En Japón se cultivan cientos de variedades de uva, pero solo una es tan codiciada que puede venderse por varios cientos de dólares por uva: la Ruby Roman.
La historia de la Ruby Roman comenzó en 1995, cuando los productores de uva Ishikawa se asociaron con el Centro de Investigación Agrícola de la Prefectura para crear una nueva variedad de uva roja. Se plantaron 400 vides experimentales en un campo de prueba y, dos años después, comenzaron a dar frutos. Sin embargo, de las 400 viñas, solo 4 resultaron ser uvas rojas, y solo una de ellas se consideró lo suficientemente grande como para satisfacer las expectativas de los agricultores.
Durante los siguientes 14 años, los investigadores criaron selectivamente esta variedad de uva, mejorando constantemente su tamaño, sabor, color y facilidad de cultivo, y hoy la Ruby Roman es considerada un «tesoro de Ishikawa».
En 2008, poco después de hacer su debut comercial, la variedad de uva Ruby Roman llegó a los titulares internacionales, luego de que un racimo de 700 gramos se vendiera por 10.000 yenes (USD 910), o USD 26 por uva. Ya se promocionaba como la variedad de uva más cara del mundo, y esa reputación se consolidó ocho años después, cuando un racimo de 26 uvas se vendió por la friolera de 1,1 millones de yenes (USD 11.000), o aproximadamente USD 370 por uva.
Si bien el nombre Ruby Roman se usa para describir una variedad de uvas, en verdad, cada racimo debe cumplir con estándares muy estrictos para ser digno de ese nombre. Por ejemplo, cada uva en el racimo debe pesar al menos 20 gramos, y tener un contenido de azúcar de al menos 18 por ciento.
También hay una clase Premium de uvas Ruby Roman, que tiene estándares aún más estrictos. Para obtener la etiqueta Premium, las uvas Ruby Roman deben pesar más de 30 gramos, y todo el racimo debe pesar al menos 700 gramos. En otras palabras: deben ser perfectas.
Las uvas Ruby Roman son difíciles de conseguir, ya que la mayoría de los racimos están disponibles a través de subastas, pero las Ruby Rose Premium son extremadamente difíciles de encontrar. Por ejemplo, en 2010, solo seis racimos de uvas fueron certificados premium, y en 2011 ningún racimo calificó para esa etiqueta.
Según el sitio web oficial de Ruby Roman, esta variedad de uva tiene una acidez muy baja y un contenido de azúcar y jugo extremadamente alto, lo que resulta en “pura dulzura que llena la boca cuando se muerden”. Eso si logras pagarlas…