Las posturas que adoptamos para leer en cama pueden competir con las más complejas del Kamasutra, y a veces uno se sorprende leyendo a Huxley con una pierna detrás de la oreja y una mano agarrándose el otro pie mientras sostiene un cigarrillo, ya sea con los dedos de la mano, con los de los pies o con algún otro que haya surgido del tobillo como resultado de la evolución genética de los lectores a través de las generaciones.
El caso es que las cervicales se resienten, claro, y no es novedad que en futuras radiografías descubramos alguna camuflada en la rótula o refugiada en los pómulos a fin de huir de la sobreexplotación.
Las Prism Glasses permiten leer en una posición horizontal a modo de periscopio, modificando la línea de visión unos 90 grados para no tener que forzar la posición. Cuestan algo más de 20 euros y no sé hasta qué punto pueden suponer una inversión, ya que dudo mucho que algo así sea saludable para los ojos. Supongo que será cuestión de compensar: un día fuerzas los ojos y el siguiente le toca a la espalda. Dependiendo del libro, habrá sido una pérdida de tiempo o un sacrificio necesario (con Huxley siempre merece la pena, por cierto).
fuente: No Puedo Creer