Cuando iniciamos un emprendimiento tenemos muchos sueños. Desde los pequeños y cotidianos hasta los gigantes y utópicos.
¿Quién no se visualizó con el auto, la casa o el viaje de sus sueños? O con el mercado repleto del producto que vas a fabricar.
Hoy te quiero hablar de una herramienta que suele ser olvidada por los emprendedores: La preparación para el éxito.
Los gurúes emprendedores suelen hablar de planes de negocio, foco, socios, profesionalización, inversores, etc. pero rara vez hablan de estar preparados para el éxito.
¿Cómo prepararse para recibir el éxito y estar atento a cuando llegue?
No hay métodos científicos ni 100 % efectivos; pero si hay algunos tips que pueden serte de utilidad:
Acondicionar tu pensamiento con afirmaciones positivas cada día, visualizar resultados óptimos, utilizar vocabulario positivo y practicar meditación, son algunas acciones que podemos implementar y desde luego, acompañarlas con nuevos y mejores hábitos de comportamiento para que los pensamientos positivos se conviertan en realidad.
Si el éxito nos encuentra desprevenidos seguramente seguirá de largo y se quedará con alguien que esté despierto y preparado para recibirlo… como el chico de este cuento:
“Un grupo de agricultores fue devastado un otoño por una sequía prolongada.
Los cultivos con los que contaban para vivir y sobrevivir en el invierno estaban pereciendo en los campos.
Todo el pueblo estaba desesperado, por lo que sus líderes pidieron un acto de fe: reunirse en la plaza del pueblo el siguiente sábado por la mañana para ofrecer una hora de oración.
A todos se les pedía que llevaran un objeto o símbolo de su fe y esperanza para compartir con otros.
Todo el pueblo se presentó en la plaza el sábado. Llevaron los símbolos y libros de sus religiones, recuerdos y fotografías familiares, así como amuletos de buena suerte. Todos permanecieron juntos, rezando mientras sujetaban sus fuentes de inspiración. Cuando terminó la hora de oración, el cielo se nubló y empezó a llover.
La multitud sostuvo a lo alto sus objetos y símbolos, pero el objeto de una persona atrajo la atención de todos: un paraguas, que sostenía un niño pequeño”.
Feliz semana, feliz vida, felices emprendimientos
Marcelo Berenstein
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La visualización de aquello que soñamos, queremos en la vida, va acompañado de esperarlo y no vendrá si no estamos preparados. Gran reflexión. Gracias.