La opción de emprender por su cuenta es cada vez más una salida recurrente entre los jóvenes profesionales y cualificados, pero esto no convierte el camino del emprendedor en un pasillo lleno de rosas. Emprender es abarcar todo el negocio por cuenta propia y, con todo lo bueno que ello conlleva, su cara más oscura acaba destapándose tarde o temprano: demasiadas responsabilidades, poco tiempo para encargarse de ellas y, sobre todo, poca o nula ayuda.
Por ello, la externalización de ciertos servicios se acaba imponiendo en la carrera de un emprendedor como un irremediable destino. Al fin y al cabo, una extrema responsabilidad acaba convirtiéndose en una losa demasiado pesada y ciertos servicios externos sirven en multitud de ocasiones como un alivio necesario para el trabajador independiente, incluso aunque en un principio suponga cierto coste económico. Con el paso del tiempo, todo dinero invertido en este tipo de servicios acaba convirtiéndose en una inversión, una vez que el tiempo liberado por esta parte se puede invertir en una mejora del producto ofrecido en sí o, simplemente, más tiempo libre que aumente la calidad del trabajo a posteriori. Call centers, tareas de limpieza y publicidad son campos de la pequeña empresa que son externalizados en la gran mayoría de los casos, así también como la gestoría y asesoría fiscal, contable y laboral. Especialmente en países legal y laboralmente más burocráticos, como lo puede ser España, lidiar con contratos, impuestos y demás procesos obligatorios puede hasta llegar a doblar el tiempo de trabajo, con una por lo tanto considerabilísima reducción de la productividad.
Además, en ámbitos complejos como el fiscal-laboral-contable, la utilización de profesionales especializados en dicho campo ofrece tamaña diferencia en cuanto al tiempo utilizado, por lo que los gastos se acaban mostrando rentables a todas luces. El cuidado y atención de todos estos ámbitos para un no-especialista puede llegar a ser una tortura y no solo eso, sino que puede suponer un gasto extra (tanto a nivel de tiempo como económico) en caso de tener que llevar a cabo recursos por procesos mal llevados desde un principio. Certificados civiles, procesos relacionados con tráfico y, sobre todo, los campos fiscal y laboral son de una complejidad extrema para el empresario medio.
Eso sí, a la hora de externalizar servicios siempre hay que contar con que es mejor utilizar una empresa reputada y con un servicio fiable más que acudir a lo más económico. Y es que puestos a fiar el futuro de un proyecto o empresa a alguien, mejor hacerlo con alguien que ofrecerá cien por cien seguro un trabajo adecuado y acorde a las necesidades particulares del caso.
En resumen, externalizar por supuesto que se muestra como, más que una opción, como una necesidad para un emprendedor. Aunque sin duda no sirve hacerlo a cualquier precio. Lo barato, como siempre se dice, acaba saliendo caro, muy caro.