Son las empresas denominadas ‘unicornios’, ‘startups’ demasiado raras como para que nadie crea en ellas y que, sin embargo, terminan por ser valoradas en más de mil millones de dólares. Estos son algunos de los casos de éxitos inesperados más populares.
MARK ZUCKERBERG – FACEBOOK
Ya existían otras redes sociales como Myspace y Friendster cuando en 2004 Zuckerberg, universitario de Harvard, creó una herramienta en Internet que permitía a los estudiantes conocerse mejor. Aunque todo parecía moverse a nivel local, inesperadamente el sistema de comunicación comenzó a gustar y se expandió a otras universidades, tanto nacionales como extranjeras. Hoy día, con más de 1.500 millones de usuarios y una valoración superior a los 200.000 millones de dólares, ¿quién no conoce Facebook?
JEFF BEZOS – AMAZON
En los comienzos de Internet estaba prohibido su uso lucrativo, así que no existía el comercio electrónico como tal. Cuando en 1995, ya privatizada la red, Bezos crea su empresa para la venta de libros por Internet, todavía era patente el miedo de la mayoría de usuarios a usar sus tarjetas de crédito en la web. Sin olvidar la reticencia a unos gastos de envío que parecían no compensar la comodidad en la entrega. Poco imaginaba este ingeniero informático que se convertiría en el rey del cibercomercio ampliando su catálogo a música, ropa, muebles… La mayor tienda del mundo.
DREW HOUSTON Y ARASH FERDOWSI – DROPBOX
Cuando nació Dropbox, el servicio de almacenamiento (sincronización e intercambio) de archivos en la nube ya era algo ofertado por varias grandes empresas como Microsoft. Sin embargo, no era una salida que, en sus diferentes formatos, tuviese un gran respaldo en el mercado. El valor añadido que distinguió a Dropbox desde el primer momento, y que le ha ido haciendo cada vez más popular, fue su accesibilidad desde cualquier sistema operativo. Según cuenta el propio Houston, la idea le surgió cuando se percató que había olvidado en casa su memoria USB.
ELON MUSK – PAYPAL
¿Realmente PayPal pretendía que el usuario utilizase su poco segura cuenta de correo para realizar operaciones de compra electrónica? ¿Una entidad no bancaria podría garantizar la seguridad de este tipo de transacciones? De cara a sus pagos reales, los consumidores no tenían muy claro cómo una contraseña de correo sería suficiente para tranquilizarlos de cualquier posible fraude. El previsor Musk supo convencer de las posibilidades de este servicio de pagos electrónicos hasta expandirlo por todo el mundo, sobre todo a partir de la entrada de eBay en el negocio.
BIZ STONE Y JACK DORSEY – TWITTER
Un planteamiento social que, de partida, era como un correo electrónico o un SMS, pero limitado a 140 caracteres y con menos posibilidades, parecía definitivamente avocado al exclusivo uso de frikis. La propuesta de Dorsey surgía de una tormenta de ideas para, dentro de un grupo concreto, mandar mensajes cortos que mantuviesen informados a todos sus integrantes. Una apuesta arriesgada que sin embargo, produjo verdadera adicción entre los usuarios. Solo un año después la compañía ya había recibido millones de dólares de avispados inversores.
LARRY PAGE Y SERGEY BRIN – GOOGLE
Cuando hacían el doctorado en Stanford les surgió la idea de poner en marcha un buscador donde el entorno para los servidores fuese compatible con ordenadores de gama más baja. El potencial del proyecto era grande, pero solo encontraron evasivas en muchos de los portales y posibles inversores, los cuales consideraban secundario disponer de un adecuado buscador en sus perfiles.
KEVIN SYSTROM – INSTAGRAM
Conocido en el entorno de Silicon Valley, Systrom decidió en 2010 montar por su cuenta una aplicación que permitiese a los usuarios compartir fotos y comentarlas. Muy parecido a otros servicios existentes como Foursquare, no parecía aportar el valor añadido suficiente como para llamar la atención de los internautas. Sin embargo, la impagable intervención de famosos usuarios como Dorsey, y una buena campaña de ‘marketing’ obraron el milagro. Cuando en 2012 Facebook compró la empresa ya tenía 30 millones de seguidores.
RICHARD BRANSON – VIRGIN ATLANTIC
En Richard Branson emprender un negocio suele estar muy ligado al nivel de satisfacción personal que con ello alcance. El origen de Virgin Atlantic se remonta a 1979: la cancelación en las Islas Vírgenes del vuelo que le llevaría a Puerto Rico provocó la ira del magnate que como fuese, necesitaba llegar a su destino; con el resto de pasajeros afectados contrató un vuelo chárter que sustituyese al avión bloqueado. De ahí a montar su propia aerolínea solo había un paso. El respaldo de un grupo consolidado y el cáracter seguro de Branson afianzaron la empresa en el mercado.
REID HOFFMAN – LINKEDIN
En 2003 Hoffman fundaba una red social para profesionales que les permitiese estar en contacto continuo a nivel empresarial. El enfoque original hacia trabajadores de entre 30 y 40 años, que solo se valieran de la red para buscar empleo cada cierto tiempo, no se antojaba el merjor camino para obtener beneficios. El giro hacia empresas o consultoras especializadas la convirtieron en herramienta clave para buscar candidatos o rastrear oportunidades de empleo e inversión. La fama y el prestigio alcanzados se convirtieron en resultados positivos.
CRAIG NEWMARK CRAIGLIST
La considerada mayor plataforma online de anuncios clasificados gratuitos, comenzó su andadura hace ahora quince años como una comunidad de amigos conectados a la red para hablar de los diferentes eventos que pasaban por San Francisco. El aspecto más bien austero de la web, así como su afán colaborativo y gratuito no empujaba precisamente a la inversión millonaria. La confianza de los usuarios disparó las visitas finalmente hasta cifras de récord, superando incluso a instituciones como Apple, ‘The New York Time’ o Tumblr.
Benito Garrido
Definitivamente esa pagina de clasificados CRAIGLIST es una basura. La interfaz de usuario que tiene es poco clara y con pocas funciones. Apostaria a que en 5 años quiebra si no cambia.