Mucha gente acostumbra a hacer percusión corporal cada vez que están sentados. La mayoría de ellos son asesinos sin experiencia en medio de una crisis nerviosa, jóvenes que quieren dejar claro que se saben la canción o asesinos sin experiencia en medio de una crisis nerviosa que quieren dejar claro que se saben la canción para generar empatía y que eso cuente en el juicio.
Pero también hay músicos. Y aquellos que tocan la batería están más que agradecidos con algo como DrumPants, una caja de ritmos insertada en la ropa que permite, en casos extremos, no tener que cargar con la batería y salir del paso con una ligera idea de lo que se quiere. El vídeo es lo bastante esclarecedor:
Mediante DrumPants se puede poner fin a esas conversaciones que uno escucha en el autobús. Algo así:
– … y aquí haces «tu-tu-tá».
– Yo no hago «tu-tu-tá», que eso es de pobres. Ahí va «tu-tá-tucuTUtu-tá-tutá.»
– No entra.
– Pues alarga la estrofa.
– Es que no la siento tan larga; es más una sensación corta, directa a los órganos sensoriales.
– Oh, entiendo. ¿Acaso hablas de un «trá-cutu-ta-tásh»?
– Eres un genio.
– Lo sé.
fuente: No Puedo Creer