El 42% de los emprendedores que solicitaron un microcrédito a la Fundación Un Sol Món de la Obra Social de Caixa Catalunya entre 2001 y 2004 están por debajo del umbral de la pobreza y la mayoría presenta una situación de precariedad profesional. Esta tendencia se mantiene en los últimos datos de 2005 y 2006.
La Fundación identificó tres perfiles entre los emprendedores que han solicitado un microcrédito para montar su propia empresa. El primero es el de una persona inmigrante, con un nivel formativo elevado y unos ingresos comparativamente más altos, que se orientan hacia negocios relacionados con la hotelería, la informática y los servicios a empresas.
El grupo más débil está compuesto sobre todo por mujeres españolas con un deficiente nivel de formación y un nivel de rentas bajo, que suele destinar el microcrédito a negocios de comercio y hotelería. Finalmente, están los emprendedores que ya tenían un negocio propio en el momento de solicitar el microcrédito.
Por otra parte, el estudio de la Fundación Un Sol Món revela que la tasa de supervivencia media de estos negocios es de un 80% a un año, el 70% a dos años, el 63% a tres y cuatro años. El 36% de los emprendedores ha cerrado su negocio desde el inicio del programa, mientras que el 64% continúa con la empresa montada gracias al microcrédito.
Las principales causas de cierre de los negocios son los problemas en el perfil del emprendedor –falta de capacidad emprendedora o mala gestión– y las dificultades propias de las personas con escasos recursos.
Desde el inicio del programa de microcréditos de la Fundación, en 2001, se han otorgado 860 créditos por un total de 8 millones de euros y los beneficiarios ya han amortizado más de 2,83 millones.