Nadie aquí va a negar que los paraguas compactos tienen la capacidad innata de ser copados por aquello de pulsar un botón, extenderse, abrirse y ser lo más parecido a un mechaque jamás va a estar en nuestras manos.
Por otra parte, los paraguas que no son compactos (o sea, los incómodos) tienen como defensores a la gente con estilo (sic) y a los amantes de los bastones, que son bastantes más de los que creemos porque un bastón es símbolo de sabiduría (exceptuando las situaciones en las que esté lloviendo a raudales y te empeñes en usar tu paraguas como bastón, en las que sería discutible tu uso de la sabiduría).
Es en el segundo tipo en el que se han centrado los diseñadores Liang-Hock Poh y Ming-Hung Lin. Lo que han aportado es sencillo: un mango flexible. Lo sé: puede parecer una innovación un tanto rara porque hoy por hoy todo lo que no sea innovar incorporando un bluetooth es raro. Sin embargo, la cantidad de usos y soluciones que aporte Flexiber, que así se llama el paraguas resultante, es inmensa, como podéis ver en los ejemplos de las fotografías. ¿Tenía que ser verde? Pues sí. Verde y sin bluetooth. Hay gente que simplemente le gusta llevar la contra.
fuent: No Puedo Creer