por Gil SIlberman* – Medium
- Hazlo en serio. La mayoría de la gente carece de las agallas y la libertad financiera para trabajar por un sueldo bajo, una alta probabilidad de fracaso, una falta total de barandas y una atroz tasa de rentabilidad ajustada al tiempo. Si puedes, eres una especie rara. Puedes ir por todo.
- Busca ayuda profesional. Es extremadamente difícil, incluso con grandes cofundadores, proveedores de servicios y colaboradores. Sin ellos, casi imposible.
- Es un trabajo a tiempo completo. Los fundadores a tiempo parcial no triunfan; las empresas no son pasatiempos.
- El fracaso está garantizado. Toda startup que acaba triunfando sufre varias experiencias cercanas a la muerte, como quedarse sin dinero, un pleito masivo, perder a su cliente clave, un desastre de relaciones públicas o una insurrección de los empleados.
- Las relaciones se resienten. Puedes perder a un amigo, a tu pareja o la buena voluntad de sus hermanos. Tu perro se sentirá desatendido. La lucha compartida forja nuevas amistades.
- El respeto se gana. Atrae a cofundadores, inversores, empleados, competidores y clientes a tu forma de ver las cosas mediante el liderazgo y la persuasión. Tener más votos, dinero o puntos en el currículum no convencerá a nadie.
- Las ideas no bastan. Desear la existencia de una startup no la hará realidad. Tu trabajo consiste en crear una empresa de la nada, que fabrique algo que la gente quiera comprar, un producto o servicio que puedas reproducir, distribuir y vender a gran escala para obtener beneficios.
- Los grandes empleados no tienen precio. Por muy motivado que esté un candidato, por mucho que le pagues o por muy buena pinta que tenga sobre el papel, no puedes convertir a un hombre/mujer de empresa en un gran empleado si no tiene espíritu de emprendedor.
- Organiza bien las cosas. Organiza tu estructura corporativa y las concesiones de acciones a través de un abogado competente o un servicio de constitución específico para startups. Ponlo todo por escrito, fírmalo y guárdalo.
- Conoce la legislación laboral. Las personas tienen derecho al salario mínimo y a un lugar de trabajo respetuoso y libre de acoso. No puedes utilizar «voluntarios», becarios no remunerados o trabajadores a tiempo completo in situ que no sean tratados como empleados. Utiliza los acuerdos laborales y de propiedad intelectual adecuados, y contrata a un proveedor sólido de nóminas y prestaciones.
- Hay una forma correcta de recaudar fondos. Existen normas reguladoras y empresariales en torno a la recaudación de fondos, y hay mucho que aprender y practicar antes de hacerlo bien. No trates con intermediarios, buscadores o cualquiera que te prometa ayuda sin poner su propio dinero o trabajo. Consigue asesoramiento jurídico.
- Guarda los recibos. Nunca dirijas una empresa sin un sistema de contabilidad desde el primer día. Ordena y guarda meticulosamente los registros de todo.
- La adquisición de derechos no es una opción. Pero las opciones tienen derechos adquiridos. Incluso las propias acciones del fundador se consolidan con el paso del tiempo. Si no conoces estos términos, apréndelos. Planifica las salidas del fundador y de los empleados clave con antelación, no en el momento del despido o la dimisión.
- Estudia, estudia, estudia. Conoce tu mercado, clientes, competencia, tecnología y tendencias. Lea con voracidad, establece contactos y mantente al día con las noticias.
- La invención se basa en el pasado. Todo lo que merece la pena ya se ha intentado antes, y los pocos enfoques nuevos que realmente funcionan ya existen. Si crees que no tienes iguales, predecesores o competencia, o te equivocas o estás haciendo algo sin sentido.
- La imitación es un halago. No hay que avergonzarse por copiar a otros. Cualquier cosa que hagas puede ser copiada. Sé el mejor, no el primero ni el más listo.
- Juega tu propio juego. No puedes vencer a los mejores del mundo en sus propios términos, así que inventa un juego y unas reglas diferentes que no puedan seguir. Sirve a sus clientes diez veces mejor, más barato y con algo más atractivo: ese es el margen necesario para derrotar a un operador tradicional.
- El fracaso es un síntoma, no la causa. Las startups mueren cuando se quedan sin dinero, pero esa no es la verdadera razón. El fracaso subyacente son las malas decisiones, los fallos sistémicos que persisten sin solución y la falta de preparación y planificación proactiva para cuando las cosas van mal.
- Evita lo peligroso e ilegal. Algunos productos, servicios y prácticas están regulados a nivel estatal y nacional. Otros están totalmente prohibidos. Conoce todas las formas en que tu producto podría funcionar mal o ser pirateado o mal utilizado y perjudicar a la gente. Piensa antes de intentar vender algo que es demasiado bueno para ser verdad.
- Innova con moderación. Asume solo los riesgos que sean necesarios, como una gran marca, un plan de comercialización, un diseño estético o una innovación tecnológica. No agraves los riesgos innecesariamente intentando inventar una nueva estructura corporativa, estrategia de gestión o gráfico de comisiones de ventas.
- Sin madera muerta. Desde el principio, todos los que cobran un sueldo, tienen acciones o simplemente aparecen deben ser indispensables y estar al máximo nivel. Una canoa de cuatro personas no irá a ninguna parte si solo reman dos.
- Haz que todos sean reemplazables. Más adelante, las cosas se ponen patas arriba. Cada persona de la empresa, incluido tú mismo, puede marcharse mañana sin hundir la empresa. Esta transformación de la fase inicial a la fase de crecimiento es uno de los mayores retos de dirigir una startup.
- El 90% del éxito consiste en no fracasar. A medida que te conviertes en una empresa más madura (digamos, de 20 a 500 empleados), el éxito y el aumento de la valoración tienen que ver tanto con la eliminación de los riesgos existenciales uno a uno como con la penetración en el mercado y los beneficios.
- No hay vuelta atrás. Ten cuidado con lo que pides. Una vez que pruebas el rocío de la libertad de trabajar para ti mismo, es imposible volver a trabajar para un jefe.
- No puedo enseñarte estas cosas. Ningún tipo de educación o concienciación te enseñará a dirigir un nuevo negocio. La única forma de aprender es haciéndolo.
Para los que acaban de empezar, recomiendo encarecidamente el libro de David S. Rose, The Startup Checklist, una guía paso a paso de las cosas necesarias para lanzar una empresa, orientada a las startups tecnológicas de alto crecimiento. David y yo diseñamos un popular programa, Gust Mission Control, que lleva a los fundadores a través del proceso, incluyendo su incorporación, emisión de acciones y mantenimiento de registros corporativos.