Dijo Nietzche que no hay hechos sino interpretaciones. Las personas creen actuar de forma racional, pero la racionalidad es limitada. Existe un retraso entre el momento en que el hecho ocurre en la realidad y cuando la percepción lo registra. Ese retraso lo completa la memoria.0
Eso activa falsos circuitos y vemos lo que queremos ver. El cerebro intenta equilibrar información y memoria pero puede equivocarse cuando irrumpen las creencias y prejuicios.
Según cómo se mire, se ven cosas distintas. Cuando la manzana cayó sobre su cabeza, Newton descubrió la ley de gravedad. Todo cambia con experimentos precisos. Lo que se dice se coteja con imágenes obtenidas con tecnologías de punta y ciertas imágenes son invisibles a la mirada.
En el video “El gorila invisible” de Simons y Chabris, el observador debe concentrarse en contar los pases entre varios jugadores de básquet y no ve al gorila que recorre la escena.
Ver para creer. Fuera del ámbito de la fe religiosa, buscamos evidencias concretas para fundamentar creencias. Para eso la vista resulta el sentido más confiable. Las ilusiones ópticas lo ponen en duda. Se pueden construir figuras que engañan. Aunque nos digan que es una ilusión, lo rechazamos hasta que aceptemos tener una mirada más abierta hacia lo visualizado.
No hay un triángulo blanco, es una ilusión óptica creada para distorsionar la percepción.
Lo vi con mis propios ojos. La tecnología derriba el mito de tal certeza. Photoshop puede crear imágenes alteradas que engañan. Pero el cerebro sigue confiando en la filmación. En la era de las noticias falsas y de la posverdad, se falsifican los hechos. La justicia se basa en pruebas como grabaciones o testimonios. El sistema de testigos que afirman que lo vieron con sus propios ojos pierde relevancia ante las alteraciones de la percepción y de la memoria. ¿Qué pasa con “ver para creer” si ya no se pueda creer en lo que se ve? ¿En qué basar las convicciones cuando la evidencia puede ser alterada?
Como en el cine. Un film es un montaje de fotos. Percibir es entrar y salir con una mecánica que provocan los sentidos, y la memoria llena los huecos creando la sensación de continuidad.
Un caracol tarda tres segundos para registrar la luz. Un ladrón sale, delinque y vuelve antes. Para el caracol no pasó nada y sería el testigo ideal del delincuente. Son los huecos que la memoria humana completa, creando su propia realidad con la imaginación.
También somos incapaces de distinguir sutilezas. Investigadores de California identificaron un área cerebral encargada de evaluar el riesgo. Al comparar señales como sonrisas falsas, muchos no las advierten, por una inclinación emocional positiva. Por eso somos blancos de fraudes.
No descubrir nuestra inteligencia. Según la teoría de las inteligencias múltiples tenemos un genio interior sin descubrir, porque la educación uniforma en vez de sacar de adentro la vocación y el talento. Como resultado los niños se aburren en la escuela porque los obligan a estudiar lo que no les interesa y no les enseñan a usar el cerebro para aprender mejor y ganar tiempo para dedicarlo a los temas que lo apasionan. Hay quienes descubren al genio interior, pero queda atrapado en la lámpara de Aladino. Descubrieron el QUÉ pero no el CÓMO.
Estar aburrido. Es un estado de sentirse incapacitado para interactuar con el mundo de una manera satisfactoria. Aparece la insatisfacción con una pérdida de interés instantánea. Luego deviene la incomodidad con la situación, el deseo de hacer otra cosa. Y llega el cansancio y un estado de sopor que nunca termina y la idea de que el tiempo no pasa.
La mente es capaz de realizar una «transformación mágica del mundo»; comienza a vagar y busca escapar. Tal incomodidad empuja a la mente hacia la creatividad. A cambiar una satisfacción de corto plazo por una de mayor alcance, puede dejar la pequeña satisfacción inmediata que aporta el celular. La habilidad para superarlo es la clave de una vida feliz.
El sistema de atención. La paradoja de la atención es que debe concentrarse en lo importante, pero ser flexible para reaccionar ante lo nuevo sin permanecer en piloto automático. La atención endógena surge a partir de los objetivos o prioridades, enfoca toda la atención sin que lo atraiga algo llamativo del exterior. Otro sistema se activa cuando no se hace algo en particular. En ese tipo de atención se pasa de la orientación hacia el exterior hacia una fuente interna. Estamos preparados para saltar de una actividad que nos mantiene concentrados y una que interrumpe.
El cerebro está diseñado para detectar diferencias: lo extraño o inusual atrapa la atención.
El problema es quedar atrapado por las notificaciones del celular. Es una especie de dopamina digital, que pervierte el aprendizaje, apropiándose de un circuito que tiene puntos débiles con una recompensa inmediata, pero que frustran a largo plazo. Son pequeñas victorias que atrasan más que una derrota. Abrazar el aburrimiento permite que surjan buenas ideas para superarlo.
Empowerment
Nacemos con una fuente de energía. Es un poder interior que el mundo conoce como empowerment y que se convierte en poder inteligente (smart power) si conjuga el querer con la eficacia. La energía se bloquea por varias razones. La primera es nublar la percepción de la realidad interior, no saber que se puede ser inteligente de diferente forma y no poner el foco en la vocación. Como dijo Séneca: “no hay vientos favorables si no sabes a dónde quieres ir”.
La sociedad de consumo brinda un radar para imitar a ricos y famosos pero no la brújula del autoconocimiento. No alcanza con saber lo que se quiere; sin conseguirlo el deseo se frustra.
Un primer desajuste es la desinteligencia emocional, la falta de correspondencia entre la vocación y las emociones que se experimentan. También se bloquea el querer por falta de imaginación, o por calentar la pava pero no tomar el mate. El bloqueo estratégico es no fijar metas; fallar al planear es planear fracasar. Otro error es no saber ejecutar el plan. Son destrezas que deben entrenarse (aprender a aprender y a emprender). La percepción inteligente se bloquea por carencias metodológicas. Nietzche dijo: los métodos son la mayor riqueza del hombre.
Una virtud clave es la inteligencia social: implica elegir bien a los que nos acompañan. El que mejor ve la realidad es el que se rodea de observadores mejores que él. Podemos seguir enumerando inteligencias múltiples pero conviene saber que el verdadero desarrollo perceptivo no consiste sólo en ver lo que tenemos sino lo estamos logrando con eso, es decir si estamos convirtiendo la fuerza del espíritu en materia, logrando buenos resultados. Para que el genio que llevamos dentro no quede encerrado en la lámpara de Aladino, debemos saber crear ideas y llevarlas la práctica. La educación debe ser la industria pesada, porque fabrica ciudadanos.
Lo que no se mide no se puede mejorar
Cada año que pasa deja una marca en el cerebro. El Test de rendimiento intelectual, permite saber cómo funciona la mente y las neurotécnicas que la potencian. El test mide la realidad actual. Luego se realiza una comparación con los modelos de excelencia (bench marking) para incentivar la emulación de las mentes brillantes. El tercer paso es capacitarse para reducir la brecha mediante la PNL (programación neurolingüística).
Percibir la realidad mundial
Tendemos a percibir lo cercano y descuidar experimentos que se realizan en otros países. La franquicia social es la clonación de una experiencia exitosa. Un dato preocupante en el mundo es que el 50% de las muertes juveniles son atribuibles al alcohol.
El modelo islandés. En 1998, el 47% de los adolescentes consumían alcohol. Hoy es sólo el 5%. ¿La clave? Estudiar los hábitos y conductas de los jóvenes y trabajar sobre el resultado.
Hallaron estas soluciones: que empiecen a tomar alcohol a los 18; pasar más tiempo con sus padres y practicar actividades extraescolares como deporte, teatro, danza. Endurecieron la prohibición a menores y redoblaron los controles. Cuantas más horas pasa un adolescente con sus padres menos chances tiene de consumir. La mejor inversión es prevenir en vez de curar.
Lo mejor es tener buenas estadísticas que, como las verduras, deben mantenerse frescas.
Percibir el futuro
La voluntad impulsa a persistir, perseverar y decidir pero factores inesperados pueden amenazar éxito. De la voluntad sólo nosotros tenemos la llave y se conecta con el deseo, que es el motor del cerebro. Persistir es poner el cuerpo en acción con objetivos claros y con la voluntad de dejar los caminos que nos alejan. Es tener la libertad de elegir y sostener una mirada y una intención positiva. Cuánto más conscientes seamos de la meta, de las herramientas con las que contamos y de las opciones, más productivos seremos. La voluntad es el despertador, la alarma que impulsa a ponernos en acción y a disposición de nuestro deseo.
Todos somos clase media
La crisis de identidad excede el caso de la presidenta Cristina Kirchner, que en 2012, con un patrimonio de 80 millones, afirmó: «Siempre me he sentido orgullosa de ser parte de la formidable clase media». Al sentirse más pobres de lo que son, los ricos no tienen incentivos para apoyar a los más pobres. Los errores de percepción se explican por compararnos con gente del mismo grupo social. Subyace el problema entre los juicios subjetivos y las medidas objetivas. Gran parte del electorado tiende a definirse como «de centro», pero están más cerca de los extremos. Del mote de «desubicado» no se salva nadie.
Dependemos de un mecanismo
La percepción es la ventana que incorpora al mundo. La tendencia al piloto automático evita ser invadido por los estímulos, pero impide el ingreso de lo valioso. Los conceptos abstraen lo general, con ellos se filtra, se traduce y se interpreta. Pero son falibles. Lo vi con mis propios ojos, es relativo, ya que se percibe con cristales deformados.
El pensamiento no puede certificar la percepción ya que también promueve errores. El pensador no supera la calidad de lo que cree, ni cambia los contenidos de la memoria. Además la emoción actúa sobre la percepción como una guía poderosa pero imprecisa y primitiva. Apelar a la racionalidad no debe ocultar la importancia del sentimiento, cuya interacción con el pensamiento es la que genera las intenciones que llevan a la acción.
Inmaculada percepción o racionalidad limitada
Es habitual interpretar a favor de uno mismo, condicionado por impulsos egoístas formados en una sociedad competitiva. Somos piezas del tablero social en interacción con otras piezas y con las reglas del juego. Solo no se puede. La realidad exterior existe pero lo valioso es como cada uno pueda construirla interiormente, para recrear un mundo en el que todos podamos vivir.
Cuando un sistema funciona bien la tentación es dejarlo en piloto automático. La actitud ante el éxito es repetir la conducta ganadora y automatizar las respuestas. Pero para ser competitivo hay que saber reaccionar ante los cambios o anticiparlos, y esa virtud no es programable. La mente no cierra sus rutas con el pasado, construye caminos paralelos.
Atención flotante
Flaubert dijo que cualquier cosa observada detenidamente se vuelve maravillosa. Lograr observaciones ingeniosas requiere relajación y concentración, combinar la atención flotante con la activa. En un mundo dominado por abstracciones la sinestesia es el arte de observar con todos los sentidos. La imagen atrapa por su belleza, el concepto por su utilidad. La imagen provoca sensaciones que la imaginación potencia. En el mundo de la lógica prevalece el concepto y la imaginación se subordina. La imaginación es imprescindible.
Deng Xiaopong tuvo una visión. En 1978 terminó con la ideología: No importa si el gato es blanco o negro, si caza ratones es un buen gato. En 30 años China creció al 9.9% anual. La revolución está en la mente, la mente cautiva se convierte en mente capaz.
Observar produce efectos. La realidad es la misma pero cambia la percepción. La mirada creativa y positiva ve la botella medio llena y no medio vacía. Así genera endorfinas que son neurotransmisoras del bienestar y del alto rendimiento.
Desarrollar la percepción
Cuanto más se capacite para el asombro más humanos seremos: el hombre es un ser para el asombro. Debe cambiar su propensión utilitaria hacia el consumo.
La tecnología hizo prevalecer el concepto sobre la idea. Así se perdió el alma de la inteligencia. El concepto abstrae la esencia pero no refleja el contacto sensorial. Arranca la flor para conocerla, pero también la mata. El concepto mide la cantidad, no la calidad.
Uno ve con lo que sabe
La vida actual es información sin formación. Calcar, copiar, pegar, fotografiar, sin conocer la ubicación ni la perspectiva. La realidad virtual es la extensión de la realidad, pero hay que aprender a observar, a tomarse su tiempo, para terminar con un mundo desencantado por recursos que automatizan la percepción. No sólo se ve con lo que se sabe sino con lo que se puede y con lo que se permite ver. Una teoría previa subyace, no hay visiones inocentes. El arte crea su mundo en el cerebro. Para Einstein el arte llega a las verdades más profundas por el camino más sencillo. El cerebro, como el paracaídas, funciona cuando se abre.
Sin memoria no hay percepción. Una memoria mejor organizada optimiza la relación entre los puntos de entrada y de salida del cerebro. De la observación creativa es de donde surgen las buenas ideas. La realidad está ahí, pero lo que verdaderamente importa es la percepción.
solo una duda. quien es el autor del articulo krell o berenstein?
Y si pueden facilitar algùn contacto con el autor del artículo.
gracias
Krell [email protected]