Una empresa emergente debe actuar con rapidez y adaptar el desarrollo del software y del hardware al mercado. Lo importante es intentarlo aunque salga bien o mal. El método de cascada solo funciona si no se lanza un producto completamente nuevo y si se basa en una experiencia amplia y en clientes bien conocidos.
En primer lugar, debemos entender qué es el método de cascada. Básicamente, se trata de un proceso planificado y ejecutado paso a paso. El primer paso es el análisis de mercado en el que se deciden las necesidades del mercado que tiene que satisfacer el producto. Una vez tomada la decisión, el equipo de ingenieros divide el producto en características individuales para diseñarlo o elaborarlo. Puede tratarse tanto del código del programa como del hardware o demás. Una vez que el producto está terminado, se prueba a fondo y se siguen escrupulosamente los mismos pasos en el siguiente proceso.
Así de sencillo: tan solo necesitas el método de cascada, seguir los pasos, crear el departamento de ventas y todos contentos… Desafortunadamente, esta forma de pensar ha estado presente (y aún lo está en muchas empresas de gran tamaño) durante los últimos 40 años. Sin duda, puede que funcione en una empresa grande clásica. Por ejemplo, en la industria automovilística, conocen bien a los clientes y solo desarrollan productos siguiendo este principio. Pero si observamos la transición a los coches eléctricos, nos daremos cuenta rápidamente del grave error. No basta con equipar un coche ya consolidado con una gran batería y reemplazar el motor de combustión con una dinamo. TESLA muestra a las empresas grandes cómo hacerlo y, hasta el día de hoy, solo BMW ha aprendido de ella y ha creado un departamento completamente independiente, del que han salido el i3 y el i8.
Volvamos a nuestra empresa emergente. Desarrollamos una plataforma de vídeo multilingüe. Naturalmente, conocemos muy bien lo que los clientes quieren cuando se trata de vídeos en línea, al fin y al cabo, existen pioneros como YouTube o Vimeo. Sin embargo, ¿qué sucede con el multilingüismo, las traducciones, las voces superpuestas? ¿Cómo lo distribuimos? ¿Cómo lo encontramos en Google? ¿Dónde exactamente necesitan nuestros clientes los vídeos? ¿En qué dispositivos los miran?… Estas son solo algunas de las preguntas con las que nos enfrentamos a diario. ¿Cómo se supone que debemos saber todo esto desde el principio? ¿Cómo desarrollamos un producto sin saber las necesidades específicas de los clientes? Sabemos que necesitamos esa solución y por ahí podemos empezar. No obstante, esa solución representa una única característica, un único cliente. Y solo prosperaremos cuando el producto sea aceptado en el mercado, cuestión que solo sucederá si satisfacemos las necesidades de nuestros clientes.
Una empresa emergente arranca casi siempre con la visión de un individuo que atrae el interés de otros, con quienes empieza a desarrollar la idea. Sin embargo, muy a menudo, la visión no es lo que satisface las necesidades del cliente. El desarrollo casi siempre se efectúa por igual. En primer lugar, deben implementarse tantas características como sea posible para la versión 1.0. No obstante, se trata del momento más decepcionante porque los clientes no utilizan o no están interesados por el 85 o el 90 % de las funciones.
La conclusión es que las empresas de gran tamaño usan el método de cascada diariamente, pero que se trata de un enfoque equivocado para las empresas emergentes.
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