Les conozco varias derrotas, algún empate y cero victorias pero cuando los escucho son gurúes del emprendedorismo serial.
Algunos incluso muestran con orgullo lo cool que son al incorporar técnicas de meditación, mindfulness y yoga, en su día a día y te hablan de la importancia de la humildad desde la cima del ego.
Habrá desprevenidos que compren por el “envase” y la etiqueta pero son los menos. La mayoría de la gente –me incluyo- trata de discernir en lugar de aceptar ciegamente.
Afortunadamente, cada vez hay más conciencia emprendedora. Lamentablemente, también hay mucho show off entre los emprendedores y gente preocupada por aparentar lo que no son. El afán por mostrarse los hace olvidar que más temprano que tarde las máscaras se caen y de “serial” sólo les puede quedar el mote de mentiroso.
No hay nada peor que pretender mostrar lo que uno no es tratando de engañar a los demás. Ser genuino y auténtico es un plus; vivir de la apariencia es un ancla levada que puede caer en cualquier momento, hundiendo al pretencioso.
El mundo suele poner en su justo lugar a quienes viven del engaño y las apariencias. Como le pasó al murciélago de este cuento.
“Se cuenta que hace mucho tiempo hubo una trifulca entre los mamíferos y las aves, estas 2 especies entraron en una guerra y ambos bandos no se podían ni ver. Todos, conociéndose bien, tomaban parte por algún bando, sin embargo el murciélago dudaba mucho y su cobardía hacía que no se decida por alguno. Cuando el murciélago estaba con los mamíferos plegaba sus alas y se hacía pasar por un roedor. Lo contrario sucedía cuando estaba con las aves, pues ahí el murciélago desplegaba sus alas y se hacía pasar como una más de ellas. Hasta que un día ambos bandos lo descubrieron y desde ese día, el murciélago se vio obligado a salir solo de noche, ya que nunca más tuvo lugar ni con las aves ni con los mamíferos”.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
Otro artículo muy bueno.!