para eso era fundamental tener esa visión positiva de la vida.
Si buscamos la palabra “Fracaso” en la Real Academia Española encontramos que significa : Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio.
En España tenemos pavor, miedo al fracaso, es como una palabra tabú. En España el fracaso es sinónimo de perdedor. Cuando oímos la palabra fracaso, nos imaginamos a alguien sin futuro, que la vida no le sonríe. Cada vez que se habla de fracaso se produce un silencio incómodo que la gente intenta evitar. Pero nosotros los emprendedores sabemos que es necesario ese fracaso para triunfar. Michel Jordan decía: “He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. 26 veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito”. La palabra fracaso no existe para un emprendedor. Puede que fracase su proyecto ya sea porque el mercado no está suficientemente maduro, porque tiene algún error en las métricas o por otras cuestiones, pero un emprendedor nunca fracasa, fracasa su proyecto. En el único caso en el que “fracasa” sería cuando tiene un proyecto y no lo lleva a cabo precisamente por ese miedo a fracasar.
El fracaso no tiene que ser sinónimo de retroceso. Al revés, el fracaso es esa máquina que nos está “moldeando”, nos va puliendo para poder llegar al éxito final. Muchas veces el fracaso nos costará reconocerlo, pero nos hará más fuertes. Una empresa que ha llegado al éxito sin pasar por malos momentos, sin sufrimientos, una empresa ideal, donde todo es perfecto, es muy bonita en el papel pero en la realidad no existe, la realidad es otra y hay que saberla afrontar. Sabemos que vamos a fracasar, que nos vamos a caer una y mil veces y nos tenemos que levantar otras mil. Creo que quien no fracasa no mejora. De hecho para Winston Churchill “el éxito no es más que la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.
Me gusta la comparación de los emprendedores con los deportistas, por ejemplo, con un atleta que se está preparando para los Juego Olímpicos, que se prepara durante años para superar una marca, para poder estar representando a su País, donde el trabajo de muchos años se verá reflejado en apenas unos minutos. Pero la realidad es que sólo uno es el que gana. ¿Se considera un fracaso no conseguir dicha marca? Todos esos años que ha invertido no serán años inútiles, el estar allí ya es un éxito. Todos esos años que han estado luchando para conseguir mejorar la marca, han sido años donde ha tenido que superar muchas barreras, levantarse día a día, luchar contra viento y marea para luego poder representar a la élite de los deportistas.
Los emprendedores somos gente parecida, en el sentido de que cada día vamos dando pequeños pasitos, los cuales muchas veces ni se notaran. Pequeños avances que unos días los daremos con alegría y otros parecerá que en vez de avanzar estaremos retrocediendo. Al final estamos construyendo ese gran proyecto que mediante nuestro esfuerzo diario se hará algún día realidad. Si ponemos todos nuestros fracasos juntos y hacemos una montaña y nos situamos encima de esa montaña, estaremos más cerca de ese éxito tan esperado.
Por eso, un emprendedor es como un deportista, con ese espíritu de lucha, de superación, con esa capacidad de sacrificio y de entrega, sin miedo al fracaso.
Autor: Juan Giner Peyra
Fuente: Unir emprende