El cuerpo habla a través del lenguaje corporal, al dominar sus señales nos remontamos a los orígenes de la vida, a los límites estrechos que separan los reinos humano y animal. La historia, la sociedad y la razón están encarnadas. Y para que el cuerpo no sea un aparato, hay que estudiarlo en sintonía con su aliada estratégica: la mente. Aislados son frágiles pero unidos se constituyen en las armas más poderosas del hombre.
Un cuerpo sin movimiento, se deteriora como un auto o una casa abandonados. Media hora de ejercicio cambia hábitos, mejora la calidad de vida y lleva la ciencia a la rutina del gimnasio. Hay poca conciencia sobre la necesidad del movimiento. No vinimos equipados para la vida sedentaria. Durante siglos buscamos alimentos, hoy se consiguen con menor esfuerzo. Comer más y moverse menos es una ruta a la obesidad. El entrenamiento de resistencia mejora el control de glucemia, de la grasa corporal y de la hipertensión. El entrenamiento de fuerza aumenta la masa muscular y mineraliza los huesos. Pero la hiperactividad moderna no llega a los músculos. El estrés, que en los animales se asocia a cazar o huir, moviliza los músculos. El estrés humano es hacer mil cosas a la vez. En 50 años de tecnología, el ritmo de vida cambió. PC, celular, lavarropa, televisor, auto, internet, alimentos procesados, gaseosas, dulces, arterias obstruidas no son compatibles con nuestro diseño genético. Desconectarse y hacer algo agradable, al 50% del esfuerzo máximo, espanta enfermedades cardiovasculares, que son, entre otras, la primera causa de muerte.
Entrenarse rompe la inercia con estímulos. Los músculos necesitan oxígeno para metabolizar la comida y producir energía, así el corazón bombea más rápido y más fuerte (el oxígeno viaja en la sangre). Romper con la rutina, activa la circulación y el corazón es más eficiente. Con controles se optimizan los estímulos. Una simple caminata es nada para una joven de 20 años entrenado y una misión imposible para un oficinista de 60 con 40 kilos de más. El cuerpo tiene dos combustibles: la glucosa y los ácidos grasos. Del primero tenemos una pequeña reserva y del segundo mucha. Luego de 30 minutos a intensidad intermedia, el cuerpo utiliza más la grasa y conserva la glucosa (el cerebro la prefiere y no quiere perderla). Hoy la ciencia informa que entrenamientos más cortos e intensos son más efectivos para quemar combustible graso.
Campo para entrenar, arenero para jugar y templo para cultivar el espíritu. Todo se mezcla en un mismo espacio. Salir de una sesión intensa de spinning, trabajar resistencia cardiorrespiratoria y piernas, estirarse para relajar músculos y mente, incrementar las articulaciones y reducir la ansiedad. Hacer yoga que fortalece la zona media, aprender a controlar la respiración y postura. Bienvenidas las actividades que se incorporaron. Uso excesivo de tecnología, sedentarismo, mala alimentación y abuso de fármaco, marcan la tendencia. Pero también la conciencia corporal, el ejercicio físico y la buena nutrición. Los avances médicos incrementaron la expectativa de vida. A edad avanzada se pierde masa cerebral, lo que deteriora la memoria y la velocidad de respuesta. Con una vida activa la masa cerebral y las funciones cognitivas se conservan. La actividad física debe instalarse en el estilo de vida. La plenitud está asociada al movimiento. Antes la estética era el modelo: el físico culturista y la mujer esquelética. Hoy se entrenan los grandes grupos musculares, para que el cuerpo responda con resistencia, fuerza, flexibilidad y coordinación al saltar un charco, correr en la lluvia, si se pinchó una goma, o llevar objetos pesados. Esto exige buen estado físico, emocional y espiritual
Los circuitos nerviosos se reorganizan con la postura. El método HPF (Habilitación Postural Funcional) se aplica en pacientes con problemas del sistema locomotor, con un cambio postural que oriente el desarrollo, la organización y la expresión corporal del sistema nervioso, con ejercicios específicos y programas motores de modificación, ya que desde la postura se reorganizan los circuitos nerviosos.
La postura hace visibles las dificultades. Es la madre de los movimientos automáticos, y al modificarla, se cambia el comportamiento, ya que desde la postura se trabaja hacia la periferia. Al mejorar la postura se requiere menos ejercicio. El cerebro ordena al músculo una acción.
Hay una tela elástica para orientar un estímulo en el cuerpo. Se coloca un ‘tape’ y como la piel está llena de receptores, estos reciben la información, la mandan al sistema nervioso y éste al músculo para que actúe. Según se coloque el tape, el músculo hace lo que dice el cerebro en un diálogo con el sistema nervioso. Con un tape elástico se prolonga el efecto rehabilitador de las manos aunque termine la consulta.
Running & open mind. Correr genera un circuito de superación progresivo: primero dos veces por semana y luego de lunes a viernes. Genera la sensación de que se puede, de sentirse otra persona y que no hay obstáculos imposibles. Sobra la energía. Este enfoque considera la pareja cuerpo mente. Entre sus beneficios mejora el sistema cardiovascular y pulmonar, mantiene los tejidos, lubrica las articulaciones, regula el apetito, facilita la digestión, mejora el descanso, combate celulitis, previene osteoporosis, mejora el estado de ánimo y aumenta la resistencia. El corazón es más eficiente, optimiza el uso del oxígeno por parte de los músculos, convierte mejor la energía química del alimento en energía mecánica. El metabolismo aumenta, mejora el perfil lípido, sube el colesterol bueno, baja el malo y se equilibra la tensión arterial. Unirlo con la natación, usar ropa adecuada, elegir un buen horario, hidratarse para reponer los minerales perdidos y reestablecer el equilibrio, son los secretos para dejar el sedentarismo y cambiar el celular por la meditación mecánica. El cuerpo da señales. Y es un momento ideal para que surjan las buenas ideas.
Los que sufren el gimnasio, disfrutan con el running. Liberan tensiones y mal humor, recuperan la energía. Vacían lo malo y reponen lo bueno.
La distracción se convierte en el desafío de mejorar la administración del tiempo. Alcanzar los 42K es la meta masculina y los 10K la femenina.
Martín Kremenchuzky es un ingeniero en sistemas que por una enfermedad, tuvo problemas para oír y para ver. Hace 6 años quedó ciego y se sintió paralizado. Se preguntó cómo convertirse en mejor padre y empezó con nuevos desafíos, como correr para percibir las sensaciones que perdió: las metas me llevaban más lejos, hacia mi propio interior. Jamás imaginé que perdería la visión a los 34 años. Ciego e hipoacúsico, el aislamiento era parte de mi realidad. Uso audífonos desde los 5 años, a esa edad ya no veía de noche. De mi padre recibí el imperativo de vencer las dificultades. De mi madre, la sobreprotección. La negación de la discapacidad me ayudó a crecer como si no pasara nada. Me enfoqué en la pantalla y estudié ingeniería. En la noche, me tropezaba y me llevaba las cosas por delante. Sin embargo, me recibí, me casé y nació Tomás.
Mens sana in corpore sano. Al culto a la vida sana se suma la comida sana, sueño normal, menos alcohol, tabaco y adicciones. Nada vuelve a ser como antes del círculo virtuoso. El plan nutricional mejora el rendimiento, no se saltean comidas y uno puede darse un gusto sin remordimiento. Al sentirse más fuerte y seguro para enfrentar problemas se alcanzan objetivos en otras áreas. Se recupera el sentido místico de la épica. El peligro es aburrirse y el sobre entrenamiento. Todo es cuestión de equilibrio entre las buenas razones para empezar mañana: Reduce el estrés y la ansiedad. Mejora la capacidad para reflexionar. Cambia el estado anímico. Genera endorfinas, neurotransmisores que crean euforia y bienestar. Eleva la autoestima, la confianza y los que son competitivos se potencian. Combate adicciones, es un tranquilizante natural, mentalmente más resistente a los impulsos. Rebaja la depresión, sirve como terapia, porque da un espacio para conectarse con su yo mejor. Mejora la relación mente cuerpo.
Deportes de la mente. El Scrabble ya es un deporte y a niveles de competición es una disciplina muy estresante. Hace años que dejó de ser sólo un juego. Antes el deporte de la mente era el ajedrez. Hasta 1997 las palabras cruzadas eran un juego de mesa. ¿Cuántas calorías se queman? Los torneos se parecen a las maratones. Hay que dormir bien y no tomar alcohol. Un filósofo decía que las grandes desgracias de la humanidad ocurren por salir de las cuatro paredes de nuestras casas. ¿La tendencia al confinamiento, fobias mediante, tendrá que ver con el nuevo auge de los juegos de mesa? Los torneos se juegan en ámbitos silenciosos, cuasi ajedrecísticos. Cada partido dura 50 minutos.
Mente cuerpo son una pareja complicada. Darwin dijo que descendemos del mono, Galileo que no somos el centro del universo, Freud que nos mueve el inconsciente, que tenemos una voluntad de poder (Nietzsche), que hay una clase explotadora (Marx). En cada cerebro conviven los instintos del reptil, las emociones del mamífero y los pensamientos. Como la educación está fallando. El hombre sigue siendo el lobo del hombre.
El momento fatal es creerse las propias mentiras. Quizá lo peor, desde el punto de vista moral, es que el engañador engañe a sabiendas.
Alan Poe creó el primer detective, fue Auguste Dupin, que denunció los discursos vacíos que se autojustifican. Mientras el ingenioso avanza con promesas, fantasías y cálculos, basadas en creencias, el razonador creativo analiza hechos para luego inventar la solución. El que escucha es tan peligroso como el que habla cuando de acusar se trata. En “La carta robada” muestra que el policía no podía ver lo evidente, como en el cuento de Andersen “El rey desnudo”, donde un niño gritó la verdad y todos despertaron del engaño. La abuela del cuento “Músicos y relojeros” creía que el secreto de la vida eterna consistía en ingerir acelgas chorreando el jugo de la cocción y rociadas con el jugo de dos limones cortados del árbol. Otros están convencidos de que lograrán el mismo milagro con meditación trascendental o cultivando músculos dignos de Mr. Charles Atlas. También hay quienes recorren los estantes de las farmacias buscando una píldora capaz de devolverles la tez lozana y las neuronas relucientes que tenían a los 25. Sin embargo, toneladas de literatura médica que intentan encontrar la solución del mismo acertijo -cómo disminuir o eliminar los achaques, y preservar la autonomía- sugieren que el problema no es tan fácil. En primer lugar, los multivitamínicos. En 1956, Harman propuso que el envejecimiento era producto de los radicales libres. Con respecto a las vitaminas, la sorpresa es que el 50% del planeta está por debajo de lo indicado, pero una buena alimentación, con cinco porciones diarias de frutas y verduras cubre todas las necesidades. El del calcio es un tema más controvertido, porque en los mayores es bueno mantener un consumo adecuado, pero sobre todo si viene de los alimentos.
Detección precoz. Como muchos desajustes son silenciosos, es recomendable realizar controles anuales que ofrecen beneficios probados. Desde los 50 años hay que aumentar los chequeos. Estos estudios de prevención son indispensables. Lo que no se mide no se puede mejorar.
Es sabido que la obesidad es la madre de todos los males y que tener un índice de masa corporal (peso dividido por el cuadrado de la altura) adecuado contribuye a mantener la salud. Sin embargo, también en esto hay desacuerdos. De hecho, hay muchísima evidencia que el desarrollo de tumores, se hace más lento con la restricción alimentaria. Los okinawenses, que son los japoneses que menos comen [20% menos], son los más longevos, a pesar de que tienen la misma genética y costumbres del resto de la población
Dejar el cigarrillo. En esto no hay dudas. El estudio de Richard Doll con médicos, demostró que los fumadores vivían 11 años menos. Cuando se fuma, se triplica el riesgo coronario, se multiplica por 9 el riesgo de accidente cerebrovascular y por 20, el de enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC]. Cuando dicen que alguien fumó mucho y se murió ve viejo, hay que decirle que también hubo sobrevivientes del Titanic.
En el estudio de Doll, los fumadores que pasaron los 80 fueron menos del 5%. Más del 90% de los tumores de pulmón son por tabaquismo. Pero la calidad de vida se mide en términos de múltiples actividades. Lo mejor es no empezar y, si ya se empezó, tratar de dejar.
A mover el esqueleto. Se recomienda hacer actividad física el mayor número posible de días durante 30 minutos. Cuantas más veces por semana se realiza, mejores es. Además los investigadores demostraron los beneficios en la reducción de enfermedades del cerebro. Científicos suecos mostraron que personas de mediana edad que entrenan 2 veces por semana tienen 60% menos probabilidad de desarrollar trastornos cognitivos.
Martín se preguntó: ¿Cómo se trasmite el dolor que provoca la discapacidad? ¿Cómo se miden las limitaciones? Pero ahí estaba mi hijo, mi refugio. Era mi único entretenimiento cuando los atractivos de la vida se desvanecieron. Usábamos una pelota con cascabeles para jugar al fútbol. Practicábamos la lucha y todas las noches le inventaba un cuento con enseñanzas para que se durmiera feliz. Más allá de él, nada tenía sentido. ¿En qué me había transformado? Iba del trabajo a casa, ajeno a cualquier alegría, negado para cualquier ilusión. Cuando se pierde la visión, empieza a funcionar el recuerdo, las imágenes conocidas suplantan la realidad y a ellas me aferraba. Es curioso cómo funciona el entorno. La preocupación de todos era encontrar algún especialista u operación. A ninguno se le ocurrió ayudarme con mi estado anímico. Enfocábamos hacia la medicina y no a lo terapéutico. Había una gran ignorancia respecto a cómo se vive la discapacidad. De ese abismo, me sacaba siempre la presencia de Tomás. Conocí a una terapeuta ocupacional, esposa de un ciego. Ella me abrió la cabeza contándome lo bien que lo pasaban, todo lo que podían hacer juntos. Otra terapeuta me enseñó a usar el bastón blanco. El primer día que salí a la calle con el bastón me di cuenta de que podía moverme por cuenta propia. Era fabuloso. Hasta entonces, la vergüenza hacía que me aguantara las ganas de ir al baño. Mi vida cambió el día que asumí la discapacidad y dejé de luchar contra ella. Salí a correr, a nadar, a remar, a andar en bicicleta de dos asientos, a bailar, a aprender teatro, percusión, a catar vinos y perfumes, a hacer masajes, a narrar historias. Había un mundo de posibilidades para los no videntes. La terapeuta me enseñó a moverme con independencia, a cocinar tomando precauciones. Festejé cuando preparé mi primer plato de fideos.
Cerebro en forma. El deterioro cognitivo e intelectual no es parte del envejecimiento normal. Hoy se cree que es posible y necesario preservar al cerebro de las enfermedades neurodegenerativas. Hace unos años se conocieron los resultados del “estudio de las monjas”. Las que en sus escritos de juventud habían expresado mayor número de emociones negativas tuvieron menos años de vida y una frecuencia mayor de Alzheimer. Esto explica por qué algunas personas con envejecimiento cerebral anormal pueden estar intactas, mientras que otras experimentan síntomas clínicos. Neurocientíficos de la Universidad sueca de Umea desarrollaron el concepto de «mantenimiento cerebral». Las personas con desafíos pueden disfrutar de una ventaja, pero disminuirían si la persona se «jubila intelectualmente». La exigencia intelectual es uno de los caminos más eficaces.
La memoria almacena conocimientos, la inteligencia los aplica a situaciones nuevas. Al envejecer se pierden datos pero la atención se focaliza. Una memoria conceptual más valiosa que la episódica transfiere la información de una situación a otra. El cerebro joven tiene conocimientos pero le falta la sabiduría que traen los años. Un cerebro sabio capta indicios útiles, mensajes indirectos, cambia de planes y su respuesta es estratégica. El plus de la sabiduría alcanza a pocos como muestra el aumento del mal de Alzheimer, la epidemia del siglo. La cuarta edad es un hecho pero no basta con llegar. No se trata de agregar más años a la vida sino de sumarle vida a los años. Verdi lo afirmó: Siempre busqué la perfección pero no la pude hallar. Rita Montalcini a los100 dijo: Si uno lo cultiva funciona. Si uno lo abandona y lo jubila, se debilita. Su plasticidad es formidable. No hay casos de Alzheimer en ajedrecistas famosos. Tener proyectos y educar al cerebro son la mejor medicina.
Dice Martín: algunos opinan que no tiene sentido emprender tantas actividades. No entienden. El hecho de no poder disfrutar de una película o un paisaje ni enterarme de lo que pasa, me quita temas de conversación. Al no oír bien, me pierdo tantas cosas que encuentro en la actividad el y en el contacto con la gente el contenido que me falta. En 2010 corrí mi primera carrera y me dieron una copa. Cuando volví, Tomás daba alaridos de alegría. Eso me impulsó a entrenarme para que tuviera un padre campeón. Por él, me convertí en atleta. Quizás muchos no sepan cómo corren los ciegos: lo hacemos con un guía que nos alerta ante lomas, pozos o giros. También fui consciente de que mi vida laboral se iba limitando. Cuando todavía tenía visión, programaba y testeaba. Al perderla, conservaba en la cabeza los sistemas pero, a medida que pasa el tiempo, cambian y me encuentro perdido. Me ilusiono pensando que podría aunar lo laboral con lo deportivo o brindar ayuda desde algún organismo gubernamental a quienes sufren discapacidad visual. Hay tanta información útil y dispersa que imagino sistematizarla para hacerles la vida más fácil.
¿Somos o nos hacemos? Lo corpóreo no viene dado sino que cada uno le da su propio molde y ajusta así su piel y sus huesos. Están quienes lo hacen literalmente: graban su ser, lo mestizan con metales llamados piercings. Y quienes lo adaptan de a poco, con más o menos conciencia. Son maneras de definir una identidad. Martín primero dejó que la ceguera lo gobernara y fuera la responsable. Luego advirtió que él era más que su vista y exploró otras posibilidades con su cuerpo. Correr ofrece experiencias desconocidas: el límite se extiende y las endorfinas, las drogas que el cerebro produce, invitan a más en lo físico y en lo mental. Nada nuevo si consideramos el Mens sana in corpore sano. O quizá sí porque el mundo tecnológico tiene una anestesia vital: si uno lo desea puede vivir demasiado quieto. Lo físico no mueve montañas si no hay un proyecto y un deseo detrás. Acá está la gran posibilidad de rediseñarse. Manejamos una potencia enorme para pensarnos desde otro lugar. Cuando en una carrera se inscribe alguien con sobrepeso, lo miran de reojo, como preguntándose qué hace allí. Hay que admirarlo: se animó a dar un primer paso.
De corredor pasé a maratonista. Cada vez que volvía con un trofeo, Tomás y yo gritábamos y cantábamos como locos. Él es el motorcito que me hace devorar kilómetros y ponerme nuevos objetivos. Dos años más tarde, me anoté como un corredor más en el Raid de los Andes, que atraviesa montañas de Salta y Jujuy. Esa carrera no es apta para discapacitados. Tuve la suerte de que dos amigos se ofrecieron a ser mis guías. Esa aventura superó lo que podía imaginar. Logré llegar sano y salvo a la meta, ¿se dan idea de lo que significaba? Otro día Tomás me preguntó: Papi, ¿cuándo voy a poder correr y ser tu guía . En noviembre se organizó la carrera de Cartoon Network, donde los niños corren en equipo con adultos. Fue nuestra primera medalla. Luego fui a contar cuentos a su grado. Sus compañeritos se rieron y estaban asombrados ¿Y cómo hace para correr o nadar sin ver? Ese día aprendimos a leer y a escribir en Braile. De las cosas que compartimos, las copas y las medallas son importantes. Con el tiempo entenderá que las medallas del corazón son las que cuentan y de esas podemos llenar varias vitrinas.
Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas. La frase de Woody Allen diferencia el decir del hacer, aunque se juntan como referencia a la honestidad, la congruencia y el buen hacer. Nos enseñan que hacer lo que se dice, pero con las acciones uno demuestra lo que es, más allá de lo que diga. A las palabras se las lleva el viento. El hacer da resultados, las palabras proponen. Aún las más bonitas, inteligentes y duras, necesitan de mínimos actos para ser refrendadas, para adquirir completo sentido. Toda palabra escrita espera su realización en el hacer de un lector. Y las acciones más sentidas son difíciles de poner en palabras. Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es cumplir.
Cuando murió Einstein se investigó su cerebro. Pesaba lo mismo que cualquiera. El cerebro de Einstein no valía por su peso sino por cómo lo hacía funcionar. Las neuronas que relacionan unas con otras – las células gliales- parecían mucho más presentes en su cerebro. Esto marca la diferencia entre el hardware, el cerebro físico, la mente que lo opera, el alma que lo inspira y el cuerpo que ejecuta. Einstein dijo: hay una fuerza más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: es la voluntad. El poder inteligente abreva en las dos fuentes, del hemisferio derecho, el hemisferio del artista, obtiene las ideas, del izquierdo, el hemisferio del científico, organiza el resultado de la imaginación. El cerebro es un todo unitario y el sustrato de la mente. Cuanto más sepamos sobre la interrelación alma- cerebro-mente-cuerpo y cuando más perfeccionemos su dinámica a través de la educación, más rápido evolucionará el cerebro para armonizar genes y memes -sus equivalentes en el plano cultural-.
Dr. Horacio Krell. Ceo de Ilvem, entidad dedicada a la educación de la inteligencia. Mail de contacto: [email protected]