Las organizaciones capaces de superar una profunda crisis institucional no sólo se hacen más fuertes ante sus públicos externos, ya que se reafirman y regeneran los valores corporativos, sino que logran un aprendizaje puertas adentro difícil de igualar. La organización en su totalidad puede evaluar la situación ocurrida, medirla, corregir los puntos débiles que llevaron al conflicto, recordarlos y aprenderlos para no volver a cometer errores similares.
Si nos planteamos desde el comienzo que una crisis institucional es en realidad una enorme oportunidad de demostrar ante los medios y los públicos de interés, lo seguros que estamos de nuestros productos o servicios, tenemos un gran punto a favor en la difícil tarea de demostrar lo preparados que estamos para enfrentarla reafirmando los valores primordiales de nuestra compañía.
Serenidad, capacidad de reflexión, convicción en lo que se expresa verbalmente, congruencia con lo gestual y claros objetivos son los pilares para resultar creíbles.
No hay que perder de vista que, ante una crisis, no sólo tenemos el acoso de la prensa sino la posibilidad de mostrarnos ante una enorme cantidad de futuros prospectos. Dependiendo del manejo que se le da a la comunicación y del entrenamiento que reciban los voceros y altos directivos, podremos sortear los obstáculos, tomar la situación apremiante y convertirla en una excelente vía de comunicación positiva, para que al final de la batalla, el vaso pueda percibirse medio lleno.
El equipo de PR ideas (www.prideas.com.ar)
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