Los Wearable Privacy Shells son complementos de moda que se transforman en una especie de cascarón y te permiten escapar un par de minutos del mundo, consiguiendo un poco de paz interior, pero manteniendo intacto tu glamour. Ya tengo el nombre comercial y el eslogan: “Calimeros, hay que tener huevos”.
Cuando lo “despliegas” y lo utilizas junto a un amigo, como en la imagen, el resultado global se asemejará a una especie de bola de golf gigante con cuatro patas retráctiles. Es como si un caracol enorme intentara salir de su caparazón por dos sitios al mismo tiempo, da grima.
El producto no se queda ahí, aún hay más. También se han creado otros diseños muy prácticos para cubrir la cara o solo los ojos. Con este movimiento de maestro ajedrecista, propio del mísmisimo Kasparov, la marca busca dar jaque mate a sus competidores y abarcar un mercado más amplio: aficionados al esgrima y cantantes de pop-dance-electrónico. Puedes verlos todos si sigues el siguiente enlace.
Desgraciadamente, y a pesar de sus múltiples posibilidades, se terminaría usando para vender droga o fumar sin ser visto, aunque con toda probabilidad consigas el objetivo contrario al deseado inicialmente, no pasar desapercibido.
Fuente: No puedo creer