Cenaban los monjes en un Templo Shaolin cuando el discípulo dcie
– Sabio Maestro, ¿podría decirme cuál es la diferencia entre una perla y una mujer?
– La diferencia, humilde aprendiz, es que a las perlas, esas gotas de mar enhebradas, se les puede entrar por dos lados, mientras que a una mujer sólo por un lado.
El discípulo, un tanto confuso dice:
– Pero Maestro, la eternidad me guarde de contradecir vuestra himaláyica sabiduría pero, oí decir que ciertas mujeres permiten entrar por los dos lados.
– En ese caso, discípulo afanoso, no se trata de una mujer sino de una perla.
Meditemos.