Hace un tiempo descubrimos cuál era el valor exacto de la cantidad denominada «media cuchara», tan querida por los nutricionistas. Resultó ser media cuchara. Pero en las dietas más extremas se usa otro tipo de medida tampoco estandarizada que hoy vamos a intentar establecer. Se trata de «un poco de nada», «unas gotitas», «apenas el sabor» o «estrictamente prohibido (guiñando un ojo)».
Hay que empezar diciendo que esta medida se basa en la frustración que provoca el hecho de no poder probar más de un poco; parece que esa frustración segrega una sustancia que recorre el cuerpo y lo va adelgazando a medida que avanza. Es más o menos como un rastrillo. Esa sustancia está en un limbo entre «¡bien, voy a probar un poco!» y «¡mierda!, ¿ya está?». Está formada básicamente por odio: hacia el nutricionista, hacia uno mismo y hacia la comida, aunque el odio hacia la comida no es del mismo tipo que los anteriores porque es un odio halagador («maldita seas, zarzaparrilla, ¿por qué estás tan buena?»). Dados los componentes de la sustancia, la comunidad científica se refiera a ella con el sobrenombre de motherfuckin’ substance, y la forma más gráfica de explicar su comportamiento es el de un líquido con muy mala leche que va por la sangre insultando a líquidos más espesos y arrinconándolos.
Para segregar la motherfuckin’ substance no hace falta más que reprimirse a la hora de comer, pero si uno quiere ser efectivo tendrá que hacer uso del impacto visual para que la frustración aumente y se libere más sustancia. El Fool-Proof Diet Kit nos ayudará a conseguirlo. Formado por una cuchara agujereada y un tenedor que no pincha, nada en el mundo podrá enfadarnos más que estar cerca de la comida sin tener acceso a ella. Un montón de motherfuckin’ substance será segregada en cada comida y nos llevará poco a poco hacia ese paraíso donde se nos caen los pantalones sin ser raperos.
fuente: No Puedo Creer