Cuando el sueño se abre paso arrastrarse hasta la cama desde el sofá es toda una gesta no exenta de peligros . La mayoría preferimos dejar esas cosas para los aventureros y hundirnos en el sofá aunque al despertar tengamos que escurrir el cojín.
Stephanie Hornig cree que cubrirnos con una manta no es suficiente y hay que traer la experiencia de acampar a casa para dormir bajo las estrellas bajo el techo, o algo así. El sofá Camp Daybed aúna la bolsa de dormir y el sofá de apalancarse y a eso hay que sumar que alguien se traiga unas linternas y se escuche algún ruido que os obligue a salir a investigar para descubrir un cadáver en la cocina con una maldición inscrita en su frente; a partir de ahí se sucederán hechos inexplicables que se podrán relacionar con la maldición y os sentiréis observados y perseguidos en el propio hogar; intentaréis arrancar el coche y no podréis (la maldición), los teléfonos se quedarán sin cobertura (la maldición) y el mechero no dará fuego (la piedra). Seguramente moriréis uno a uno de forma especialmente imaginativa, aunque no podréis apreciarlo por la emoción del momento.
Vamos, lo que viene siendo una acampada estándar pero en el calor del hogar.
fuente: No Puedo Creer