Las universidades están percatándose que las plataformas digitales resultan ideales para resolver la cantidad de información y habilidades que debe manejar un profesional y la necesidad constante de una actualización
Desde los primeros intentos de clases virtuales, las cuales consistían en conferencias reproducidas en video; hasta el sueño hecho realidad de muchos entusiastas como Stephen Downes, quienes a mediados de los 90´s imaginaban los cursos en línea masivamente abiertos (MOOC), el aprendizaje en línea ha sido altamente cuestionado, descartándose como una opción superior o igual a la enseñanza en un aula tradicional.
No obstante, actualmente y más allá de la situación mundial, la mayoría de las universidades han ido incorporando algún recurso online como complemento a sus propios modelos.
Las instituciones académicas están percatándose que las plataformas digitales resultan ideales para resolver dos de las problemáticas más recientes de la educación: la cantidad de información y habilidades que debe manejar un profesional, así como la necesidad constante de una actualización; ambas de una forma interactiva y democrática.
Esto es lo que aporta un modelo digital al proceso de enseñanza
Adaptabilidad
A lo largo de la historia, el ser humano ha tenido que ajustar sus procesos respecto a los avances tecnológicos y evolutivos. El aprendizaje no es una excepción, por lo que también está en constante cambio; sin embargo, el ritmo del mundo es tan vertiginoso que la educación tradicional se ha visto superada.
Hoy en día innovar es tanto necesario como complicado, puesto que la vigencia de dicha novedad puede permanecer muy poco; razón por la cual la capacidad de adaptarse es casi un sinónimo de innovación. Digitalizar buena parte del proceso de enseñanza en las universidades es entender la tecnología como un respaldo invaluable para la generación de aprendizaje efectivo.
Para las universidades, adaptarse al ritmo global no sólo significa transformar sus programas de estudio, sino también generar estrategias de reclutamiento y retención de estudiantes, capacitación profesional, cursos “a la carta”, así como fortalecer su infraestructura de marketing y un “engagement” con la institución. En ese sentido, las empresas que desarrollan plataformas de aprendizaje en línea han logrado ajustarse a estos requisitos, presentándose como el mejor recurso para hacer posible la digitalización de la oferta académica de las universidades.
Aprendizaje personalizado
El poder adaptarse con facilidad desvela un aspecto clave en el proceso educativo: no todos tenemos las mismas necesidades individuales. Resulta un hecho que los estudiantes que no ven un beneficio o avance personal al aprender tienen menos probabilidades de alcanzar buenos resultados y ser competitivos en un mundo laboral.
Por sí sola, la educación tradicional está invirtiendo gran porcentaje de sus recursos en dirigir su metodología hacia el aprovechamiento personal. Sin embargo, las plataformas de aprendizaje en línea cuentan con la capacidad y las herramientas para personalizar eficientemente la experiencia de los estudiantes, transformando el proceso de enseñanza-aprendizaje en un sinfín de posibilidades donde cada uno, gracias a un acompañamiento 24/7, puede construir y desarrollar competencias profesionales a su ritmo y necesidades propias.
Aprendizaje continuo (Lifelong learning)
El aprendizaje debe ser significativo, es decir, debe trascender en un nivel profesional y personal. Las universidades y otras instituciones educativas, en un intento de llevar la realidad al aula, comenzaron a replicar casos o problemáticas con resoluciones colaborativas en sus asignaturas. El resultado fue positivo; no obstante, esto requería grupos reducidos y un acompañamiento muy cercano del facilitador; lo que se traduce en demasiados recursos considerando el número de matrículas inscritas.
La solución fue el uso de plataformas digitales para integrarse al ecosistema digital y redefinir el aprendizaje de acuerdo a las actuales necesidades. Curiosamente, la digitalización permite al estudiante enfrentarse, por primera vez, a simular experiencias verdaderamente prácticas donde es posible aplicar y desarrollar las habilidades requeridas por el mercado laboral, de manera diaria y permanente.
Dichas habilidades apuntan a la educación continua: a la motivación por la búsqueda constante de conocimiento. Entender que el concluir una carrera universitaria ya no basta para ser competitivo; que el binomio universidad-e-learning es una oportunidad para que las instituciones educativas amplíen su oferta académica agregando valor con cursos de capacitación que evolucionen con las tendencias del mercado.