Una imagen se repite noche tras noche en el salón de mi casa. En ella, mi padre se levanta de su sillón para agarrar de la mesa del comedor su pesada computadora portátil. Y con ella, una bandeja para ponerla sobre sus piernas. Y se pone a navegar.
Cuando termina, aparatosamente, vuelve a hacer el proceso inverso. Yo cada vez que lo veo, sufro en silencio. Así que tendré que ahorrar para comprarle un magnífico sillón como el que está a punto de sacar la marca berkline.
Como pueden observar, es un sillón pensado completamente para los usuarios de computadoras portátiles, ya que tiene un compartimento para guardarlo tranquilamente, así como una bandeja para poder usarlo sin problemas e incomodidades.
fuente: No puedo creer