Nadie dijo que emprender fuera un camino de rosas. Todo lo contrario, es complicado y requiere mucho esfuerzo y dedicación. Te mostramos los errores más comunes de los emprendedores
Nadie nace aprendido y es lógico que al tomar una decisión tan importante para su vida como es la de afrontar la aventura de crear una empresa se cometan errores. En este artículo recopilaremos algunos de los errores más comunes a la hora de emprender para que así no os pille desprevenidos. ¡Toma nota!
Al emprender has de tener en cuenta ciertas decisiones que pueden cambiar drásticamente el rumbo de tu proyecto, como pueden ser: el presupuesto, la formación, la forma jurídica adecuada, etc.
Sin embargo, no podemos quedarnos con lo más superficial. Existen otros pequeños detalles de los que te vas dando cuenta durante tu día a día que afectan de un modo u otro a tu proyecto. Quizás te parezca de sentido común, pero los olvidamos más veces de las que te imaginas:
1. Querer hacerlo todo uno mismo
A pesar de que sientas como propia una idea, ten en cuenta que es muy difícil, por no decir imposible arrancar un negocio por ti mismo y que éste escale sin un equipo emprendedor. Siempre es necesario incorporar el personal adecuado que ayudará a tu empresa a crecer. Por eso te recomendamos que en tu presupuesto incluyas cierto margen que pueda permitirte la contratación de personal.
2. No tener un plan de negocios o no tenerlo por escrito
Toda empresa necesita un plan que incluya el capital necesario para crecer, es decir, cuánto tiempo y dinero va a necesitar para alcanzar sus objetivos. Además es muy importante tenerlo por escrito ya que, si en cualquier momento, tu compañía cuenta con problemas financieros, tener el plan por escrito puede ser de gran ayuda a la hora de atraer a inversionistas y ver más allá sin perder el foco de acción.
3. Cerrarte en el producto que tú deseas
Puede que opines que tu producto es útil y que tú mismo lo adquirirías, sin embargo lo importante es saber qué quiere tu público objetivo, no te dejes guiar por tus gustos. Por eso es importante invertir para hacer estudios de mercado que te permitan conocer las necesidades de tus clientes potenciales.
4. Calcular mal el presupuesto necesario
En ocasiones los emprendedores pecan de arrancar con capital insuficiente. Calculan el capital necesario para alquilar el espacio, comprar el material necesario, el inventario, conseguir clientes, etc. Pero muchos emprendedores olvidan calcular el capital para pagar los salarios, los seguros u otros gastos que la empresa necesita para asegurarse beneficios.
En otras ocasiones lo que ocurre es que dejan a un lado reservas de dinero para mantenerse ellos mismos. A pesar de que su modelo sea viable, muchos emprendedores se quedan sin dinero para mantenerlo, al negocio o a ellos mismos, antes de que la empresa se sostenga por sí misma.
5. Introducirse en el mercado sin un socio distribuidor
La manera más fácil de introducirse en el mercado es a través de una red de agentes o intermediarios que pueden servir como canales de distribución. Es el caso de ciertos productos como alimentos, moda, etc. Sin embargo, los negocios de servicios lo tienen más complicado. Por eso es importante, antes de lanzarte al mercado, elaborar una lista de fuentes de referencia que estarían dispuestos a enviarte clientes.
6. Dejarte aconsejar mal y por todo el mundo
Está muy bien pedir consejos y opiniones de expertos en la materia que se desenvuelva tu proyecto emprendedor, es muy beneficioso, pero el problema viene cuando nos excedemos en pedir opinión, ya que podemos tener un volumen muy alto de información que nos lleve a la confusión y a las dudas, pudiendo retrasar la consecución de objetivos por el motivo de no tomar decisiones acertadas debido a la confusión que se ha creado.
7. Pecar de optimismo en exceso
Es cierto que para empezar cualquier proyecto emprendedor se necesita una buena dosis de optimismo, ya que se pasarán por diversas etapas de crecimiento en las que los resultados no serán los previstos, y ser o no un poco optimista es clave para no caer en la trampa del negativismo.
Pero cabe destacar que el optimismo siempre será bueno si no lo somos en exceso, y es que son cada vez más los emprendedores que tienen muy buenas ideas pero a la hora de implementarlas, son tan optimistas que con el paso del tiempo, cuando empiezan a salir problemas comunes, el negativismo y la depresión puede dañar mucho para el crecimiento del proyecto, por ello, el optimismo ha de ser mesurado
8. No tener una estrategia de crecimiento
Empezar un proyecto siempre es complicado, se ha de generar una comunicación notable y efectiva y sobre todo, ofrecer algo que atraiga y guste al consumidor, pero para crecer no sirve solo crear una oferta al principio y no pensar a corto y largo plazo. El objetivo al principio es atraer, pero por ejemplo, a medio plazo, se ha de pensar en estrategias de fidelización, ya que no solo podemos crecer con los clientes nuevos, sino que también se han de tener en cuenta los clientes que repiten, ya que pueden aportar un gran porcentaje de los ingresos y lo más importante, si se les da un buen servicio, pueden ser nuestros mejores prescriptores.
Es de vital importancia pensar en una estrategia tanto a corto, como a medio y largo plazo, siendo proactivos y no actuando ante los problemas, sino que anticipándonos a ellos lo máximo posible.
Errar es humano, rectificar es de sabios
Con estos consejos, lo único que se quiere conseguir es que todo emprendedor tenga en cuenta todos ellos, para no cometerlos o al menos poder evitarlos lo máximo posible, pero no queremos transmitir el mensaje de que no se puede cometer errores al emprender, ya que no es así.
Fallar y cometer errores a la hora de emprender es muy común, y de todo fallo o error se ha de sacar el lado positivo, poder aprender de ello. Ya lo decía Bill Gates “Está bien celebrar el éxito, pero es más importante prestar atención a las lecciones del fracaso”.