Ya pasó la furia. Los heridos se recuperan. Y todavía están en el suelo del Monumental las astillas de vidrios y butacas destrozadas. La justicia investiga los daños en el estadio de River Plate, luego del partido de este domingo que marcó el descenso del equipo a la segunda categoría.
El enojo de los aficionados sigue vivo. En estas horas, el informe favorito de los canales de televisión lleva como título: “¿Cómo hacen los hinchas de River para enfrentar la decepción?” Entrevistan a psicólogos, psiquiatras y cuantos especialistas existan en este país tan cercano a Sigmund Freud. Depresión, negación, furia y desconsuelo fueron las palabras más escuchadas.
Pero para los dirigentes no hay tiempo para lágrimas ni lamentos. En sólo unas semanas, comenzará el torneo de la liga B Nacional y ahora las grandes urgencias del club son económicas. Pese al descenso, River es un grande, con una estructura acorde, más de 60 deportes federados y unos mil empleados. ¿Cómo hará ahora para enfrentar esos costos con menos ingresos? Sin duda, el mayor déficit será la disminución en los ingresos por derecho de televisión. En primera división, el club recibía poco más de 6.5 millones de dólares; en segunda, le correspondería sólo 900,000. En los últimos años y a raíz de los números rojos, el presidente saliente, José María Aguilar, y el actual Daniel Passarella ya recibieron adelantos de la Asociación del Futbol Argentino (AFA).
El plantel de River, otro de sus grandes patrimonios, se desvalorizó luego de la pérdida de categoría. El 30 de junio vence el contrato de la mayoría de los hombres que salieron este domingo al campo de juego. Y con menos ingresos en las arcas del club será imposible retenerlos. Será muy difícil, por ejemplo, impedir la ida de Erik Lamela, la gran estrella del equipo que tiene ofertas de equipos italianos; el arquero Juan Pablo Carrizo, luego de jugar la Copa América, regresará a la Lazio, dueño de su pase. Y Mariano Pavone, el autor del único gol millonario en el duelo de promoción, seguiría su carrera en Brasil. La lista de la sangría sigue e incluye a grandes nombres. Hasta hace unos meses, el presidente Passarella rechazó ofertas millonarias por algunos jugadores —como el delantero Rogelio Funes Mori— que ahora cotizan menos.
Como todo equipo grande, River tiene grandes contratos con empresas que le patrocinan. Actualmente, mantiene un vínculo comercial con Adidas, Petrobras y Tramontina por varios milones de dólares. Algunos de esos vínculos terminan el año próximo. ¿Las compañías querrán asociar sus nombres al de un River devaluado y en la B Nacional?
El ingreso en concepto de venta de entradas también bajará notablemente. Actualmente, cuesta 10 dólares una entrada para ver a un equipo de primera y sólo siete a uno de segunda.
El presidente Daniel Passarella anunció que el miércoles próximo dará una conferencia de prensa para hablar del descenso y de los aspectos económicos del club, además de presentar una auditoría sobre la gestión de su antecesor José María Aguilar, acusado de administración fraudulenta. Aunque no es oficial, según el sitio Muy River, el pasivo del club supera los 280 millones de pesos argentinos (68.33 millones de dólares). El descenso de River ya es un hecho. Ahora toca pagar los platos rotos.
fuente: CNN Expansión