Manejan mejor el estrés, aprenden a no alterarse en exceso en situaciones de tensión. Saben hacer ejercicios de respiración que les ayudan a mantener la calma y logran así salir airosos de las situaciones de crisis.
Son más pacientes, más tranquilos, más calmados. Algo que les permite tratar el trabajo con total calma y firmeza. Están seguros de lo que hacen.
Saben concentrarse y enfocarse en una sola cosa, por lo que su productividad aumenta notablemente. Son conscientes de la importancia de no tener demasiados frentes abiertos a la hora de trabajar.
Están más sanos, enferman menos. Al hacer ejercicio (cualquiera) mejoran las defensas por lo que la salud nota una mejoría importante. Las personas que tienen un sistema inmunitario o una salud deficiente no son tan productivas…
Son más positivos, ven las cosas desde un ámbito distinto y más vital. Eso siempre es algo bueno para el ámbito laboral, ya que las personas felices son muchísimo más productivas que las que no lo son.