El especialista Jeff Brown señala que la clave del éxito está en los pensamientos que se ponen en la cabeza, ya que ellos dictan cómo será el desempeño de la persona.
Muchos artículos de consultoría hablan de las maneras existentes para que una persona aumente su productividad a través de hábitos específicos, pero para el doctor Jeff Brown, la clave del éxito está en el cerebro.
“No se necesita el gadget de última generación para mejorar el desempeño laboral propio o de las personas a tu cargo. Existen maneras en las que puedes modificar tu cerebro para mejorar la productividad”, aseguró el especialista en el congreso anual de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh).
El autor del libro «El cerebro ganador» es especialista en psicología cognitivo-conductual, una práctica que asegura que la manera en la que una persona piensa afecta su manera de actuar. También participa en equipos médicos de investigación de neuroplasticidad – capacidad del cerebro para moldearse- de Boston Marathon y Chicago
“Hay dos clases de cerebros. Los ‘normales’ y los ‘resilentes’, aquellos que tienen la habilidad de aprovechar los momentos difíciles y utilizan lo que conocen- el pasado- para navegar el futuro”, aseguró Brown.
En palabras sencillas, aseveró Brown, esto significa que lo que “pones” en tu cerebro afecta cómo te sientes, cómo ves al mundo y cómo te desarrollas en él.
Es por eso que existen claves para moldear tu cerebro en un órgano ganador que te permita realizar procesos altamente productivos.
1. El radar de oportunidades: es la habilidad de reconocer las ventanas de acción que pueden llevarte al éxito. No se trata sólo de dinero o fama, sino de reconocer esos pasos primarios que a la larga te permitirán llegar a objetivos más grandes. Por ejemplo, así fue como surgieron invenciones tales como el velcro y la masa para hot cackes de Aunt Jemima, al reconocer una oportunidad que para otros no era muy evidente.
2. Talentómetro: es la capacidad de reconocer las habilidades que tienes y de ir a obtener aquellas de las que careces. Por ejemplo el genio del Blues BB King decía que a pesar de ser reconocido el seguía practicando para ser siempre el mejor.
3. Laser de metas: es cuando te fijas una meta a futuro y sin importar lo que otros hagan, mantienes tu objetivo en mente. Es importante reconocer cuáles son las razones que se tienen para hacer lo que se hace, si es por éxito o por razones personales.
4. Medición optimista del riesgo: es la habilidad de medir las ventajas, desventajas y el riesgo de una decisión. Una vez hecho esto, aceptar los cambios que vendrán y comprometerse con la decisión. Un ejemplo de esto, remarca Brown, es JK Rowling pues sabía que vender su obra no sería sencillo pero se comprometió con ello.
5. Acelerador de esfuerzo: son aquellos momentos que generan el momentum para lograr las metas pese a todos los obstáculos. Es actuar como si algo fuera a pasar sin lugar a dudas ya que esto condiciona el cerebro para hacer todo lo posible para lograrlo. De lo contrario estar autocriticándote constantemente hace que el cerebro busque actuar de manera acorde a estos pensamientos. Un ejemplo de eso es Kerri Strug, la gimnasta que ganó la medalla de oro en las Olimpiadas de 1996 pese haberse roto el tobillo en la rutina.
También es importante priorizar las actividades diarias para poder poner atención a temas que realmente lo requieren y evitar hacer multitask para no atomizar la atención.
Por otro lado, es indispensable estar consciente en cómo los otros te ven para evitar caer en la confianza ciega en uno mismo.
“Un cerebro ganador también requiere cuidados específicos para funcionar bien. La nutrición debe contener omega 3, hojas verdes, pescados de agua dulce, nueces y bayas. El ejercicio debe ser en rutinas de 60 minutos tres veces por semana, mientras que el sueño debe tener un ritual y durar entre siete y ocho horas al día”, enfatizó el especialista de Boston Marathon.
Fuente: Alto Nivel