Era un hombre casado que salía con su secretaria…
Un día, la pasión los desbordó y se fueron a la casa de ella; exhaustos debido a una tarde de sexo desenfrenado, se durmieron, despertando a las ocho de la noche.
Cuando el hombre se estaba poniendo la ropa, le pidió a la mujer que sacara sus zapatos y los ensuciara con césped y tierra. Aunque intrigada ella lo hizo; él se puso los zapatos, subió al coche y se fue a su casa.
– ¿Adónde estuviste? – le preguntó su mujer cuando entró.
– Querida, no puedo mentirte: estoy enrollado con mi secretaria y estuvimos toda la tarde haciendo el amor. Me dormí y no desperté hasta las 8.
Su esposa mira hacia abajo, ve sus zapatos y le dice:
– ¡¡mentiroso bastardo!! ¡¡¡Estuviste jugando al golf!!!’.
jjajajajajajaj, que buena manera de safar, ahora, me pregunto, si el caso fuera al revez, que excusa pondria la secretaria a su marido?? jajjajajaaj .. nunca lo hice, «ni lo volveria hacer´´ jajajjaja