La reina de las ideas es la idea de poder. Y el poder se basa en la penetración que tienen las ideas. Hoy los negocios son los preceptos universales. En amalgama los conceptos de propiedad, producto, canje, valor, utilidad y dinero, que consciente o inconscientemente nos gobiernan, se infiltran en nuestros actos. Todos hacemos negocios. Ideas facilistas nos hacen creer que sabemos de qué se trata, que el dinero es poder, conocimiento, información, o que el poder corrompe.
Todo demasiado fácil, demasiado simple.
Para Einstein las cosas deben ser de la forma más simple posible, pero no demasiado. Las ideas sencillas nos hacen sentir bien, no nos causan problemas. Pero la mente necesita nutrirse con sustancias enriquecidas o puede quedar bloqueada por estrechez de miras.
El método fenomenológico no evalúa, observa cómo es un fenómeno sin moralizar ni criticar. Sócrates y Confucio introdujeron el método de la clarificación mental a través del lenguaje y la solución de problemas a través del examen del discurso. Freud llamó al psicoanálisis la cura por el habla, es que las palabras están llenas de significado. Y cada uno que usa las palabras a su manera.
Las ideas de poder. Vivimos inmersos en campos de poder, sujetos a la autoridad y a tiranías. Para recuperar el poder individual se requiere capacidad de analizar las ideas, (esos memes que se transmiten de mente a mente y que provienen de asociar gen y memoria).
Las ideas son el más apreciado milagro de la humanidad. Determinan metas, estilos, valores y hasta el modo de amar. Pero como dijo Erich Fromm para pensar libremente hay que tener la capacidad de generar ideas propias. Si las ideas se transforman en ideologías nos gobiernan sin advertirlo.
El alma tiene hambre de ideas y habilidades intelectuales que compensen las ideas superficiales. Los síntomas de enfermedad son una pasividad sin ambición ni creatividad y un vacío espiritual, mientras el alma busca claridad y fuerza mental que subsane la falta de poder que experimenta.
Queremos las ideas pero luego no sabemos manejarlas. Las consumimos y al ponerlas en práctica las olvidamos. Convertidas en herramientas pierden su capacidad generativa.
Enfocados en el cómo hacerlo y con quién, evitamos el qué, y lo convertimos en una diversión, en entretenimiento, en un juego mental como cualquier otro. Así el pájaro es encerrado muy pronto y no se lo deja crecer. Pero si las tratamos surgirán ideas mejores. Por favor, discutamos las ideas.
Ideas claras y distintas. Las ideas primero son perspectivas, puntos de vista, pero luego les damos forma y vemos gracias a ellas y nos permiten transformar la realidad. Por eso Descartes buscaba ideas claras y distintas. Tenemos ideas que fluyen y podemos quedar atrapados por ellas. Pueden venir de la inspiración, de los sueños, de concentrar la atención, ser el resultado de prolongadas cavilaciones, saltar de mente en mente, no ser propiedad de nadie, nacer en lugares y mentes distintas al mismo tiempo. Pueden persuadir y eso les confiere un poder extraordinario.
Todos los inventos proceden de ideas, hasta el avión moderno nació antes en la mente del hombre. Nuestro poder material deriva de nuestra fuerza mental. Una idea es distinta cuando se la ve desde otro punto de vista, lo cual es imprescindible para cualquier emprendimiento. Estamos habitados por ideas que creemos propias pero como dijo Keynes, los hombres prácticos suelen ser esclavos de las ideas de algún economista difunto. Sin independencia mental las ideas son una ilusión,
“The dream is over what can I say?” (“El sueño terminó, ¿qué puedo decirte?”) (de “God” escrita por John Lennon. El poder es como el Conde Drácula en la novela de Mary Shelley: aparece en un capítulo pero esparce el miedo en todo el libro. Cuando se sueña un sueño imposible se intenta estirar el destino. Algo difícil porque se choca con la realidad y entonces la ilusión crea relatos fantásticos. Las matemáticas son inflexibles. La pregunta sería: ¿puede mantenerse la ideología tal como está? La respuesta es no ¿Cómo mantener lo que no puede mantenerse? Esa respuesta la dará el futuro y alguien pagará la cuenta.
La continuidad de nuestra civilización depende de tener ideas vitales. Para que surjan, se mantengan vigentes, salgan de su infancia y se desarrollen, debemos darles una calurosa bienvenida. Al principio preferimos las ideas más extrañas y no las convencionales. Pero luego la mente se defiende con la ironía y el escepticismo. Hay que tener coraje para enfrentar los hábitos y la resistencia al cambio. La vitalidad de una cultura depende de su capacidad de entretenerse con la fuerza de las ideas, más que exprimir su pasado o concentrarse en las esperanzas del futuro.
Piense. Think es un cartel pegado en las oficinas. Es un pedido de resolución imposible porque para pensar hace falta tener un problema. La memoria conecta con el pasado pero un problema es algo nuevo. Como dijo Einstein no se puede resolver un problema encarándolo con el mismo modelo que se usó para crearlo. Al resolverlo de memoria habrá un fracaso, hace falta una idea.
Como le dijo Sherlock Holmes a su asistente: Escucha Watson, es la voz del problema que reclama su solución. Para Víctor Hugo las ideas dirigen y arrastran al mundo. Hay buenas y malas ideas. Un señor cansado de su trabajo, decidió dejarlo. Tenía un propósito: “inventar un producto que obligara a los hombres a comprárselo durante toda su vida”. Su mirada inquisitiva descubrió muchos rostros cortados en las calles. En su época la gente se mataba para afeitarse. Cuando diseñó un objeto con cuchilla y soporte, dirigió su mente a una visión concreta que le daría fama y dinero, y su plan le permitió crear el aparato de afeitar. Sus herederos vendieron la empresa al grupo Procter and Gamble en 60.000 millones de dólares. La creatividad hace crecer y también paga.
Un hombre muy pobre rogó a los seres superiores que le ayudaran y éstos le dieron una gallina que cada mañana ponía un huevo de oro. Su vida cambió, comió cada día, construyó un palacio, compró coches fabulosos, contrató servidores. Pero la codicia lo obnubiló y creyó que la solución estaba dentro de la gallina, y, ni corto ni perezoso, destripó a la gallina buscando el tesoro. Pero en el interior no había más que un aparato reproductor corriente de ave. Desesperado, intentó coser la tripa despanzurrada y revivirla, pero fue imposible. Se había condenado a la pobreza y de nuevo al hambre al matar la fuente de riqueza que los dioses, genios o duendes le habían ofrecido.
La paradoja es que nosotros matamos a nuestra gallina de los huevos de oro, a la capacidad de tener buenas ideas. Las grandes ideas no llegan de la nada. La intuición es la forma en que la mente busca soluciones a los retos combinando los recuerdos con los nuevos estímulos que se presentan. Las soluciones están en la cabeza, hay que armar un esquema, relajarse y el foco se encenderá.
Uno ve con lo que sabe. La vida actual es información sin formación. Copiar, pegar, fotografiar, sin saber la ubicación ni la perspectiva. Hay que aprender a observar, a tomarse su tiempo, a terminar con un mundo desencantado por las herramientas que automatizan la percepción.
Información no es conocimiento. No sólo se ve con lo que se sabe sino con lo que se puede y con aquello que la sociedad permite ver. Una teoría previa subyace, no hay visiones inocentes.
La memoria de “Funes el memorioso” – el personaje de Borges – era tan habitada por nimiedades que su vida era un tomento. Recordaba todo lo que le pasaba pero le faltaba capacidad de selección y de olvido, que otorgan el espacio para la creación. El olvido también es importante.
Las ideas no surgen de la lluvia de ideas, sino que están ahí y hay que buscar una conexión adecuada. Debemos tomarlo en cuenta para buscar soluciones a los retos del contexto actual.
La palabra completa a la imagen: enseña a mirar. La percepción lógica del hemisferio izquierdo amplia la sensación, aporta al estímulo su significado. Discriminar es reconocer las partes. El vértigo por lo mecánico, es una caída que fascina pero encadena. Es dejarse arrastrar sin resistencia, por una fuerza bruta que anula la voluntad.
Como dijo Pasteur el azar sólo favorece a las mentes preparadas.
Eric Kandel, en año 2000 ganó el premio Nobel por demostrar que en la innovación, todo el cerebro está involucrado. El cerebro es el inventario más grande que hay. Desde que nace recibe estímulos, los reduce en componentes simples y los almacena en estantes de memoria, por todo el cerebro. Cuando se le presenta un reto, el cerebro busca alguna conexión con lo ya guardado. Si detecta una coincidencia, los recuerdos se combinan con nuevos estímulos y se siente un destello de intuición.
El fundador de Netflix, Reed Hastings, se inspiró en experiencias inconexas: la multa de u$s 40 que le cobró Blockbuster cuando se olvidó devolver un film; las cuotas mensuales de su membresía en el gimnasio; su experiencia con los pedidos web en Amazon, y una conversación con un amigo que le habló del DVD, que era mucho más pequeño que los videocasetes. Hastings hizo conexiones aleatorias entre cosas que estaban a simple vista para descifrar un reto estratégico particular.
Netflix surgió como un videoclub con una plataforma de video vía online o por correo postal, que le proporciona al suscriptor una cantidad ilimitada de películas y series de su catálogo. La revolución surgió con el servicio de visualización vía streaming. A mitad de 2013 cuenta con más de 32 millones de suscriptores, les permite disfrutar de series de televisión y películas en su TV, reproductores multimedia, Smart TV, sistema home theater, consolas y dispositivos móviles, a cambio de pagar una cuota mensual. También pueden seleccionar las películas más vistas o con mayor puntuación. Netflix desarrolló un sistema de personalización por el cual el suscriptor ve lo que más le interesa, según sus gustos. Dichas preferencias se recolectan durante la suscripción y tiene en cuenta la calificación que otorga a cada película o serie. Con esa información se determinan las preferencias y el sistema personaliza las recomendaciones. Una vez seleccionado el producto, se puede optar por visualizarlo de forma inmediata sin descargas, en la pantalla del ordenador, el televisor, en otros dispositivos conectados a Internet, y únicamente en los Estados Unidos, se puede solicitar que lo envíen por correo a una dirección postal.
Para innovar se necesita crear un mapa y olvidarse.
1. Tener un desafío en mente: El reto estratégico es tener un reto sin solución aparente.
2. Buscar la solución: Con el problema en la mano, hay que buscar soluciones para cada parte del desafío, como en un rompecabezas. El objetivo es crear un inventario de precedentes pertinentes para la solución, un resumen de lo que funciona. Cuanto mejor y más grande sea la lista, es posible que contenga el conjunto crítico a conectar para producir una innovación. La innovación estratégica no está sólo en las mejores prácticas de la propia industria, sino en las de los negocios en general.
3. Entrenar el lado creativo: Comienza por armar una mesa de precedentes del inventario de lo que funciona que ofrezca soluciones probadas para cada pieza del rompecabezas.
En la ‘matriz de percepción’, las columnas enumeran los componentes del reto estratégico a abordar, y las filas una serie de empresas que aplican esos componentes. En este momento entra la creatividad para buscar conexiones y así encontrar una idea innovadora. Un último aspecto es la recombinación inteligente que surge cuando la mente está relajada. A veces se debe descansar del problema, de la repetición desordenada y frustrante. Crear la presencia de ánimo y las circunstancias para activar el yo inconsciente no es una disciplina fácil.
La teoría del océano azul. Para convertir un producto o servicio que participa en un océano rojo a otro de un azul se pueden utilizar cuatro procedimientos. El mapa estratégico de un sector, define qué factores influyen sobre el valor, y permite preguntarse e investigar qué cambios se deberían hacer en algunas variables: eliminarlas o reducirlas, aumentarlas o crear otras. Eliminar o reducir se refieren al costo, aumentar o crear se relacionan con el valor. Luego de las preguntas vendrá la acción. Crear es generar ideas, innovar llevarlas a la práctica. No basta con tener grandes ideas, hay que contar con mecanismos eficaces para desarrollarlas. Además una idea es copiada en 5 minutos.
La teoría del océano azul enseña a empresas o profesionales, cansados de competir en océanos rojos infectados de tiburones, que luchan por una porción de la torta, cómo salir del mercado. Se puede innovar sin generar valor y generar valor usando de otro modo el conocimiento existente.
Una trampa común es correr detrás de la última novedad o tecnología. Swatch cambió sin innovación tecnológica. Los japoneses invadían el mercado con relojes digitales. Swatch realizó un movimiento táctico brillante. Creó el segundo do reloj de diseño atractivo y económico, convirtiéndose en la mayor empresa de relojes del mundo.
Otra empresa, Callaway Golf, creó su océano azul aumentando el tamaño de la cabeza del palo de golf y atrajo a los que no jugaban por temor al ridículo y a los golfistas insatisfechos.
Pensamiento creativo deliberado: Hay estrategias para pensar de forma productiva y no reproductiva. Son comunes en los genios creativos, a lo largo de la historia.
1. Encontrar perspectivas que nunca se emplearon o nadie comentó. Leonardo da Vinci sabía que para conocer la forma de un problema, debía reestructurarlo. Sentía que la primera vez que lo enfrentaba estaba condicionado a resolverlo de la manera habitual. Si se deja incubar la solución, el mismo problema se reconstruye y se convierte en uno nuevo.
2. Visualización creativa. Cuando Einstein examinaba un problema, lo reformulaba de todas las formas posibles, incluyendo el uso de diagramas. Luego visualizaba soluciones, y creía que las palabras como tales no jugaban un papel significativo en el proceso creador. En la construcción de la teoría de la relatividad se imaginó a sí mismo viajando en la punta de un rayo de luz.
3. Producir una cuota mínima y equivocarse Thomas Edison presentó más de 1000 patentes. Edison se asignaba una cuota mínima de ideas. Agradecía cada error, en la invención de la lámpara eléctrica recién tuvo éxito en el ensayo número 1000. Error bueno es error nuevo.
4. Recombinar ideas, imágenes y conceptos. Las leyes de la herencia en las que se basa la genética, son obra del monje Gregor Mendel, quien combinó matemáticas y biología para crear una nueva ciencia. Los medios de difusión surgieron de combinar el linotipo de Mergenthaler, que hizo posible el periódico de impresión rápida en escala, con la publicidad pensada por Pulitzer.
5. Formar relaciones inusuales. Pavlov relacionó la saliva del perro con la presentación de la comida y de allí surgió la teoría de los reflejos condicionados. Morse inventó la estación de relevo para señales telegráficas observando las estaciones de relevo de caballos. Finsen observó al gato que se movía hacia el sol en el tejado para idear la lámpara de rayos ultravioletas.
6. Pensar en los polos opuestos. El físico Niels Bohr creía que uniendo cosas opuestas se suspende el pensamiento y la mente se mueve a un nuevo nivel. Esta habilidad para imaginar la luz tanto como onda, como partícula, lo condujo al principio de complementariedad. Suspender el pensamiento lógico permite crear nuevas formas. Schaffer descubrió el papel viendo como las avispas lo obtenían de los árboles y revolucionó el precario método de obtenerlo de trapos viejos.
7. Pensar con metáforas. Aristóteles consideraba a la metáfora como una señal de genialidad. Creía que los que perciben semejanzas entre áreas separadas de la existencia y las enlazan, tienen un don especial. Lilienthal inventó el planeador por comparación con las alas de las aves.
8. Detectar oportunidades. Al fallar, hay que hacer algo distinto. Es el principio del accidente creativo. Los fracasos son productivos si analizamos la causa. No hay que preguntar ¿Por qué fallé?” sino “¿Qué hice?” Fleming ideó la penicilina viendo como el moho contaminaba su plato.
9. Distinguir el azar de la buena suerte. Cuando la manzana que luego se haría famosa, cayó sobre la cabeza de Newton, él aprovechó la oportunidad para crear la Ley de la Gravedad. Antes, muchas personas, durante siglos, la vieron caer sin saber observar.
10. Investigar la causa desconocida de un efecto. El planeta Neptuno se descubrió suponiendo su existencia a través de investigar la causa de las perturbaciones en el movimiento de Urano.
11. Satisfacer deseos. Wartemann inventó la estilográfica al perder un negocio por tinta derramada.
No hay mejor práctica que una buena teoría. Edison dijo una vez que “el genio es un 10 % de inspiración y un 90 de transpiración”. El entrenamiento es el ensayo que une el saber con la acción y acorta la distancia entre lo que es y lo que todavía no se logró.
Resiliencia. Es el poder de la adversidad. El deseo siempre encuentra su límite: los recursos, el tiempo, las reglas y la técnica, pero el inconsciente maneja infinitos repertorios para conectarse con las voces de la inspiración y de la realización. El obstáculo y el error son oportunidades. Lincoln perdió 49 elecciones antes de ser presidente de los EEUU. El error es la materia prima del aprendizaje, la adversidad se convierte en un bien para el que aprovecha la fuerza del adversario o cuando al caer se levanta apoyándose en el lugar en que cayó.
Cambiarse a sí mismo. La vida enseña que la dificultad engendra soluciones. Cuando la arenilla penetra en la ostra, ésta segrega una sustancia que se endurece y la convierte en perla. La ostra transforma el error, hace de la intrusa una parte de sí misma, la adapta a su naturaleza.
La mala educación castiga el error y premia a quien lo oculta, el que no hace no se equivoca pero tampoco aprende. Watson, presidente de IBM dijo: “el buen juicio viene de la experiencia, la experiencia viene del mal juicio”. Mirando hacia adentro el inconsciente es el alimento del creador, mirando hacia fuera, el error, el accidente y los límites pueden ser perlas, si se los sabe cultivar.
Administrar la Fábrica de ideas. El procedimiento es simple: 1) Recoger ideas a través de un buzón de sugerencias y volcarlas en un tanque receptor. 2) Priorizar las que poseen valor, originalidad y viabilidad. 3) Elegir las mejores. 4) Implementarlas. 5) Evitar el modelo bohemio de calentar la pava y que otros se tomen el mate. 6) Consolidar la alianza estratégica entre el deseo del individuo y el propósito de la organización. El control de gestión enfoca el objetivo. Los costos son organizar, premiar y participar en los resultados a los creadores de ideas exitosas.
Cree su industria creativa. Arquímedes fue convocado por el rey que sospechaba de una estafa en la mezcla de oro y plata de su corona. Como científico se esforzó pero no podía averiguarlo. Una tarde se durmió en la bañera, expulsó agua, despertó excitado y corrió desnudo gritando Eureka: lo hallé. Luego preparó un experimento. Comparó la expulsión de agua de una corona de oro, otra de plata y la del rey, todas de igual peso. Y nació el Principio de Arquímedes. Un psiquiatra interroga una paciente sobre si es mejor vaciar la bañera con el vaso, la jarra o el balde. El loco le sugiere quitar el tapón. Hay un discurso supuestamente racional, dominante en nuestra cultura. Pero un loco es loco hasta que tiene éxito. A partir de entonces será un genio.
Tenemos dos orejas, dos ojos y una sola lengua. Es para escuchar y observar el doble de lo que decimos. La principal función del cerebro es crear ideas, innovar es llevarlas a la práctica. La idea surge si se atraviesa la barrera lógica, esto ocurre cuando el hemisferio izquierdo dominante rebaja su control. Así una de las pelotitas que tira el derecho supera la barrera y llega a la conciencia. Los lugares de la creatividad suelen ser la cama, el baño y el colectivo, allí surgen las mejores ideas.
El trabajo debe completarse, las ideas hay que anotarlas en una página, sino vuelan y se las lleva el viento. Otra página se dedica a registrar personas que conocemos o que conviene conocer. Las ideas surgen y se concretan con otros, mediante alianzas estratégicas múltiples. Al repasar y hacer crecer estas dos páginas surgen conexiones y posibles proyectos (es la tercera página). La cuarta es para los proyectos en ejecución. Recuerde que el que falla al planear, planea fracasar. Para concretar un sueño, primero hay que tenerlo. Y como dijo Walt Disney “si lo puedes soñar lo puedes hacer”.
Dr. Horacio Krell. Ceo de Ilvem, entidad dedicada a la educación de la inteligencia. Mail de contacto: [email protected]
Aprovechando el excelente artículo que has redactado sobre la importancia de las ideas y el proceso de sistematización, os propondría una herramienta online con versión gratuita que sirve para sistematizar todo el proceso de gestión de ideas, fomentando asi la colaboración de los trabajadores:
http://www.gesideas.com