Aunque el rol de emprendedor hoy es visto como algo increíble, lo cierto es que también hay un lado oscuro al apostar por este estilo de vida y nadie te lo cuenta.
Ser emprendedor está de moda en nuestra sociedad. Y tengo la suficiente experiencia como para recordar el “antes” en el emprendedurismo y asegurar que no siempre fue así. Cuando salí de la universidad en la década de 1980, eras prácticamente un inadaptado si decidías crear tu propio negocio. Los sentimientos hacia los emprendedores en ese entonces no eran muy positivos; no eran desdeñados pero tampoco eran considerados héroes.
Sin embargo, a mediados de la década de los 80’s hubo un cambio con el surgimiento de empresas como Microsoft, Apple, Oracle y Adobe. Y durante esa época, los emprendedores pasaron de ser inadaptados sociales que no podían encontrar un trabajo a personas más aceptadas. Para los 90′, el emprendedorismo se hizo más aceptado y actualmente son considerados como rock stars.
Pero el propósito de este artículo no es hablar de la evolución del concepto, sino compartir una imagen más realista de lo que significa ser emprendedor y que muchas veces no se expresa en los medios. Son las partes ‘feas’. Y la verdad es que, al igual que no todos están hechos para ser astronautas, o doctores, o chefs, no todos tienen madera para ser emprendedores.
A continuación destaqué lo que considero como lo más difícil de ser emprendedor; el lado ‘oscuro’ del emprendedurismo en una época donde serlo es admirable. Mi idea no es para nada desmotivarte de seguir tus sueños; sino simplemente pintar una imagen realista de algunos retos que te encontrarás en el camino:
1. Hay una sensación de aislamiento bastante profunda
Todos estamos acostumbrados a formar parte de un grupo de referencia. Cuando eres un empleado de un negocio establecido, tienes a tus colegas. Cuando estás en la universidad, tienes a tus compañeros de clase. Pero cuando inicias un negocio, prácticamente estás tú solo. Si tienes suerte, podrías emprender junto a un socio o cofundador, pero eso es todo.
Existe una tremenda sensación de aislamiento y soledad que viene con no tener este grupo de referencia. No a muchas personas les gusta hablar de ello, ya sea por vergüenza o porque simplemente no va de acuerdo con el tipo de personalidad de un emprendedor exitoso. Sin embargo, el aislamiento y la soledad son muy reales.
2. Muchos negocios brindan un estilo de vida y un empleo, pero no proveen bienestar económico
Por ejemplo, muchos restauranteros probablemente se llevan a casa un ingreso que no es mayor que el que obtendrían como manager de una cadena popular. Eso es importante de entender, porque pensamos en los emprendedores como personas con dinero, pero la realidad es que muchos de ellos tienen otro empleo y les cuesta ser rentables.
3. Generalmente se requieren muchos años para construir un negocio
He dirigido tres negocios en toda mi vida; uno muy simple, uno moderadamente simple y otro bastante complicado. En el primero, me tomó un año obtener ganancias. En el segundo, tres años. Y para conseguir que el tercero y más complicado fuera rentable y escalable, nos tomó seis años de esfuerzo. Incluso Facebook existió cinco años antes de ser rentable. De igual manera, a la mayoría de los emprendedores les toma años para construir un negocio.
4. Tienes que administrar personas
Cuando estás dirigiendo un negocio, constantemente estás administrando, y no sólo empleados, sino también proveedores y clientes. Siempre eres el ‘malo’, estás tomando decisiones difíciles, y de muchas maneras, estás solo con tus decisiones. Eres el que comunica las malas noticias y el que encuentra los problemas que necesitan resolverse. Administrar gente no es nada fácil, y no siempre es algo natural para las personas. Sin embargo, es parte crítica para ser un emprendedor y un líder exitoso.
Conclusión: Si amas lo que haces y te encanta tu negocio, ser emprendedor puede ser algo increíble. Es algo excelente para el país y tu localidad, pero también debes reconocer que no será lo mismo a como lo pintan los medios.