Las habilidades de los jugadores y empleados, conocer a la competencia y tener un buen manejo del estrés, son algunas de las características que influyen para que un equipo deportivo o corporativo llegue a la cima del éxito
La regla de oro que predomina en el mundo del futbol y en los negocios es que en ninguno existen los términos medios: o se gana o se pierde.
El futbol, además de ser el deporte más conocido a nivel mundial, un fenómeno social y un negocio millonario, es una actividad en que se demuestran habilidades, destrezas y se lucha por ser el mejor, características que también definen la organización de una empresa.
Si eres de los apasionados que disfrutan de la fiesta mundialista, al tiempo que deseas alcanzar el éxito en tu empresa, conoce 10 lecciones para jugar futbol y hacer negocios, basados en el libro Business and the beautiful game de Cary L. Cooper y Theo Theobald.*
Los primeros 45 minutos
1.- Destrezas. Las destrezas son lo más valioso. Para darse cuenta de eso basta con revisar los salarios de los jugadores más importantes del futbol. Lo segundo que esperan los clubes es que los jugadores atraigan semana tras semana aficionados a los estadios, incrementando de manera inmediata las ganancias del equipo.
En el terreno de los negocios, un empleado que desarrolla con éxito su trabajo puede ser capaz de influenciar positivamente a los demás a su alrededor.
Los autores explican: “Las leyes económicas dictan que el valor de las cosas depende de lo que alguien esté dispuesto a pagar por ellas. El ‘valor’ que aporta un jugador se mide por el rendimiento actual y futuro. Una empresa que esté perdiendo cuota de mercado intentará contratar a un experto en marketing con el suficiente talento como para salvar la situación hoy y mantenerse a flote en el futuro.”
2.- Ambición. Tanto en el mundo del futbol como en el empresarial, la ambición juega un papel fundamental. La cultura del éxito debe estar bien establecida en la mentalidad de los jugadores y de los empleados, debido a que las ambiciones cambian conforme el paso del tiempo.
“Donald Trump mantiene una actitud muy ambiciosa frente a la vida y la gestión de empresas. Su lema podría resumirse en: ‘Nunca abandones, piensa a lo grande, sé un poco loco y navega contracorriente.’ Esto lo entienden bien los clubes de futbol, que son auténticos especialistas en crear un microclima que define lo que podría denominarse la ‘cultura del equipo’ y establece los niveles de ambición para jugadores, entrenadores y aficionados”, explican.
3.- Pasión. La pasión es un elemento fundamental en el terreno de juego y en el mundo de los negocios, ya que si se aspira a alcanzar grandes metas o triunfos, este elemento se puede convertir en uno de los mejores y más importantes activos.
En el futbol, la pasión se observa cuando los jugadores dan lo mejor de sí mismos para alcanzar el triunfo, al tiempo que los aficionados apoyan al equipo partido tras partido. En las empresas, este elemento se percibe cuando se atraviesa por crisis y se logra superar las dificultades gracias a que empleados apasionados impulsaron a la organización hacia el éxito.
4.- Estrés. Los clubes deportivos y las empresas no están exentas de momentos que puedan generar estrés a sus miembros, pero la forma cómo se maneje hará la diferencia entre un buen jugador y un buen ejecutivo con el resto de las personas.
De acuerdo con investigaciones del profesor Robert Karasek (uno de los mayores especialistas en los aspectos psicosociales del trabajo), los expertos explican que existen tres factores que afectan el nivel de estrés de una persona.
La demanda. Corresponde a todo aquello que se espera de una persona, es decir sus responsabilidades.
El control. Este elemento determina la influencia que el jugador o el ejecutivo puede ejercer sobre la demanda.
El apoyo. Se refiere a toda la ayuda que los individuos esperan de sus amigos y conocidos.
5.- Disciplina. La disciplina es uno de los elementos básicos de cualquier organización sea futbolística o empresarial, pero hay un aspecto que impulsa a concretar metas: la autodisciplina.
En el terreno deportivo, el alcohol, el cigarro y dormir poco son aspectos que repercuten en el rendimiento físico de los jugadores, e inclusive en su autoestima. En los negocios, ‘estar en forma’ va más allá de un aspecto físico; en este ámbito implica que el empleado esté bien preparado para asumir el puesto que se le ha asignado.
En ambos terrenos es necesario que tanto los jugadores como los empleados aprendan a tomar decisiones objetivas de una manera racional en favor de su equipo y empresa.
La segunda mitad del partido
En la primera mitad del ‘partido’ se han explicado las habilidades individuales. En la segunda parte se destacarán aspectos de manera grupal, así como la mejor forma para enfrentar a los competidores.
6.- El capitán. Cualquier persona que aspire a ser director de una empresa o a establecerse por su propia cuenta debe saber que es fundamental tener experiencia previa como líder de un equipo.
Para el caso del club deportivo, el jugador que quiera ser capitán de su equipo debe fungir como intermediario entre el resto de los jugadores y el equipo directivo de su club de futbol. Por un lado, lleva e interpreta mensajes; por otro, orienta a su equipo dentro y fuera del terreno de juego.
7.- Coaching. Para el caso del equipo deportivo, la principal función del entrenador es preparar a los jugadores para que puedan dar lo mejor de sí mismos. En cada enfrentamiento deportivo, el entrenador decide quiénes están mejor preparados y quiénes deberán permanecer en la banca, sin olvidar que en cualquier momento pueden ser necesarios en la cancha.
En el mundo empresarial, los líderes deben potenciar las habilidades de cada integrante de su equipo sin importar cual sea su origen, edad o situación económica. Deben encontrar el equilibrio adecuado para potenciar el talento de los empleados en beneficio de la organización.
8.- Gestión. Gestionar personas es una de las tareas más complejas a las que alguien se puede enfrentar, sea en un terreno deportivo o empresarial.
El líder de un equipo necesita tener una visión global sobre el negocio y el club de futbol, con el propósito de que en caso de crisis pueda tomar una decisión acertada y que cumpla con los objetivos marcados por la organización.
9.- Selección. La diferencia entre el futbol y una empresa en la selección es en el número de personas involucradas.
Para el caso del futbol, solamente 11 personas pueden participar de manera simultánea en la cancha, mientras que en una empresa el número de personas involucradas dependerá de los proyectos a realizar.
10.- Competir. Una de las ventajas que poseen los equipos de futbol en comparación con las empresas, es que conocen dónde se encuentran con relación a sus rivales. El ejemplo más claro son las tablas de clasificación, en las que se muestra la situación de un equipo partido tras partido.
Por el contrario, las empresas pueden obtener mejores resultados si concentran su atención en un mercado específico. Una de las formas para medir el lugar que una compañía ocupa en el mercado es a través de un análisis SWOT: fortalezas (strenghts), debilidades (weaknesses), oportunidades (opportunities) y amenazas (threats).
Final del partido
Cuando el árbitro señala que el partido ha concluido, los contrincantes intercambian camisetas y se retiran del terreno deportivo a los vestidores.
Después de una jornada laboral de seis o más horas, los empleados abandonan la empresa, y dejan a un lado los correos electrónicos y pendientes en la mayoría de los casos.
*Cary L. Cooper es profesor de psicología de las organizaciones en la Universidad de Lancaster y presidente de la Academia Británica de Management.
*Theo Theobald es especialista en marketing y publicidad, y actualmente dirige su propia empresa, Shocktactic Ltd.
por Nayeli Meza
fuente: Forbes México