Cuando los emprendedores se fijan como meta convertir sus sueños en realidad pueden llegar a marcar la diferencia.
Cada ser humano es un mundo en sí mismo. Por añadidura, por cada millón de emprendedores debe haber un mínimo de un millón de razones por las que se han largado a iniciar su propia empresa.
Sin embargo, más allá de las motivaciones personales hay una serie de razones comunes que pintan de cuerpo entero a los emprendedores de alma, aquellos que no los mueve la necesidad, sino el anhelo de encontrar SU oportunidad.
Algunas de estas razones son:
Valores
La misión, visión y valores de las empresas suelen no coincidir con los valores de cada uno de sus empleados. El emprendedor genuino busca no convivir con esta incomodidad y encuentra en su empresa propia la posibilidad de emprender en coherencia con sus valores personales, su filosofía de vida, su concepto de ética, sus sueños, ideales,.
Motivación
La motivación es como la sangre para el emprendedor, tanto para el negocio como para su vida.
Emprender y vivir sin motivación no lleva a ningún lado bueno. Emprender y vivir motivados trae enormes beneficios: más autoestima, logros concretos y espíritu indomable para ir tras la concreción de sus sueños.
Esfuerzo
El no emprendedor se encuentra con un espacio vacío y solo ve la nada. El emprendedor ve el mismo espacio y solo encuentra oportunidades de crear desde cero. Sabe que necesitará una alta dosis de esfuerzo, pero su amor, pasión, fuerza y perseverancia pueden transmutar el sudor en elixir de vida para ir por más creaciones, construcciones y logros.
Pasión
Elemento vital del emprendedor. Sin pasión no hay nada pero con pasión todo se puede lograr. Cuando comenzás tu negocio te hace sentir poderoso, que nada ni nadie te puede detener. La pasión funciona como amortiguador cuando caes y como ascensor para levantarte. Finalmente, te permite reconocer que el fracaso no existe y que solo se trata de una oportunidad de crecer disfrazada de traspié.
Libertad
Un emprendedor es básicamente, un espíritu libre. Sabe que la verdadera libertad va acompañada por la responsabilidad, porque implica disciplina, constancia y tenacidad. Lo que uno no haga, nadie lo hará; y eso es hacer un uso inteligente de la libertad.
Creatividad
Aquí el emprendedor no tiene límites. Nadie le dirá como hacer las cosas, qué pensar, cómo actuar, etc. El propio emprendedor es quien reconoce sus límites y coloca el freno de mano o acelera donde decida hacerlo
Control
Emprender es, entre otras cosas, dejar lo full time para iniciar un camino full life. Tu día a día no se basará más en horarios sino en objetivos. Nadie podrá decidir cuándo trabajas, qué harás o cuáles son tus prioridades. Administrar y equilibrar tu vida personal con tu camino entrepreneur es parte del contrato espiritual que firmaron tu alma con tus sueños.
Finalmente…
Creo que cuando los emprendedores se fijan como meta convertir sus sueños en realidad pueden llegar a ser como el arquero de este cuento:
“Érase una vez un joven muchacho que quería ser el mejor arquero del mundo.
Se dirigió un día al que se consideraba el mejor maestro arquero de su país, y le expresó su deseo:
– Maestro, quisiera ser el mejor arquero del mundo, ¿qué podría hacer? – preguntó el joven.
– Si quieres ser el mejor arquero del mundo, debes alcanzar con una de tus flechas a la Luna. Hasta ahora nadie lo ha conseguido. Tú serías el primero si lo lograras, y al hacerlo, nadie cuestionaría que eres el mejor – respondió el maestro.
De este modo, el muchacho decidió seguir el consejo que le había sido dado. Preparó su arco y sus flechas, y cada noche disparaba a la Luna que salía tras el horizonte del mar. Cada noche, perseverante, sin faltar ninguna vez a su cita, fuera la Luna llena, menguante, creciente, incluso cuando era nueva y apenas se adivinaba su leve luz.
Los vecinos y amigos se burlaban de él. “El loco de la Luna”, le llamaban. Pero él, ignorando los insultos, provocaciones y ofensas, seguía cada noche en su empeño.
El caso es que nadie sabe si en alguna ocasión alcanzó la Luna, pero su empeño y los millones de disparos de flechas que realizó en su intento por alcanzarla tuvieron un premio secundario: se convirtió, sin duda, en el mejor arquero del mundo. Era imbatible, de noche, y por supuesto, a plena luz del día”.
Marcelo Berenstein
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