Un viejo hombre árabe vivía en Idaho, EEUU, desde hacía 40 años.
Quería plantar papas en su terreno, pero arar la tierra era un trabajo muy pesado.
Su único hijo, Alí, está estudiando en Francia.
El hombre viejo le manda un e-mail a su hijo explicándole el problema:
– Querido Alí, me siento mal porque no voy a poder, este año, plantar papas en el terreno.
Estoy muy viejo para arar las parcelas.
Si tu estuvieras aquí, todos mis problemas desaparecerían. Sé que tu darías vuelta la tierra para mí.
Te quiere, Papá.
Poco después, recibe un e-mail de su hijo:
– Querido papá, por todo lo que más quieras, no des vuelta la tierra de esas parcelas, ahí es donde tengo escondido «aquello». Te quiere, Alí.
A las 4:00 am de la mañana siguiente, aparecen la Policía local, agentes del FBI, de la CIA, de la DEA, de otras catorce Agencias y representantes del Pentágono, que dan vuelta todo el terreno buscando materiales para construir bombas, ántrax o lo que sea.
No encuentran nada y se van.
Ese mismo día, el hombre recibe otro e-mail de su hijo:
– Querido papá: seguramente ya podrás plantar las papas.
Es lo mejor que pude hacer por vos desde aquí, dadas las circunstancias.
Te quiere, Alí.