En la difícil tarea de invertir nuestros ahorros, muchas veces nos vemos envueltos en una montaña de información. Esa información nos puede confundir y nos puede hacer olvidar nuestros objetivos y metas. La reciente estatización de YPF es un excelente ejemplo de lo que no hay que hacer para crecer.
Lo que todos los argentinos queremos sin excepción es que el país crezca y de esta forma brinde mayores ingresos y condiciones de vida a su población. Ahora, luego de este acuerdo inicial, viene un gran desacuerdo posterior. Los argentinos no nos ponemos de acuerdo acerca de cómo lograr este crecimiento sostenible en el tiempo.
Hay un montón de opiniones, puntos de vista y teorías. Pero lo concreto, lo que nos enseña el mundo, es que los únicos países que crecen en forma sostenible en el tiempo son los que atraen inversiones y de esta forma aumentan su PBI e ingresos a largo plazo.
Tanto países cuasi comunistas como China o democracias abiertas como Brasil o Chile, aplican una única receta para crecer: inversión, que genera aumento de la producción, que genera más ingresos.
No hay otro camino para crecer.
Le hago una pregunta, supongamos que usted tiene una empresa que produce zapatillas, ¿cuál sería la forma que encontraría para crecer y de esta forma generar más ingresos para usted y su familia?
Seguramente, como pequeño empresario, tenga una máquina que produce zapatillas. Usted compraría los insumos, luego armaría la zapatilla y luego trataría de venderla. Por lo tanto, para producir más zapatillas necesitaría más insumos y nuevas máquinas. Además, necesitaría invertir en marketing para tratar de tener una marca y de esta forma poder aumentar el precio de venta de sus zapatillas.
Por lo tanto, tendría que invertir dinero de su propio bolsillo para comprar estás máquinas, insumos y gastos de marketing. Ahora, ¿usted invertiría dinero de su bolsillo en este plan de inversión si no tiene cierta seguridad acerca de las reglas y condiciones externas que lo rodean?
Seguramente no, no invertiría un sólo peso de su bolsillo si su plan tiene pocas chances de funcionar como consecuencia del contexto imprevisible. Y lo concreto es que en la Argentina de hoy, los planes de inversión tienen pocas chances de funcionar. ¿Por qué? Porque el control de las importaciones hace muy difícil comprar insumos. Porque las reglas se cambian todos los días. Por lo tanto: todo es incertidumbre e imprevisibilidad.
¿Por qué digo esto? Porque si usted como empresario tiene que comprar una máquina en el exterior, no va a poder hacerse con dólares para pagar esa máquina. Porque si usted como empresario no tiene la seguridad de que la empresa –o las máquinas- sigan siendo suyas en el futuro. Y porque si usted como empresario no va a tener claro a qué precio va a poder vender las zapatillas dentro de un año. Y por muchos porqués más, usted como empresario lo pensaría más de una vez antes de invertir en la Argentina.
Por lo tanto, en este marco, ¿a usted le parece que la estatización de YPF ayuda a que este clima de inversión mejore?
Para nada, todo lo contrario. Es una fuerte señal, de la máxima autoridad de la Nación, de que las reglas no están para cumplirse. Una fuerte señal de que todo puede pasar si a algunas pocas personas se les ocurre. Una máxima señal de la discrecionalidad, por lo que los inversores huyen a la hora de invertir sus ahorros.
Los inversores buscan reglas claras. Seriedad. Previsibilidad. Legalidad. Entre muchas otras cosas que crean las condiciones adecuadas para que las personas inviertan el dinero de su bolsillo en un proyecto de inversión.
Algunos me dirán, “¡pero es importante que el petróleo sea manejado por el Estado y, además, Repsol no había invertido nada y estaba vaciando la empresa!”
Supongamos que eso es cierto. Es decir, que sea importante que las empresas energéticas sean manejadas por el Estado y que la empresa Repsol esté mal manejada.
¿A usted le parece que la forma de solucionar esto es “expropiar” la empresa de un día para el otro?, ¿mandar a gendarmería a tomar la empresa y echar a los principales directivos de la misma en sólo 20 minutos?
Yo creo que no. Y creo que esto no es un tema menor. Porque muchas veces las “formas” son más importantes que los temas de fondos.
La obligación de un Estado, le diría la principal, es garantizar la plena vigencia del estado de derecho y el cumplimiento del orden legal. Sin esto, no tenemos nada. Sin esto, no tenemos la más mínima confianza necesaria para que una economía –o una empresa- crezca y, de esta forma, se beneficie todo el país.
Si el Gobierno quería cambiar lo que estaba pasando en YPF, había muchas otras formas de hacerlo por dentro de la ley. Negociando fuerte con los accionistas, llegando a una solución dentro del derecho y respetando las reglas del juego.
Lo que terminó haciendo el Estado no es ni más ni menos que un robo.
Otros me dirán, “a mí esto no me importa, soy un empleado o un profesional y mientras tenga trabajo o empleo no me importa que pase entre los poderosos”.
Malas noticias, porque si las empresas no crecen, no generan empleos, no contratan gente y en definitiva: toda la economía se para. Al final del día, personas como usted y yo nos vamos a quedar sin empleo, sin trabajo. Todo está conectado…
Y por otro lado y mucho más importante, un Estado que tiene licencia para robar, puede terminar robando cualquier cosa. Ayer robó los fondos de las AFJPs, hoy roba la principal empresa del país y mañana perfectamente puede robar sus ahorros, inversiones o propiedades.
Por lo tanto, este problema de la estatización de YPF –que parece tan lejano- es un caso testigo que va a influir, no tenga dudas, sobre la marcha de la economía en su conjunto.
Si no volvemos a las fuentes, si no volvemos a generar las condiciones necesarias para que haya un clima de inversión en el país, todo crecimiento será temporario.
Lamentablemente muchas de las cosas que anunciamos seis meses atrás, cuando lanzamos el Informe del “Fin de la Argentina”, están pasando. Pero es muy distinto escribir lo que va a pasar en un país, que experimentarlo en vivo. Esto último es mucho más doloroso.
ALGUNOS PENSAMIENTOS ADICIONALES…
La semana pasada un antiguo suscriptor de este newsletter semanal de inversiones me preguntaba por qué durante los últimos meses había hablado tanto de la macroeconomía. Es decir, por qué hablaba mucho menos de inversiones puntuales en acciones, fondos o bonos –como lo hacía en el pasado- y hablaba mucho más sobre lo que iba pasando en la economía todas las semanas.
La respuesta es breve: porque la economía y la política está entrando dentro de nuestros bolsillos. Nada me gusta más que hablar de inversiones puntuales. Es lo que hice, y sigo haciendo, por muchos años. Pero, ¿cómo hablar de hacer una inversión puntual en Argentina, cuando corremos los riesgos económicos y legales que presenta hoy el país?
La macroeconomía está corriendo a un segundo plano a la microeconomía y no queda otra alternativa que hablar de la primera para intentar proteger nuestro patrimonio.
fuente: Inversor Global
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